miércoles, 4 de octubre de 2017

Memoria flamenca. CAYETANO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ ‘NANO DE JEREZ’ (y III).

“LA FRAGUA ES COMO SI ESTUVIERAMOS HACIENDO UNA COLUMNA DEL CANTE FLAMENCO.”

Aclarado en la entrega anterior el tema del VIII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba en el que ‘Nano de Jerez’ quedó –con el único accésit- como mejor concursante en el premio Pastora Pavón Cruz ‘Niña de los Peines’ por tientos, tangos y peteneras, mi interés sobre su opinión de los concursos en 1994, diecisiete años después de su participación en el más prestigioso de ellos, era bastante manifiesta.

¿Qué opinas de los concursos?

- “Han cambiado mucho las cosas. Y han cambiado porque creo que se nos han ido bastantes buenos aficionaos. Antes se montaba juraos en los que estaban ‘Curro Mairena’, mi padre – el Tío Juane-, Juan de la Plata, Paco Vallecillo… Eso ya se acabó. Ahora, los concursos como el de Córdoba –con todo mi respeto- no son como antes. Hace catorce o quince años cuando un artista se llevaba un premio en Córdoba, éste le daba una fama que le proporcionaba la vida cantaora para siempre. Se va perdiendo ese sabor. Ahora te llevas un premio y a los cuatro días nadie se acuerda de ti.”

¿No puede suceder que el nivel de los concursantes actuales no sea el de hace quince años?

- “Puede ser que sí. Antes se presentaban ‘José el de la Tomasa’, ‘Rancapino’, ‘José Mercé’, ‘Luis de Córdoba’… Hoy solo se presentan aficionaos con más o menos calidad, porque los artistas que tienen nombre y tienen un camino hecho  no se arriesgan a quedar malamente. Una prueba palpable fue la de la primera Bienal de Sevilla. Cuando Calixto Sánchez la ganó, este no tenía la fama de Menese, ni de ‘Luis de Córdoba’, ni de ‘Fosforito’. Y yo pienso que a estos últimos no le hizo ningún bien su participación en el concurso. Es más, el concurso ganó prestigio por haberse presentado estos artistas consagrados. Y además, fíjate si han cambiado las cosas, que para Calixto la Bienal supuso un gran salto en el mundo del flamenco y unos años después a ‘Chocolate’ no le supuso gran cosa. Los concursos sirven para que el aficionao que vale tenga una buena oportunidad de acceder al ‘anillo’ flamenco.”

En Jerez siempre ha existido una generación cantaora con nombres muy significativos para la historia de este arte. Quiero citar a ‘La Piriñaca’, ‘Tío Juane’, ‘Sernita de Jerez’, ‘Agujetas el Viejo’… por un lado. Luego a ‘Terremoto’, ‘El Sordera’, ‘Chocolate’, Manuel ‘Agujetas’, ‘La Paquera’… Más cerca de nuestro tiempo a ‘José Mercé’, Vicente Soto ‘Sordera’, Ana Peña,Manuel Moneo’, tú… ¿Y en estos últimos tiempos que pasa? ¿Dónde está la generación cantaora de Jerez?

- “Jerez tiene la columna del cante a compás hecha a través de los tiempos. Pienso que Dios puso el arte del compás en mi tierra. Ahora lo que pasa es que todo se está adulterando. A mí me gustaría que los aficionados más jóvenes que yo se acordaran todos de ‘Manuel Torre’, de ‘Juanito Mojama’, de ‘La Pompi’ –la hermana de ‘El Gloria’-, del propio Rafael Ramos Antúnez ‘Niño Gloria’, también de ese magnífico artista que fue Fernando Fernández Monge ‘Terremoto de Jerez’. Hoy está todo adulterao, y aunque el sello de Jerez permanecerá porque es incomparable, parece como si se estuviera perdiendo en beneficio del cuplé por bulerías. Jerez no es hoy lo que hace quince o veinte años, por suerte o por desgracia.”

Unos años antes de la época de la entrevista, una coreografía creada alrededor de la fragua, en la que Cayetano Fernández González ‘Nano de Jerez’ se criara como artista flamenco, tuvo bastante éxito por la participación de su padre Juan Fernández Navarro ‘Tío Juane’ y su hermano Manuel Fernández ‘El Gordo’. Los conceptos de aquél montaje eran muy importantes para conocer el mundo fragüero de los gitanos de Jerez.

¿Cómo surge el espectáculo ‘La Fragua del Tío Juane’?

- “La fragua es como la madre del cante porque cuando se hace una ronda por tonás y martinetes, es como si estuviéramos haciendo una columna importantísima del cante flamenco. El actuar ante la luz de una fragua encendía cantando por tonás y martinetes, en ese paisaje cantaor, escuchar a mi padre con 76 años cantar por tonás… Creo que es la pureza del flamenco. Por todo ello, surge el espectáculo de ‘La Fragua del Tío Juane’.”

¿Dando martillazos o soplando la fragua se puede cantar?

- “¡No! Se puede cantar cuando se está calentado el hierro. Cuando estás dando martillazos estás pendiente del hierro que estás labrando. Solo se canta cuando el hierro está en la fragua poniéndose al rojo.”

¿Hacia dónde camina el flamenco?

- “El flamenco añejo, el que nos eriza el vello nunca se perderá porque es un arte de minorías. ¡Sí…! ¡De minorías! Las que saben apreciar lo que es un quejío siguiriyero, un tercio de soleá o un compás por bulerías, adulteren lo que adulteren o pase el tiempo que pase. Mientras haya dos personar que sepan escuchar, el flamenco nunca se perderá.”

¿Y si los artistas persisten en sus inclinaciones vanguardistas?

- “Yo respeto a todos mis compañeros, pero esto es un campo de batalla en el que luchamos los que elegimos el tarrito pequeño contra los que eligen el tarro grande. A estos últimos que Dios los ampare.”

¿Y los festivales, se perderán?

Nano de Jerez bailando (foto de Pepe Pamos)
- “¡Sí¡ Porque se ha abusao mucho de los festivales; se han hecho muchas injusticias. Qué pena que Andalucía no se haya preocupao de mantener este tipo de espectáculos perfeccionándolos. Y aquí hemos de meternos todos, salvándose el que pueda. Los ayuntamiento, los organizadores, los artistas… Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en este menester. No se puede programar un festival que comience una hora después de la anunciada, con los cantaores vestidos casi todos con el mismo traje, con una luz blanca para todos, con una deficiente megafonía, con el mismo cante siempre y… ¡A cobrar que nos vamos! El espectáculo no debe durar más de dos o tres horas. Debe de tener unas luces perfectas que cambien cuando es debido, un escenario digno y adecuado donde cuadran los artistas con el sonido bien ajustao a las tonalidades de cada uno… Y después decirles a los cantaores que cuando van a cambiar de letra, metiéndome yo el primero. No se puede cantar lo mismo hoy aquí y mañana allí y ganar quinientas mil pesetas. La gallina de los huevos de oro se ha perdió.”

Rafael Valera Espinosa

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