lunes, 27 de febrero de 2017

Por soleá. GRANDEZA DE PACO DE LUCIA (IV)

Quiero continuar el homenaje a ‘Paco de Lucía’ que a principio de mes inicié con motivo de la celebración, este pasado 25 de febrero, del tercer aniversario de su muerte, con el recuerdo de la que quizás sea la grandeza más señalada de nuestro algecireño antes de subir a un escenario. La rebeldía del gran artista se produjo en Sevilla un 12 de octubre (Día de la Hispanidad) del año 1989, y fue como sigue por reflejar su nombre en el cartel anunciador en letras más pequeñas que los de Plácido Domingo y Julio Iglesias: “Mi nombre fue anunciado junto a los precios; sentí que se ofendía a mi cultura y dije que no tocaba", declaró Paco de Lucía ayer a este periódico (El País) para explicar su incomparecencia en el concierto que el pasado jueves se celebró en Sevilla. La actuación del guitarrista español, que actualmente realiza una gira por Europa, estaba programada junto a las de Plácido Domingo y Julio Iglesias, entre otros artistas, en el festival Soñadores de España. ‘En el contrato de Paco de Lucía no estaba estipulado el tamaño de su nombre en la publicidad’, ha declarado un portavoz de la empresa promotora del concierto.

Y siguió diciendo Paco: Creo que no es arrogancia", continúa el guitarrista. "Intento reivindicar el flamenco, reconocido en todo el mundo como una de las músicas más importantes, y ya es hora de que en España se trate con dignidad. Ya está bien de la España de pandereta".

También he querido reflejar en ésta entrega las opiniones de dos grandes artistas que igualmente reiteran su grandeza como insigne figura histórica de la guitarra flamenca. Me dijo Manolo Sanlúcar sobre ‘Paco de Lucía’: “¡Paco es tan completo…! Tiene un sentido rítmico absolutamente sorprendente, tiene un sentido armónico increíble, tiene elegancia, tiene contrastes, cuenta la música, la explica como mucha naturalidad. Yo no he conocido a nadie, ni creo que haya existido nadie que reúna tantas condiciones como él. Todo esto te lo digo, lo he sentido siempre así, y la testigo más clara que podemos tener es mi mujer. Ella se ha reído muchas veces mientras me veía pegar botes en el sofá escuchando a Paco.”

Y nuestra añorada Rosario López lo definió como establecía su sinceridad y sentimientos flamencos: “Basta con oírle y verle. He vivido muchos momentos en los que me he sentido impotente a la hora de adjetivar sus trabajos. Guardo vivencias, anécdotas y recuerdos entrañables junto a él, en compañía también de mi maestro y amigo Rafael Romero, Perico el del Lunar, etc., en ‘Villa Rosa’, Lebrija, Jerez, Madrid, Sevilla… Paco es soberbio, pura creatividad, inspiración. Refleja en cada nota de su música su clara y evidente sensibilidad, su espiritualidad, aunque puede, a veces, ser terrible e implacable con nuestros frágiles sentidos, logrando que se desborden nuestros ojos, pero creo que nunca hacemos esfuerzo alguno para evitarlo. ¡Si yo pudiera cantar a tu música, a tu arte…!”
           
Rafael Valera Espinosa

Memoria Flamenca. MANUEL LLERENA “EL CHATO DE LA ISLA” (II)

“VALDERRAMA ES UN PEDAZO DE ARTISTA. LO DIGO YO.”

El 16 de marzo de 1990, Manuel Llerena Ramos “El Chato de la Isla”, ofreció un recital en la Peña Flamenca de Jaén en el que interpretó cantiñas-alegrías con aires de El Mellizo y La Mejorana; cantes de ‘El Piyayo’; malagueñas de Enrique El Mellizo; fandangos de “Enrique El Almendro”, a través de Caracol; siguiriyas de Manuel Molina, Paco La Luz y Manuel Torre; tientos-tangos de ‘El Melu’ y El Mellizo; fandangos de ‘Macandé’, ‘El Carbonerillo’ y Pepe Aznalcóllar; zambras y tientos con evocaciones de Manolo Caracol; Soleares de ‘La Andonda’, Antonio Frijones y El Loco Mateo; bulerías, y fandangos de Huelva por el localismo de Santa Eulalia y el personalismo de El Cojo de Huelva. Todos los estilos desarrollados con personalidad, recreaciones singulares y mucho conocimiento.

Pero antes –como generalmente siempre acontecía- estábamos enfrascados en la entrevista que le efectué para la revista Candil, la cual comencé a publicar la semana pasada. Como a la totalidad de mis entrevistados, a Manuel Llerena también le pedí su opinión sobre los festivales flamencos:

Respuesta: “¡Hombre los veo perfectamente bien! Los veo maravillosos y que no se pierdan nunca. Desgraciaos de nosotros si se perdieran los festivales. Lo que pasa es que se hacen algunos demasiados largos y duran hasta las cinco de la madrugá, y cuando va a cantar el último, ni tiene ganas de cantar ni ganas de ná… lo que tiene es gana de irse. Son demasiado ‘jartibles’. Si los pusieran un poquito más cortos, por ejemplo, empezar a las once de la noche y terminar a las tres de la madrugá, yo creo que estarían bastante mejor. Cuando te toca salir a las cinco o seis de la mañana, sales sin ganas de cantar y sin ganas de mirar a nadie. Además, no se canta ni bien. Na más que del sufrimiento te quedas mudo, te quedas ronco. Y hay que justificarse ante el público pa poner la mano.”

P: ¿Aún te poner nervioso antes de salir?

R: “¡Hombre! Manda el respeto. Y el que diga que no, eso es incierto. Los micros siempre imponen. Sentarte donde hay un público manda respeto. A mí no mucho por la costumbre que ya tengo. Yo salgo como si estuviera en mi casa, pero manda respeto.

El Chato de la Isla entrevistado por Rafael Valera
P: ¿No crees que a veces puede parecer que en los festivales hay cierto abuso a la hora de interpretar fandangos, colombianas, etc?

R: “Bueno, cada uno hace lo que puede. Ni lo veo bien ni lo veo mal. Cada uno va a su son. Eso sí, yo salgo a cantar y canto mi soleá, mi siguiriya, mi malagueña, mis tientos, mis tarantos, mis bulerías, mis alegrías… Las colombianas y esas cosas no las canto, sé cantarlas pero no me van. Mira que las tengo grabadas y too, pero son cantes que no les veo yo salsa. Pero eso sí, yo les tengo respeto a quienes los cantan.”

P: ¿Se podría con la moda de estos cantes volver a los ecos de la ‘Opereta Flamenca’? ¿Podrían tener más popularidad cantaores como Pepe Marchena, Juan Valderrama, Manolo el de la Ribera, o el Niño de la Huerta?

R: “Con el respeto de todos, Valderrama es un pedazo de artista desde los pies a la cabeza. Lo digo yo. Lo dice ‘El Chato de la Isla’… ¡Pero de los pies a la cabeza! Lo que resulta es –y lo veo requetebién- que si yo ahora cantando como estoy cantando, gano cuatro duros, y cantando que si un pasodoble, que si esto, que si lo otro, me pongo millonario, pues yo me voy al pasodoble, porque es lo que da dinero. Valderrama todo lo que canta lo canta bien y muy bonito, con mucho gusto. Lo digo yo que le he escuchao en un escenario, y tal como estamos ahora nosotros. Valderrama, el difunto de Porrina, y yo, los tres en mi trabajo. Entonces trabajaba yo en ‘Las Brujas’, en la calle Norte, número 15. Nos metimos en un cuarto con unos señores y cantó Valderrama que no se puede cantar mejor. Conociendo los cantes como Dios manda. Digan lo que digan y hablen lo que hablen. Yo digo la realidad porque la he vivido y la he escuchao ¡Que sí es muy payo…! No hace falta ser gitano pa cantar bien. Y yo no tengo na en contra de los gitanos, pues lo poquito que sé se lo debo a los gitanos.”

P: ¿Cómo está el ambiente flamenco en Madrid?

R: “¡Vamos tirando! Ahora está la cosilla más floja, antes estaba mejor. ¡Pero vamos…! Yo no tengo queja. A mí no me falta el trabajo. Y eso que llevo muchísimos años, desde que dejé la Venta de Vargas hace veintisiete años que en Madrid. Me fui en un camión de pescao, ¡que llegué de mierda…! No te puedes hacer una idea. Cuando llegué a Madrid en ese estao, mi representante me tuvo que llevar a una tienda y comprarme otro traje que luego le pagué. En aquella época ganaba yo trescientas cincuenta pesetas; diez duros para el representante y las trescientas para mí. Le mandaba a mi mujer dinero todas las semanas y pagaba mi pensión. Luego se vino conmigo y allí seguimos estando. Me tiré veintiún años trabajando en la misma casa. En estos momentos estoy en El Café de Chinitas.”

P: ¿Qué ambientes se viven en los tablaos?

R: “Lo que pasa es que los artistas en los tablaos se queman. Se queman porque siempre es la misma rutina: la soleá, la alegría, la soleá, la alegría… y de ahí no se sale y, entonces se envician los cantes. En los tablaos se envician los cantes, se envician los bailes, se envicia too. Como no se tenga cuidao se echa a perder too. Lo que pasa es que está bien para el turismo, pero al que le guste escuchar el flamenco, no va a escucharlo. Hay doce mujeres, dos cantaores y dos guitarristas, y a ver quién hace más ruido, el que chilla más… Eso no es flamenco, ese no es el flamenco. El flamenco es, por ejemplo, coger tu sillita, te sientas y que la gente te escuche, eso sí es flamenco. Allí está trabajando también José Mercé, que el único que sale solito con la silla y hace unos cantecitos y se acabó.”

Rafael Valera Espinosa

martes, 21 de febrero de 2017

Por soleá. LA GRANDEZA DE PACO DE LUCIA (III)

Finalicé la pasada columna con los testimonios sobre ‘Paco de Lucía’ de tres grandes maestros de la guitarra flamenca como Juan Carmona “Habichuela”, Manuel Moreno Jiménez “Manuel Morao” y José Luis Postigo. En la continuación del sucinto homenaje que me he atrevido a ofrecerle en el tercer aniversario de su muerte, hoy he querido recoger las de jóvenes maestros consagrados de la guitarra.

Juan el de la Vara y Paco de Lucía
El primero elegido ha sido al conocido y prestigioso Vicente Amigo, el cual, en la entrevista que le hice para Candil en  abril de 1990, junto con Juan Moreno Maya “El Pele”, contestó a mi pregunta sobre el algecireño con la prestante rotundidez que sigue: “Paco de Lucía es para mí el dios que yo conozco de la guitarra flamenca; si hay otro, yo no lo he visto todavía. Paco es la guitarra flamenca en persona. El canta con su guitarra.”

Mas, también he de referir la admiración que por el maestro siempre ha sentido uno de los más sobresalientes flamencos de la historia de esta provincia, como es el guitarrista José Moreno Justicia “Pepe Justicia”, natural de Mancha Real, que ha sido galardonado con los más prestigiosos premios del ámbito flamenco  como el Premio Internacional de Guitarra Flamenca, Jerez 1987 y 1999; Premio Nacional de la Crítica al mejor disco de Guitarra Flamenca en 2003, entre otros, y que desde el año 2007 es profesor de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Superior de Danza de Málaga. En el otoño de 1987, a Pedro Sánchez Ortega y a mí nos manifestó que “Paco de Lucía ha influido en mí porque Paco ha influido en el flamenco. Paco de Lucía ha influido en todos los guitarristas y hasta en los cantaores, por su creatividad. Pienso que Paco no es un fenómeno de generación espontánea, sino el resultado de una evolución de muchos años, que empieza con los primeros guitarristas como Miguel Borrull, Ramón Montoya, Niño Ricardo… Todo esto ha ido a parar a un tío que tiene unas condiciones únicas para tocar la guitarra; condiciones físicas, técnicas, de sensibilidad… y este ha sido el resultado de esta evolución.”

Otro de los más importantes tocaores de acompañamiento en la actualidad es Antonio Carrión Jiménez “Niño Carrión” o “Antonio Carrión”. Estas son sus manifestaciones para Candil sobre Paco de Lucía en diciembre de 2000: “Paco de Lucía es punto y aparte. Paco es el gran monstruo. Paco le ha dado un impulso enorme a la guitarra flamenca, y muy concretamente entre la juventud. Lo que no sé es si esto es bueno o no tan bueno, pues chavales que se comen la guitarra los hay a manojitos, pero que después le pongan un cantaor para acompañarle y sepan hacerlo, eso ya es más difícil. Y todo esto viene por querer ser como Paco. No se entera la gente de que Paco deja de ser solista y se vuelve acompañante a las mil maravillas, porque ya antes desarrolló esta faceta.”


Rafael Valera Espinosa

lunes, 20 de febrero de 2017

Actuación de Antonio Puerto.

El próximo día 24 de febrero, viernes, y con motivo de la festividad del Día de Andalucía, hemos organizado un recital flamenco en nuestra entidad, el cual estará a cargo del cantaor del Puerto de Santamaría, Antonio Puerto, que será acompañado por la guitarra de Antonio Gómez.


El acto comenzará a las 21,30 horas.


ANTONIO GUTIÉRREZ NAVARRO, cantaor gitano,  es un artista único, ha sido novillero, canta flamenco, pinta con arenas de colores y compone letras de canciones, más conocido en la historia del arte del cante flamenco con el nombre artístico de ANTONIO PUERTO, nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) el día 8 de noviembre del año de 1958, en la calle Santa Fe 27, es el cuarto de los cinco hermanos del matrimonio formado por los porteños José Luis y Emilia. Su familia vivía en la Finca ‘El Águila’, en la carretera de Fuenterrabía, y ya de mayor en la barriada de Los Milagros. Está casado con María del Carmen Martín, con quien tiene una hija, de nombre Lidia.

http://www.elartedevivirelflamenco.com/cantaores734.html

miércoles, 15 de febrero de 2017

Memoria flamenca. MANUEL LLERENA “EL CHATO DE LA ISLA” (I)

“CAMARÓN ES UN FUERA DE SERIE.”

El Chato de la Isla entrevistado por Rafael Valera
Estábamos en la primavera de 1990 y ya habían desaparecido singulares y eminentes artistas representativos del sello gaditano como Manolo Vargas o Pericón de Cádiz, herederos de Aurelio Sellés Nondedeu, el cual a su vez había establecido el seguimiento de la escuela de Enrique Jiménez “El Mellizo”. Cierto que había otros representantes de la referida escuela como Benito Rodríguez Rey “Beni de Cádiz”, o Juan Manuel Rodríguez Sarabia “Chano Lobato”. Mas, estos últimos acrisolaban en su arte una doble escuela, la aludida y la caracolera. Es menester señalar que nuestro protagonista también estaba subyugado por la citada dicotomía cantaora. Sin embargo, Manuel Llerena Ramos “El Chato de la Isla” era un poco –no mucho- más antiguo que los dos últimos. El afán del colectivo de la Peña Flamenca de Jaén era conocer de primera mano los ambientes cantaores gaditanos de la postguerra, de ahí que se reclamara la presencia del añejo cantaor de San Fernando para que cantara y nos relatara sus vivencias para la revista “Candil”.

Era menudo y con singular e inconfundible aspecto por su chatera. Alegre, jovial y, a pesar de su edad cuando le hice la entrevista, estaba pleno de vitalidad. Vino a la Peña de Jaén para constatar su ensolerado arte, el cual estaba impregnado de aires salineros y ecos de Manolo Caracol. ‘El Chato de la Isla’ era uno de esos cantaores a los que se cuajó la voz cantando en tranvías que hacían el trayecto entre San Fernando y Cádiz. Muchas fueron sus vivencias flamencas, y numerosos los artistas con lo que convivió. Al igual que otros intérpretes de su comarca cantaora, José Llerena Ramos emigró a Madrid, a comienzos de los sesenta, en busca de una vida más coherente con su arte, y que a la vez fuera compatible con la desarrollada en las ventas y tugurios de la zona que le vio nacer. Mantenía una auténtica devoción por Camarón de la Isla, enamoramiento que iba aparejado por los ecos de Manolo Caracol. Nacido en 1926, accedió a que le entrevistara para ‘Candil” con auténtico deleite.

Rafael Valera: ¿Cómo fueron tus inicios flamencos?

Respuesta:“Empecé desde muy chiquitito, tendría unos siete años. Comencé a cantar en los tranvías que iban de Cádiz a San Fernando por aquella época. Me quedé sin padre y tenía que mantener a mí familia, a mis hermanas, que eran mayores que  yo. Cantaba –como he dicho- en los tranvías, luego pasaba la gorrilla, cogía dos perrillas y llevaba que comer a mí casa todos los días. Casé a mis hermanas, que por cierto ya han muerto las pobres… De veinticuatro que tuvo mi madre, el único que queda soy yo, el más feo: ‘El Chato de la Isla’.

P: Normalmente ¿Cuánto sacabas en una jornada de cante en los tranvías?

R: “Pues sacaba mucho dinero. Yo estaba como si fuera inspector, me bajaba de uno y me subía en otro, me subía y me bajaba, así estaba todo el día y al final me iba a mi casa con los bolsillos llenos de perras. Los primero dos reales que ganaba me los daba el cobrador del tranvía para que picara la gente, luego se los devolvía. Así me tiré algunos años… lo menos seis u ocho. Después me fui a la Venta de Vargas y allí me tiré dieciocho o veinte años, y así fue como he ido pasando la vida.”

P: ¿En tu familia ha habido antecedentes cantaores?

R: “En la familia mía, mi padre cantaba muy requetebién, pero no se dedicaba a esto porque era patrón de barco de pesca, pero cantaba muy bien. Cantaba cuando tenía dos copas, pero no se dedicó al cante. Profesionalmente yo he sío el primero de mi familia. Bueno, aunque no se han dedicao tampoco a esto, en mi familia de los Pavones si hay algunos primos que cantan bien. Mi padre se llamaba Ramón Llerena Pavón. Mis primos están bien colocaos y ninguno se inclinó por el cante.”

P: ¿Y tus hijos, apuntan algo?

R: ¿Mis chiquillos…? ¡Ninguno! Les gusta el toque pero ninguno canta. ¡Bueno… tengo uno que canta!  Ya ves, lo más difícil… Uno que ha nació en Madrid canta gracioso, pero no canta las cosas del padre, canta las cosas de Camarón. Y es que le gusta el Camarón a rabiar y yo lo veo muy bien.”

P: ¿Tú conviviste con Camarón y Rancapino en tus años de cante en Cádiz?

R: “¡Si hombre! Rancapino me gusta mucho cantando porque canta gracioso y me gusta a mí. Canta con cierta fatiguita, pero muy a compás y con mucho ritmo, canta muy requetebién. Y del Camarón ¿qué quieres que te diga…? Que es un fuera de serie, lo mejor que ha dao la historia. No de ahora, sino de hace muchísimos años.”

P: Volviendo a tu vida y a tu cante en los tranvías… ¿la gente te solicitaba los cantes?

R: “¡No, qué va! Yo cantaba lo que me salía y así trincaba. Cantaba fandangos, bulerías, alegrías… Lo que me salía en el momento, después pasaba mi gorrilla y a trincar. Como he referido, siendo ya mayor pasé a la Venta de Vargas y después a Madrid.”

P: ¿Con quién alternabas en la Venta de Vargas?

R: “Allí ha estao Fosforito, que entonces estaba haciendo la mili y allí nos buscábamos la vida los dos. También estuvo mi compadre Fernando Terremoto… Hasta Canalejas de Puerto Real estuvo cantando con nosotros. Caracol también ha cantao en la Venta, Juan Valderrama también estuvo allí… Por la Venta de Vargas han pasao muchos artistas.”

P: ¿Se vivía mejor entonces mejor el flamenco?

R: “Ahora se vive mejor que antes. Entonces se pasaban muchísimas fatigas para poder vivir con el flamenco. Primero que te pagaban muy poco y te tenían toa la noche para ganar veinte duros. Y además te decían… ¿Qué quieres…? Yo trabajo ocho horas para ganar quince duros y encima te pago veinte. Era una época jodia. ¡Ahora sí! Había otra solera, otra cosa, otro… ¡Yo qué sé cómo explicarlo…! No sé explicarlo porque soy un analfabeto, pero había otra solera, otro compañerismo, gente más sana. Ahora hay más picardía. En aquél tiempo me llevaba muy bien con Fosforito… Eramos como hermanos. También con otro cantaor que se llamaba ‘El Chaqueta de Chiclana’ que ya no se dedica a esto.”

Continuará.

Rafael Valera Espinosa

lunes, 13 de febrero de 2017

Por soleá. LA GRANDEZA DE PACO DE LUCIA (II)


Finalizaba esta columna la pasada semana con unas declaraciones sobre Francisco Sánchez Gómez ‘Paco de Lucía’ -del que se cumplirán tres años de su muerte el próximo 25 de febrero- con unas loables frases sobre su arte del también desaparecido guitarrista Enrique de Melchor, tras argumentar que han sido los profesionales flamencos del instrumento los que mejor han definido siempre la figura de ‘Paco de Lucía’. Es por ello que en este homenaje que vengo rindiendo al guitarrista, los que fueron sus compañeros y admiradores son los que certifican la inigualable calidad de su toque.

Aunque ya está publicado en estas páginas, quiero volver a resaltar lo que Juan Carmona Carmona ‘Juan Habichuela’, me refirió en 1986 sobre el maestro: “Paco de Lucía es Paco de Lucía, es un auténtico monstruo. Es el mejor que ha dao la historia de la guitarra flamenca. Eso que dicen algunos de que Paco no toca pa cantar… Toca mejor que todos pa cantar ¡Mejor que todos! Lo que pasa es que hay que saber lo que está haciendo ese tío… ¿Qué luego toca solo? Pues ahí está lo que hace.”

En el verano 1995, como en tantas otras ocasiones, José Luis Postigo Guerra vino a la Peña Flamenca de Jaén a continuar patentizando su poderío tocaor, la entrevista fue pertinente, como también la opinión sobre ‘Paco de Lucía’ del que fuera Premio "Manuel de Huelva" en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba (1983) y Premio Nacional de Guitarra concedido por la Cátedra de Flamenco de Jerez de la Frontera (1983): “Es un fenómeno. Soy un gran admirador de él y te voy a contar una anécdota que da fe de ello. Estaba yo en Barcelona trabajando en ‘Los Tarantos’, en el año 69. En un descanso estábamos sentaos en el suelo bromeando cuando entra Fosforito, su mujer y detrás venía Paco. Al verlo, inmediatamente me levanté y me puse firme como si estuviera en el cuartel viendo a un general.”

Sin embargo, hubo una referencia muy peculiar sobre Paco que me llamó mucho la atención por la ¿acertada? reflexión con que fue realizada. Me la hizo Manuel Moreno Jiménez ‘Morao de Jerez’ en el año 2001. No escatimó alabanzas sobre nuestro protagonista, mas, creo que rizó el rizo: “Pienso que Paco de Lucía es un gran artista de su época y pienso que es otra cosa.  Insisto, es un artista que ha nacido dentro de su época. Porque también hay una equivocación con el nacimiento de los artistas. Cuando los artistas nacemos fuera de época es muy difícil triunfar. Si naces en la época que a ti te viene bien por tu manera de ser, por lo que tú haces, por lo que crees y por lo que conceptúas en la vida, entonces tienes el noventa por ciento ganao. Por eso, considero a Paco de Lucía un gran artista, pero con la circunstancia de que ha nacido dentro de su época.”


Rafael Valera Espinosa

lunes, 6 de febrero de 2017

Por soleá. LA GRANDEZA DE PACO DE LUCIA (I)

El próximo 25 de febrero se cumplen tres años de la muerte de Francisco Sánchez Gómez “Paco de Lucía”. Es posible considerar que los flamencos nos sintamos huérfanos desde la referida fecha, mas no es así. Paco sigue y seguirá vigente en la historia de nuestra universal música por haber sido el mayor impulsor de la cultura flamenca en todo el mundo. Gracias a su inconmensurable arte nuestro flamenco nunca será olvidado por cualquier habitante del planeta tierra.

Releyendo las muchas páginas de la también universal revista “Candil” para mis publicaciones de la serie “Memoria Flamenca”, y muy concretamente en las referencias de mis entrevistados sobre la guitarra, la figura de Paco de Lucía es la más ponderable de la historia. Desde Juan Carmona “Habichuela”, pasando por Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, Manolo Sanlúcar, Manuel Moreno “Morao de Jerez”, José Luis Postigo, Juan Manuel Rodríguez Sarabia “Chano Lobato”, etc., todos han manifestado que no ha habido otro mejor que Paco de Lucía. Y no solo en su arte, también como buena persona y artista asequible, a pesar de su enorme popularidad.    

En varias ocasiones he tenido la suerte de haber sido participe de la actitud simple y cariñosa del maestro. Como he referido siempre, la primera cuando disfruté del placentero momento que junto a él viví durante la entrevista que le efectué para Candil en el Teatro-Cine Asuán de nuestra jiennense capital, un exultante día artístico de la primavera de 1986. Poco antes del comienzo de su recital, encontrándome a un Paco de Lucía con semblante de preocupación, quizá porque en aquellos tiempos era reacio a las entrevistas. Igualmente, consideré que ese estado de ánimo también era por la siempre responsabilidad que le suponía subirse a cualquier escenario y presentarse delante de un público amante del flamenco como era y es el de nuestra tierra. Jaén fue uno de los primeros lugares donde presentó sus nuevas composiciones. La entrevista fue corta por la premura que el guitarrista me recomendó para poder llevar a cabo la puesta a punto de su mente, manos y grupo. Y siempre con un comportamiento tan sencillo y cariñoso, como si nos conociéramos de toda la vida. Así era Paco.

Mas, son las manifestaciones de sus compañeros las que lo han hecho aún más grande. Como primer ejemplo citaré lo que me comentó Enrique de Melchor: “La calidad y la popularidad de Paco de Lucía no margina al resto de los guitarristas. Lo que pasa es que Paco ha llegado a una altura tan grande, y además ha puesto el listón tan alto que es casi imposible llegar ahí. Insisto en que no margina porque el mejor momento de la guitarra flamenca es el de ahora (año 1994). Lo que sucede es que Paco toca tan bien que para llegar a estar dignamente al lao de él, hay que echarle muchas horas a la guitarra. A mí me gustaría que salieran muchos Pacos de Lucía.”
Rafael Valera Espinosa

jueves, 2 de febrero de 2017

Vicky Romero: “Me expreso con el flamenco”.

La cantaora Vicky Romero (Barcelona, 1973) es una de las voces flamencas más reconocidas en el panorama nacional e internacional y Jaén tiene la suerte de contar con ella y de escucharla en su estilo, nada encorsetado en el flamenco ortodoxo. “El flamenco es mi forma de expresión. Va ligado a mi vida”, reconoce.

Su voz suena a flamenco clásico y contemporáneo, con una apertura musical que le permite fusionarlo con jazz, música árabe y africana, con rock, pop y funky. “Me siento reconocida en Jaén, pero quizás no tanto en ese círculo más ortodoxo del flamenco, aunque el acercamiento está siendo mayor en los últimos tiempos” reconoce la cantaora, que reside en la capital desde el año 2000, aunque se dio a conocer como cantaora cuando tenía 16 años. De familia jienense, lo hizo interpretando una saeta a Nuestro Padre Jesús Nazareno en procesión, convirtiéndose desde entonces en la voz flamenca más joven de Jaén. Y lo sigue siendo, con el aval de una carrera profesional llena de éxitos con la que ha promocionado el nombre de su “ciudad de corazón”, de Jaén.

Su recorrido la ha llevado a actuar en ciudades como Viena (Austria), Roma (Italia), y en países como Francia y Suiza, compartiendo cartel con los mejores cantaores flamencos de España y ahora está inmersa en proyectos desde Jaén y para Jaén, con el reto de que 2017 le permita sacar su primer disco en solitario, después de que éste se paralizara en 2015. “Está siendo muy difícil encontrar financiación para sacar el disco y quizás optemos por el crowdfunding”, afirma la cantaora, que echa de menos el apoyo institucional para crear un círculo flamenco en la capital que permita disfrutar de este arte a propios y visitantes. Echa en falta un tablao flamenco en la ciudad, ante las limitaciones de la Peña Flamenca, y más presencia de flamencos jienenses en festivales organizados en Jaén. Y es que reconoce que recorre la provincia con su cante, pero que en la ciudad “cuesta trabajar”, aunque no desiste y emplea esfuerzos en hacer de Jaén una capital flamenca. 

Y lo hace con las clases de flamenco que imparte desde el año 2009 en la Universidad Popular, donde nació la primera escuela de saetas (año 2011) de mano de una cantaora reconocida como el Premio Saetera hace dos años; y el taller de cante flamenco (2012). “Nunca pensé que sería masiva la asistencia a este tipo de talleres. En Jaén hay afición, pero no hay una educación en flamenco”, reconoce al hablar del público, a la vez que asegura que “hay cantera en Jaén y voces dignas de estar en el cartel de festivales flamencos”. Dispuesta a programar, a hacer propuestas flamencas, asegura que la principal traba en Jaén son los costes de las tasas por ocupación de espacios escénicos públicos. 

A lo largo de 2016 ha participado en las II Jornadas Provinciales de Flamenco, ha presentado el espectáculo de Hudson al Guadalquivir. Flamenco y Poesía, y ha llevado a Madrid su espectáculo ‘Caminar por los siglos’, además de participar en actos de la capital como el programa Duendeando o las Noches de Flamenco. Ahora está inmersa en un proyecto que convertirá al colegio ‘Príncipe Felipe’ de Torredelcampo en el único de la provincia con un grupo de alumnos de entre 3 y 12 años que adquirirán formación flamenca. Trabajará con alrededor de 20 estudiantes para introducirlos en el cante flamenco, con la colaboración de artistas como Juan Valderrama (hijo). 

Bisnieta y nieta de cantaoras flamencas, es la única de su familia que se dedica profesionalmente al flamenco y lo hace con una voz polifacética que le permite recrearse de lo “atractivo del estilo moderno” y “rescatar del olvido” cantes del flamenco clásico. “Soy afortunada por dedicarme profesionalmente al flamenco, aunque no es tarea fácil”, termina la cantaora.
Fuente: http://andaluciainformacion.es/jaen/637941/vicky-romero-me-expreso-con-el-flamenco/

miércoles, 1 de febrero de 2017

Por soleá. MARI CRUZ Y VERONICA “CANALEJAS”.

Hace semanas que escribía sobre lo acertada que había sido la unión de varios pueblos flamencos de nuestra comunidad como Jerez –de donde partió la idea-, Lebrija, Utrera, Morón de la Frontera y Mairena del Alcor, a los cuales se podrían haber sumado Alcalá de Guadaira, San Fernando, Algeciras y no sé cuantos más, con la intención de velar por las castas flamencas que en los mismos se han conformado, para incrementar así un mayor conocimiento de los clanes más añejos y artísticos de nuestro arte.

Villancicos 2016
Y en cuestiones de sagas cantaoras de reconocida trayectoria… ¿Qué pasa con Jaén? Desde mi consideración particular, la esperanza estaba -aparte de alguna más, pero sin un establecido liderazgo- en la raíz flamenca de Juan Pérez Sánchez “Canalejas de Puerto Real”. Una esencia artística oriunda y trasvasada a nuestra tierra del pueblo gaditano donde viera la luz artistas de la talla de Francisco Ortega Vargas “El Fillo”, alumno del legendario Antonio Monge Rivero “El Planeta”, y maestro de dos grandes figuras como Tomás de Vargas Suarez “Tomás El Nitri”, y Silverio Franconetti Aguilar “Silverio Franconetti”, si me apuran, los artífices de la historia del flamenco desde finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.  

Hermanos Canalejas, junto a Paco Cañada

En un comienzo –finales de los cincuenta e inicio de los sesenta-, los heredados acordes cantaores no estaban donde debieran. Tras el fallecimiento de Juan (diciembre de 1966), patriarca y figura visible, nadie se atrevía a manifestar su arte como no fuera en reuniones o festejos familiares muy particulares e íntimos. Ciertos sentimientos de orfandad cantaora, sobrecogimiento de no poder alcanzar el suficiente empaque artístico, y otras muchas por desidia, el tiempo se fue alargando sin percibir ninguna señal del linaje flamenco. Cierto es que Manolo, una vez perdidas las inhibiciones en las reuniones con amigos, comenzó a desentrañar todo el arte que atesoraba. A través de sus profesionales intervenciones en los Pregones Flamencos de la Navidad, algunos que otros festivales, y recitales en Peñas, convenció a los aficionados jiennenses de que la saga flamenca tenía cierta continuación.


Hoy en día, y en similar tesitura con su padre, los villancicos flamencos han canalizado la orientación profesional de Mari Cruz y su incentivación artística hacia otros estilos. La inicial valentía de ésta, ha propiciado que su hermana Verónica también se sume a corresponsabilizarse en la perpetuación de la saga “Canalejas”.

Demostradas sus determinadas solvencias en los cantes de Navidad, menester y recomendable es que sigan trabajando en el estudio –voces me han llegado que así es-  de estilos como las soleares, siguiriyas, malagueñas, tarantas, fandangos de Lucena, cantiñas-alegrías, serranas, bulerías –en especial de Cádiz-, guajiras por bulerías, saetas, etc., estilos en los que su abuelo patentizó una personalidad inigualable.

Cuentan con la base más primordial: la casta cantaora. Por su formación académica y conocimientos culturales, la tarea está determinada por incrementar su amor y afición por una cultura musical que supo enaltecer su abuelo, hasta lograr ser figura inolvidable del flamenco.

Rafael Valera Espinosa