lunes, 25 de junio de 2018

Por soleá. AÑEJO CAUDAL FLAMENCO (y III).

Finalizo la referencia sobre la crítica ‘Cilindros de Cera’ de la Junta de Andalucía de 2005 con lo que sigue: Vuelve Rafael Moreno el de Jerez a constatar su arte con una malagueña que desarrolla con claras resonancias de ‘El Mellizo’. En las cartageneras de la grabación 20, ‘El Sevillano’ demuestra la musicalidad que el estilo mantiene hoy, mas con determinado reposamiento que nos suena algo primigenio. En cuanto a la murciana de El Mochuelo nos sorprende que no guarde mucha relación con la que conocemos de El Cojo de Málaga y nos remita hacia los aires por malagueñas, aunque la segunda letra se asemeja más a la cartagenera clásica.

En el capítulo de las soleares y las siguiriyas, ya en el segundo volumen, continúan con su protagonismo ‘Manuel el Sevillano’ y ‘El Mochuelo’. El primero desarrolla unos tercios que tienen ecos de las apolás de Triana, con ciertas reminiscencias de ‘La Andonda’. Por su parte, el segundo, con tres cortes por el estilo, principalmente se basa en los personalismos de la citada cantaora de Jerez y de su paisana Mercedes ‘La Serneta’. En cuanto al cante por serranas, Antonio Pozo realiza el cante de una forma simple en la primera versión, elaborando más el estilo en la segunda grabación. En la siguiriyas, El Mochuelo siente especial predilección por evocar a dos añejos por el estilo, como son ‘El Viejo de la Isla’ y ‘Manuel Molina’.

Mas diversidad personal se aprecia en las siguientes guajiras, donde ‘Rafael Moreno el de Jerez’ plantea un cante con los clásicos sones caribeños, circunstancia que reitera ‘Paca Aguilera’ pero con más ritmo y fiesta. ‘El Mochuelo’ con su habitual profesionalidad y por el estilo va marcando una línea clásica primeramente, para en la segunda estructurar una interpretación más moderna. Poco comentario suscita la del Sr. Reina, pero demuestra que algunos intérpretes de música clásica también se sentían atraídos por algunos sones del flamenco.

El Niño de Medina
(blog de Manuel Campos)
Las peteneras acrecientan su grado folclórico en la voz de ‘El Mochuelo’ con un acompañamiento que nos recuerda a los desaparecidos “Coros y danzas”, evidenciando así otra muestra más de cuál es el origen de nuestro arte flamenco. Imaginamos que, a partir de esta estructura, partirían ‘El Viejo Medina’, ‘El Niño Medina’ y ‘Pastora Pavón’. En las saetas encontramos, en la primera, como la clásica letra de Antonio Machado ya era utilizada con el matiz flamenco propio del estilo. En la segunda -con aire arcaico- nos puede remitir a la que en su día grabara para la antología de Vergara, Manuel Zapata como saeta vieja de Arcos. Similares tesituras tonales a esta segunda saeta tienen los denominados “Cantes de Pasión” que se conservan y cantan en la localidad jiennense de Villacarrillo

En el resto de estilos, como son farruca, sevillanas, asturianada y jota aragonesa, solo tienen el interés de poder comprobar cómo un cantaor flamenco, Antonio Pozo ‘El Mochuelo’ consigue aportar matices flamencos a unas piezas netamente folclóricas. 

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente
de la Peña Flamenca de Jaén)

Memoria flamenca. ANTONIO CARRIÓN JIMÉNEZ ‘NIÑO CARRION’ (y II).

 “EL FLAMENCO ES PARA MINORIAS.”

Aclaradas las cuestiones de quien fue su primer maestro, de cómo desarrolló su inicios profesionales, así como sus opiniones sobre el toque de los viejos maestros, en especial de ‘Diego el del Gastor’, otro autodidacta como él en el toque flamenco, nuestro dialogo del año 2000 continuó como sigue, recabándole su opinión sobre los maestros consagrados hasta ese momento.

P: ¿Manolo Sanlúcar?

R: -“Manolo va a más con la época y lo veo como un guitarrista melódico, un guitarrista pasao de ideas, virtuoso…”

P:¿Paco de Lucía?

R:-“¡Punto y aparte! ¡Paco es el gran monstruo!”

P: ¿Se puede considerar como el mejor guitarrista de la historia incluso comparándolo con Ramón Montoya o Javier Molina?

R: -“¡No lo sé! Depende también del toque. Es muy complicado responder a esto porque habría que in confrontando toque por toque y facetas. Habría que examinar las modalidades de acompañamiento y de solista de cada uno de ellos. Lo que sí puedo decirte es que con el virtuosismo de hoy, la guitarra ha avanzado mucho con la de otros tiempos, aunque es posible que haya perdido sabor en flamenquería. Pero ha ganado en técnica, en ritmo… Lo que es demostrable es que Paco le ha dado un impulso enorme a la guitarra flamenca, y muy concretamente entre la juventud. Lo que me pregunto es si esto es bueno o no tan bueno, pues chavales que se comen la guitarra los hay a manojitos, pero que después le pongan a un cantaor para acompañarle y sepan hacerlo, eso ya es más difícil, ya que cuando acompañan por bulerías, le tocan igual a un cantaor de Jerez, de Utrera, de Lebrija o de Morón.

Cierto que el toque por bulería va al tres por cuatro, sin embargo, como te decía antes, el soniquete varía. Hay quien se come la guitarra y no se da cuenta de eso. Le ponen a un cantaor al lao y es como el que escucha llover. Y todo esto viene por querer o intentar ser como Paco. Y no se entera la gente de que Paco deja de ser solista y se vuelve acompañante, y toca a las mil maravillas porque ya antes desarrolló la faceta de acompañar a cantaores. Solo hay que escucharlo en La Unión cuando acompañó a en los discos que tiene con ‘Camarón’, ’Fosforito’ o ‘Lebrijano’… y suena a verdadera gloria. No solamente hay que estudiar al ‘Paco de Lucía’ de ahora, hay que hacerlo también con el ‘Paco de Lucía’ de aquellos tiempos.

Otro caso similar es el de ‘Camarón’. En la actualidad los seguidores de su escuela imitan al ‘Camarón’ de los últimos años de su vida ¿A ver quién se atreve a imitar a ‘Camarón’ cuando salió con la voz que tenía?

P: ¿Te gusta más el cante que el toque?

R: -“¡Sí! Me gusta más cantar que tocar. Y tiene su lógica, pues el cante es lo que he vivío y he escuchao de chiquitito. ¡Hombre…! La guitarra también me gustaba y me sigue gustando una enormidad. Pero he de confesar que he sío un cantaor fustrao.”

P: ¿Y el baile?

R: -“También me gusta. Me pego mis pasitos, aunque tengo que decir y reconocer que no es mi fuerte. Pero bueno, me lanzo de vez en cuando en el fin de fiesta de los festivales a soltar la guitarra y pegarme una pataíta en el escenario.”

P: ¿Has tocado alguna vez para el baile?

R: -“La verdad es que no lo domino como yo quisiera porque no le he practicado con la intensidad necesaria como para desempeñar un buen papel. Gracias al trabajo que tengo para acompañar al cante, ese faceta del flamenco no he tenido que afrontarla y por tanto no tengo la suficiente experiencia.”

P: ¿Estás de acuerdo con la teoría de que el guitarrista para acompañar bien al cantaor ha de saber más flamenco que el propio intérprete?

Antonio Carrión acompañando a José Menese
(foto de Pepe Pamos)
R: -“Sí, puesto que si hoy le estás acompañado cotidianamente a un cantaor conoces su personalidad. Pero has de tener en cuenta que si vas acompañando a veinte cantaores, cada uno de ellos es un mundo. Un cantaor puede dominar ocho o diez estilos, pero mañana tienes que acompañar a otro que lo hace con diez o doce, y cuatro o cinco son diferentes de los que dominar el anterior; pasao mañana lo haces con otro que dominar otros tres o cuatro diferentes de los dos primeros, y así sucesivamente. El guitarrista debe de estar súper preparado para todos esos palos y los muchos más que le echen. De ahí la certeza de esa teoría.”

P: ¿Qué opinión tienes de los concursos?

R: -“La verdad es que yo no he solio presentarme a los concursos. Me dieron ‘El Madroño Flamenco’ en Sevilla y ya está, a pesar de que me indicaban que me presentara a los más populares. En la actualidad, ante el nivel que tengo, pienso que a mí no me conviene participar en ninguno.”

P: ¿Crees que las administraciones se implican en la promoción del flamenco?

R: -“Ahora parece ser que se están mojando un poquito más. Cierto es que se están estableciendo subvenciones, no tantas como desean y necesitan los colectivos flamencos, pero sí que se están haciendo cosas por este arte. Yo veo en la actualidad más difusión y ayuda a los espectáculos de flamenco que hace cinco o seis años atrás.”

P: ¿Crees que el flamenco tiene el reconocimiento que se merece?

R: -“Hay otro tipo de músicas que en nuestra comunidad tiene más reconocimiento que el flamenco. Un ejemplo claro es cuando grabas un programa de televisión y se está cantando magníficamente por soleá. Si te pasas medio minuto del tiempo asignado tienes que volver a grabarlo, y yo compruebo después, cuando estoy viendo la televisión, la cantidad de pamplinas que tienes que soportar y nadie corta nada.”

P: ¿Existe sensibilidad en las casas grabadoras por el flamenco?

R: -“Las casas grabadoras van a lo suyo, a vender. Por tanto te piden comercialidad. Uno que graba por siguiriyas, soleá o serranas no vende nada y por ello no te graban. Lo cierto es que el público demanda lo primero y eso condiciona a las casa grabadoras. Y es que el flamenco es para minorías.”

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente

de la Peña Flamenca de Jaén)

viernes, 22 de junio de 2018

Memoria flamenca. ANTONIO CARRIÓN JIMÉNEZ ‘NIÑO CARRION’ (I).

 “A ‘MAIRENA’ LO CONOCÍ Y LLEGUÉ A TOCARLE EN UN BAUTIZO EN TRIANA.”

Aún recuerdo mis impresiones sobre su toque cuando se presentó a la fase de selección del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba de 1992, y, cosa curiosa, no consiguió entrar en la faceta de opciones a premio después de establecer uno de los más brillantes toques para intentar entrar en liza en los premios “Manolo de Huelva” y “Ramón Montoya”, cualificado como estaba para ellos. Su decisión fue que no se presentaría a más concursos porque su toque ya se había establecido como uno de los más prestantes a la hora de acompañar a las consagradas figuras más señeras de la época. Después del mismo me dolieron las críticas –sobre todo de Manuel Martín- por mi porcentaje de responsabilidad en la decisión, ya que hubo de entrar en la terna sin tener que demostrar con anterioridad sus extensas cualidades.

Comencé la entrevista realizada en el otoño de 2000 a mi amigo Antonio Carrión de la siguiente forma:

Antonio Carrión entrevistado por Rafael Valera
(foto de Pepe Pamos)
Antonio Carrión es una persona jovial y afable. Siempre está dispuesto para tocar el instrumento flamenco sim importarle la distancia, el día o las horas necesarias. A sus treinta y seis años se ha erigido en acompañante de varias de las primeras figuras actuales de nuestro arte como ‘Chocolate’, ‘Manuel Mairena’, José Menese, ‘Chano Lobato’, ‘Mariana Cornejo’ o ‘Nano de Jerez’. Con un toque sobrio y efectivo para arropar adecuadamente a sus acompañados, complementado a la vez por variaciones virtuosas y evocadoras de los grandes maestros, se ha convertido en uno de los pocos guitarristas que ha asumido la prestigiosa tarea desarrollada por prestigiosos maestros como Manuel Serrapí ‘Niño Ricardo’, Melchor Jiménez ‘Melchor de Marchena’, Juan Carmona ‘Habichuela’, etc. De formación autodidacta, como los citados, ha logrado sacarle a su guitarra las notas más efectivas y brillantes para encauzar adecuadamente el arte de los cantaores. Quizá le falte en la actualidad un disco en el cual plasmar con garantías las excelencias de su toque.”

P: ¿Cuándo se inicia tu afición a la guitarra?

R: -“Se inicia a la edad de diez años, aunque de chiquitito en mi casa solo he escuchado flamenco. A mí ni me han llevado al futbol ni a los toros, siempre ha sido a escuchar flamenco. Mi padre, el cantaor ‘Carrión de Mairena’ -que todavía sigue cantando- fue el que me sacó en concursos, recitales y otras actuaciones flamencas, hasta que después comencé a tocar con otros cantaores. Esto último me sirvió para ir adquiriendo la faceta de profesional y abandonar la de aficionado, conocer el mundo del flamenco y a sus figuras.”

P: Tú padre ¿por qué no ha sido cantaor profesional?

R: -“Porque siempre ha tenido otro trabajo y su dedicación no ha sido plena al flamenco. Es un gran aficionao y comenzó a participar en concursos y reuniones flamencas, sobre todo para que me escucharan a mí.”

P: Aparte de tu padre ¿qué otros personajes de tu familia han tenido trayectoria flamenca?

R: -“Por parte de mi padre estaba su tío, un flamenco más reconocido que le decían ‘Cancuna’, natural de Mairena del Alcor, como nosotros, el cual compartió con ‘Antonio Mairena’ muchos momentos flamencos en reuniones y fiestas flamencas. Se caracterizaba por ser un dominador de los cantes de compás, cosa que hoy en Mairena no abunda, pues no hay muchos que canten por bulerías, tangos… Los de la generación nueva mairenera van más por soleares, siguiriyas…”

P: ¿Puede haber influido en esto la enorme profundidad y calidad de Antonio por estos últimos cantes?

R: -“En parte sí. Pues Antonio marca unas pautas -sobre todo en Mairena- por estos estilos que han incidido en que actualmente en mi pueblo exista un buen grupo de cantaores jóvenes que andan muy bien por soleá y siguiriyas. Y por una dedicación muy amplia hacia estos cantes, es curioso que no dominen con soltura las bulerías, los tangos, las cantiñas…, cuando Antonio sí que hacía todos ellos con calidad. Pienso que mis jóvenes paisanos debieran ahondar más en esta faceta.”

P: ¿Conociste a Mairena?

R: -“Lo conocí y llegué a tocarle en un bautizo en Triana siendo yo muy jovencito; solo tuve esa oportunidad con él. Aunque si guardo ciertos recuerdos del maestro. Yo iba con mi abuelo al bar del ‘Libra’, en la Plaza de las Flores, en Mairena, donde está el Cristo de la Cárcel, y él tomaba café allí; o cuando participaba en los festivales de Mairena, que entonces se celebraban en el Paseo, yo no me perdía ninguno, así como los del Patio de la Academia.”

P: ¿Quién fue tu primer maestro?

R: -“Yo no he tenido maestros, si se puede expresar así. Mi primer maestro fue mi padre, que aunque entiende mucho de guitarra no sabe poner un deo en el diapasón. Para enseñarme me tatareaba los toques y yo intentaba sacar las notas que él me decía. Luego, cuando en las grabaciones escuchaba a Ricardo, a Melchor, al Huelva… yo decía para mí que esto es lo que mi padre tatareaba. Y la verdad es que con este método tan singular él fue el que me inició en la guitarra. A todo esto hay que sumar que a mí me gustaba más el cante que la guitarra. He sio un cantaor frustrao y lo sigo siendo. Es por esto último que de las tres facetas de la guitarra, la que más me gusta es la del acompañamiento.”

P: Ramón Montoya, ‘Melchor de Marchena’, ‘Niño Ricardo’, ‘Manolo de Huelva’, ‘Sabicas’… ¿Qué opinión te merecen?

R: -“Han sido unos auténticos maestros en su faceta. En la de acompañamiento los que más me gustan son ‘Niño Ricardo’ y Melchor. Yo soy muy ‘melchorista’ tocando, y también ‘ricardista’. A la hora de hacer un toque con más florituras o de concierto me quedo con ‘Sabicas’ y Montoya.”

P: En las últimas actuaciones que te he escuchado he comprobado que también te inclinas por ‘Diego el del Gastor’.


R: -“Porque me gusta mucho el toque de Morón, ya que tiene un soniquete muy especial, como también lo tienen Jerez y Utrera-Lebrija. Y Diego tiene un toque muy singular, muy flamenco y muy gitano. Por bulerías me encanta ese toque de Diego.”

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente
de la Peña Flamenca de Jaén)

martes, 19 de junio de 2018

Por soleá. REPERTORIOS FLAMENCOS ADECUADOS.

En bastantes ocasiones hemos comprobado que reconocidos artistas no han brillado en su línea habitual ¿Cómo es esto posible estando en condiciones para estructurar su magnífico repertorio cantaor? Simplemente porque se salen del mismo, a pesar de su conocimiento de otros estilos.

La tonalidad de sus voces siempre ha venido marcando su éxito. Algunos podrán preguntarse por qué Antonio Núñez ‘Chocolate’ casi nunca ha cantado por granaínas, milongas, o colombianas. Pues, generalmente, por sus condiciones de voz. Y es menester resaltar que el jerezano dominaba la mayoría de los estilos. Aún recuerdo la anécdota de cuando Manuel Pérez Mesa ‘Canalejas hijo’ le preguntó de dónde había bebido para cantar por bulerías la jota ‘Quisiera, quisiera volverme yedra. / Y subir, y subir por las paredes…’ Algo insólito en el repertorio de un añejo y ortodoxo cantaor gitano. Y Antonio le respondió: ‘De tu padre’. Lo cual nos dejó desangelados a los dos por nuestra sorpresa. Cierto que esa letra por bulerías y sus formas arcaicas de desarrollar el cante resultaban extrañas, pero a la vez inusitadamente bellas por su conocimiento del flamenco.

Abundando en el tema, generalmente no hemos preguntado por qué el repertorio clásico de los jerezanos siempre es por fragua, siguiriyas, soleares, tientos-tangos, fandangos y bulerías, aunque en algunas ocasiones se acuerden por malagueñas de ‘El Mellizo’ -y casi nunca de sus paisanos Francisco Lema ‘Fosforito’ y don Antonio Chacón- algún que otro cante minero como la taranta-taranto de Manuel Torre, y muy poco por alegrías. ¡Fácil! Ellos dominan con bastante perfección los estilos antes referidos y, en el fondo, esos son los que les demandamos los aficionados.

Con lo citado, estoy en la tesitura de afirmar que cualquier cantaor no se encuentra agusto en otra serie de palos que no sean sus habituales ¿Se imaginan a Antonio Mairena cantando por colombianas? ¿Sería alguien tan atrevido a refutarme que no las conociera y las cantara? En el flamenco, como en el cualquier otro arte, los intérpretes tienen su especialización. Para brillar no hace falta –si me apuran- ser enciclopédico. Lo adecuado es conocerlo todo y elegir lo más adaptable a su personalidad y voz flamenca.

Quizás, uno de los artistas más amplios que he conocido ha sido Rafael Romero ‘El Gallina’. Cantaba y bien por fragua, siguiriyas, soleares, cañas, serranas, tientos-tangos, peteneras, rondeñas –con creatividad propia como en la caña-, cantiñas-alegrías y muy especialmente mirabrás y romeras, cantes mineros, campanilleros, alboreás, farrucas, garrotín, guajiras, jaleos extremeños, nanas, polos, cantes abandolaos, caracoles, granaínas, malagueñas, saetas, bulerías, villancicos flamencos y zambras. ¿Se puede pedir más? Sin embargo, me emocionaba con sus siguiriyas, cañas, serranas, rondeñas, peteneras, cantes de la madrugá (cantes mineros primigenios), mirabrás, soleares de ‘Yllanda’ y villancicos de Andújar. Su repertorio clásico.

Todo lo escrito viene porque hace unas semanas (cuando celebró sus 50 años con el cante) Juan Moreno Maya ‘El Pele’ cantó por milongas, y desde luego no lo encontré. No son de su repertorio brillante.

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente
de la Peña Flamenca de Jaén)

lunes, 18 de junio de 2018

Por soleá. MIGUEL ACAL JIMÉNEZ. CRÍTICO FLAMENCO.

Quiero recordar en la columna de hoy a un gran maestro de la crítica flamenca, el cual me enseñó muchos de los conocimientos que he venido adquiriendo sobre nuestra música, de las acertadas pautas a seguir en este trabajo, y a sopesar con calma los calificativos flamencos sobre los artistas. Falleció en 2002, más en la memoria de los aficionados sigue su ilustre quehacer en RNE en Sevilla y en la prensa de la capital hispalense.

Miguel Acal (foto de Paco Sánchez)
Miguel Acal Jiménez comenzó con 18 años ha dejar constancia de su valía y afición a través de escritos y crónicas radiofónicas, para posteriormente instaurar su magisterio como columnista y realizador-presentador de programas de radio. Y es que su verdadera maestría, entre otras muchas circunstancias, le vino a través de inolvidables y numerosas vivencias con los artistas flamencos a los que conocía por su constante tesón por este arte.

Fue propulsor de una línea vanguardista para su época que se ha quedado como patrón a seguir por otros muchos. El hecho de citar a los flamencos por su nombre y dos apellidos, aparte del apelativo correspondiente, incidía aún más en el conocimiento de la figura en cuestión, de su linaje artístico y de su trayectoria profesional. El aferrarse siempre a la concienzuda verdad de lo visto y vivido durante el espectáculo flamenco, hizo que sus críticas o crónicas gozaran del prestigio del que siempre acertaba en sus manifestaciones periodísticas y radiofónicas.

Fiel seguidor de la ortodoxia flamenca, sin dejar de observar con interés los movimientos de renovación artística de esta universal música, siempre valoraba acertadamente lo sustancioso de cada manifestación flamenca, y a veces con comentarios premonitorios sobre el futuro venidero de las trayectorias de los artistas, que más tarde se confirmaban. Quizás esta fuera una de sus cualidades más señeras. Cuidaba con respeto y honestidad a los protagonistas de sus críticas, e incidía en resaltar siempre lo mejor de cada uno, sin dejar de apuntillar por el camino que no se había de seguir.

Enamorado a ultranza de las zonas cantaoras de su Sevilla y de Utrera, de las voces netamente flamencas, o de los acertados patrones marcados por Antonio Mairena, Miguel expuso siempre la riqueza musical que unas y otro habían establecido en la historia del flamenco. Y lo constató con la verdad que le otorgaba su conocimiento e imparcialidad como crítico, aunque no por ello dejó de reconocer y apreciar los valores que se atribuyen y aceptan a otras escuelas cantaoras.

Miguel era un flamenco al cual recordaremos siempre como ejemplo a seguir en este difícil trabajo; un colaborador certero y prestante que nos arropaba, como muchos otros, a continuar con entusiasmo en la labor de publicar la revista ‘Candil’; un hombre que en todo momento estaba dispuesto a prestarnos su enorme capacidad flamenca para documentar y resaltar nuestros contenidos; una persona a la que siempre recordaré con cariño por sus enseñanzas y por tantos y placenteros momentos vividos en común en los ambientes flamencos.



Rafael Valera Espinosa

lunes, 4 de junio de 2018

Por soleá. AÑEJO CAUDAL FLAMENCO (II).

Continuando con la referencia que la pasada semana comencé sobre el álbum publicado por la Junta de Andalucía en 2005, el cual se titula ‘Cilindros de cera. Primeras grabaciones de Flamenco’, en esta segunda parte reiteraré mi análisis crítico del mismo, después del criterio vertido sobre los primeros cortes efectuada anteriormente, los cuales corresponden al cantaor Manolo ‘El Sevillano’, los que creo pertenecen a la última década del siglo XIX.

En la columna de hoy encuentro necesario resaltar el protagonismo de Antonio Pozo “El Mochuelo” por su amplia aportación a la fonografía de aquellos tiempos. Demuestra, como han escrito sobre él, que “lo cantó y lo grabó todo”. Mas, lo que me llama la atención es como en estos primeros cortes se evidencia, como le comentaba Rafael Romero “El Gallina” a Rosario López, que Pastora tuvo que sopesar en algunos momentos la personalidad de su paisano para estructurar su creatividad por tangos y “tangos de los tientos”; estilos estos en los que podemos apreciar las entonaciones gaditanas muy cercanas a nosotros como las de Aurelio, Manolo Vargas o ‘Pericón’, con lo que se evidencia la vigencia de un estilo ya formado en aquel tiempo en su estructura musical, y como en los siguientes cortes se clarifica con rotundidad su enlace con el ritmo de los tangos. En cuanto a los tangos bandoleros, la diferencia con los anteriores solo estriba en un aligeramiento del ritmo, la letra alusiva a los que les da nominación, y un matiz más folclórico.

Ante lo expuesto anteriormente, hay que destacar cómo la interpretación que de los tangos realiza Rafael Moreno el de Jerez, un año mayor que El Mochuelo, suena con todas las características de un palo netamente flamenco, actual y pleno de singularidad personal, obviándose así cualquier matiz folclórico. En el corte número trece escuchamos la interpretación de un tal José que comienza por tangos para, tras un rasgueo de guitarra, abordar los tientos y dejarnos en ambos estilos ciertos aires que recogiera después ‘Pepe el de la Matrona’. Y aquí surge la pregunta ¿fue así como los estructuró Enrique el Mellizo cuando estableció la ralentización del ritmo de los primeros para crear los segundos?

En los estilos libres vuelven a tomar el protagonismo Manolo el Sevillano y Antonio Pozo “El Mochuelo”, el primero con unos aires abandolaos y una malagueña de El Canario. Otro tanto establece el segundo, el cual define con rotundidad personal la creatividad de El Canario y un remate por verdial. Sin embargo, el corte 17 que también lo denomina como malagueña, mantiene todos los visos de una jota aflamencada que remata por la misma línea con inclinación a los aires abandolaos, y si la comparamos con su cartagenera y la de La Rubia de los cortes 21 y 22 (¿cogería Chacón la jota murciana y al aflamencarla creo la cartagenera?) comprobaremos que están muy ligadas en su estructura musical. La siguiente malagueña del corte 18 muestra la definición del estilo.

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente
de la Peña Flamenca de Jaén)



viernes, 1 de junio de 2018

XXXIII Semana de Estudios Flamencos. Entrevista en Canal Sur-Radio.

Entrevista en directo de Canal Sur-Radio, realizada el pasado 22 de mayo, a Rafael Valera (vicepresidente de la Peña Flamenca de Jaén y crítico flamenco) y a Alfonso Ibáñez (presidente de la Peña Flamenca de Jaén).

A partir del minuto 28: http://www.canalsur.es/radio/programas/aqui-estamos-en-jaen/detalle/299298.html?video=1282909&fecha=&ano=


Rafael Valera, Luz Almagro (Canal Sur) y Alfonso Ibáñez durante la entrevista