El próximo 25 de
febrero se cumplen tres años de la muerte de Francisco Sánchez Gómez “Paco de Lucía”. Es posible considerar que
los flamencos nos sintamos huérfanos desde la referida fecha, mas no es así.
Paco sigue y seguirá vigente en la historia de nuestra universal música por
haber sido el mayor impulsor de la cultura flamenca en todo el mundo. Gracias a
su inconmensurable arte nuestro flamenco nunca será olvidado por cualquier
habitante del planeta tierra.
Releyendo las
muchas páginas de la también universal revista “Candil” para mis publicaciones de la serie “Memoria Flamenca”, y
muy concretamente en las referencias de mis entrevistados sobre la guitarra, la
figura de Paco de Lucía es la más ponderable de la historia. Desde Juan Carmona “Habichuela”, pasando por Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, Manolo
Sanlúcar, Manuel Moreno “Morao de Jerez”, José Luis Postigo, Juan Manuel
Rodríguez Sarabia “Chano Lobato”, etc., todos han manifestado que no ha
habido otro mejor que Paco de Lucía. Y no solo en su arte, también como buena
persona y artista asequible, a pesar de su enorme popularidad.
En varias ocasiones
he tenido la suerte de haber sido participe de la actitud simple y cariñosa del
maestro. Como he referido siempre, la primera cuando disfruté del placentero momento
que junto a él viví durante la entrevista que le efectué para Candil en el
Teatro-Cine Asuán de nuestra jiennense capital, un exultante día artístico de
la primavera de 1986. Poco antes del comienzo de su recital,
encontrándome a un Paco de Lucía con semblante de preocupación, quizá porque en
aquellos tiempos era reacio a las entrevistas. Igualmente, consideré que ese
estado de ánimo también era por la siempre responsabilidad que le suponía
subirse a cualquier escenario y presentarse delante de un público amante del
flamenco como era y es el de nuestra tierra. Jaén fue uno de los primeros
lugares donde presentó sus nuevas composiciones. La entrevista fue corta por la
premura que el guitarrista me recomendó para poder llevar a cabo la puesta a
punto de su mente, manos y grupo. Y siempre con un comportamiento tan sencillo
y cariñoso, como si nos conociéramos de toda la vida. Así era Paco.
Mas, son las
manifestaciones de sus compañeros las que lo han hecho aún más grande. Como primer
ejemplo citaré lo que me comentó Enrique
de Melchor: “La calidad y la
popularidad de Paco de Lucía no margina al resto de los guitarristas. Lo que
pasa es que Paco ha llegado a una altura tan grande, y además ha puesto el
listón tan alto que es casi imposible llegar ahí. Insisto en que no margina
porque el mejor momento de la guitarra flamenca es el de ahora (año 1994). Lo
que sucede es que Paco toca tan bien que para llegar a estar dignamente al lao
de él, hay que echarle muchas horas a la guitarra. A mí me gustaría que
salieran muchos Pacos de Lucía.”
Rafael
Valera Espinosa
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