viernes, 27 de octubre de 2017

Por soleá. JOSE SOLIS ROSTAING. PRIMER PRESIDENTE DE LA PEÑA DE JAEN

Vuelve el mes de agosto a evidenciarnos que la vida sigue y que sus jiennenses protagonistas flamencos van desapareciendo. Si el pasado día 18 se cumplió un año de la muerte de Rosario López, su querido amigo y prestante aficionado José Solís Rostaing se ha unido en el más allá con ella dos días antes de este primer aniversario de su óbito.

José Solís Rostaing (primer presidente de la
Peña Flamenca de Jaén)
Muchos son los recuerdos e importante la tarea que ambos y sus amigos desarrollaron para institucionalizar la Peña Flamenca de Jaén desde mediados de los años sesenta hasta la oficialización de la Peña como tal en 1971, siendo elegido José Solís Rostaing democráticamente por sus miembros como el primer presidente de la entidad.

Pocos años después, a finales de 1973 -casi clandestinamente- yo frecuentaba con mi amigo Ramón Béjar la prestigiosa y tertuliana taberna del cordobés Andrés Molina y su acogedora esposa y magnifica cocinera –de origen carchelejeño- María González, arropados por su yerno Luis de la Rosa Galán y su hija Anita, sita en el popular callejón ‘Arco del Consuelo’ una puerta más abajo -hacia la calle Cerón- de la popular y antigua taberna ‘La Manchega’. Allí conocí, gracias a mi amistad con Fernando Pérez Mesa ‘Canalejas hijo’, a la élite de los sabios flamencos de aquella época como Ángel García Cruz, José Solís Rostaing y su esposa Angelines, José Cruz García ‘Pepe Cruz’, Antonio Altés Sánchez-Rando, Fausto Olivares, Ramón Porras, Juan Antonio Ibáñez y demás miembros de la tertulia primigenia fundadora de la Peña Flamenca de Jaén.

Ávido de sus conocimientos, preguntaba e inquiría sobre nuestro arte y siempre recibía la información demandaba. A veces, incluso me atrevía a crear polémica sobre el por qué La Niña de los Peines acaparaba tanto su afición que dejaban al margen a otros artistas como Juan Talega o Aurelio Sellé, siendo José Solís –como siempre- el diplomático y sabio catalizador de la respuesta explicativa de que en el flamenco había y hay preferencias sobre unos u otros artistas en función de los gustos y sentimientos personales. Esa forma de actuar fue una de sus constantes principales de José Solís Rostaing, un amigo ecuánime, a veces distante pero muy cercano, intelectual, serio, y siempre entregado a los demás.

Destacó profesionalmente en sus diversos cometidos como Jefe de Negociado en la Delegación Provincial de Trabajo jiennense. Por todas las virtudes citadas fue elegido como primer Presidente de la Peña Flamenca de Jaén.

Vivió con intensidad y junto a sus amigos, como Angel García Cruz, su amor por el arte flamenco y el de toros, desplazándose en numerosas ocasiones  para visionar los espectáculos más importantes de la época como el ‘Potaje de Utrera’ y disfrutar con el arte de Fernanda de Utrera, el ‘Gazpacho de Morón’ y admirad el toque de ‘Diego el del Gastor’, o el buen toreo de ‘Curro Romero’ o ‘Rafael de Paula’ en el Puerto de Santa María.

Descanse en paz.
Rafael Valera Espinosa

  

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