miércoles, 23 de noviembre de 2016

Crónica flamenca. AMPLIO REPERTORIO FLAMENCO DE “FILO DE LOS PATIOS”


"Filo de los Patios" acompañada por Paco Cortés
Hace bastante tiempo que Madrid ha venido siendo considerada como la novena provincia flamenca. Es decir, las ochos andaluzas y Madrid. También a veces hemos de recordar las dos extremeñas, y como no Barcelona, sin olvidarnos de las murcianas Cartagena y La Unión. Mas, Madrid siempre ha sido emporio de grandes espectáculos flamencos, de cátedras flamencas –solo citaré las del siglo XX- como las de don Antonio Chacón, Pepe Marchena, Manolo Caracol, etc., que han consagrado a numerosas figuras de nuestro arte en sus cafés-cantantes como “Villa Rosa”, “Los Gabrieles”, “El Duende”, “Zambra”, “Los Canasteros”, “El Café de Chinitas”, “El Corral de la Morería”, etc. En la metrópolis de España, como sucede con el toreo, hay que triunfar para ser reconocido como auténtica figura.

Sus ambientes se han desarrollado en determinados lugares a los que acudían personajes de la talla de Pepe el de la Matrona, Rafael Romero, Manuel Moreno “El Morao”, José Blas Vega,  El Chata de Vicalvaro, El Canario de Madrid, Antonio Escribano Ortiz, Félix Grande, Enrique Morente, José Menese, etc, propiciando una seria afición entre la que se ha criado Filomena Auñon Proy “Filo de los Patios”, cantaora que con el acompañamiento de la guitarra del graníno Paco Cortés, protagonizó el recital flamenco del pasado viernes, 18 de noviembre, de la Peña Flamenca capitalina, encuadrado en el Circuito Flamenco “A la verde Oliva” que organiza la Federación Provincial de Peñas de Jaén, y que cuenta con el patrocinio de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía.
Comenzó su recital con malagueñas rememorativas de las creatividades de “La Trini”, con buen melisma, poderío tonal y cierta tesitura pastueña, y de Juan Reyes Osuna “El Canario” con las mismas características sonoras anteriores. En los siguientes tangos estableció una introducción modernista, para meterse de lleno –a veces con matiz estentóreo- en el recuerdo de La Niña de los Peines con aire reposado, abordando seguidamente la singularidad de la malagueña “La Pirula” por la Repompa de Málaga, y rematar con reiterados aires de Pastora Pavón con inclinaciones trianeras.

En los cantes mineros constató la influencia cadenciosa del cartagenero Antonio Piñana con una taranta-minera, para continuar por la creatividad de don Antonio Chacón por cartagenera en reiterada tesitura sosegada, y finalizar con valentía tonal por la taranta que El Cojo de Málaga grabara en 1923, y que posteriormente, en 1929, denominara como levantica. Ofertó seguidamente cantiñas-alegrías con introducción de matices acupletaos que en su tiempo popularizara “Chiquitete”, para seguidamente asentarse en la pureza gaditana de Manolo Vargas y Pericón de Cádiz. En las soleares ofreció un rotundo homenaje a Fernanda de Utrera y a las influencias que la utrerana recogió de figuras como Joaquín el de la Paula a través de Juan Talega, y del jerezano Juaniquín de Lebrija. Potencial eco estructuró para desarrollar la media-granaína (actualmente granaína) con introducción recordatoria de Vallejo, y estructura musical de Calixto Sánchez, tesitura que reiteró en la granaína (actualmente media-granaína) con incremento del melisma y la melodía flamenca.

Mas, como siempre, las siguiriyas establecieron su calidad cantaora, desarrollando una primera en la que recordó la influencia que Paco la Luz estableciera en Joaquín Lacherna; posteriormente, se acordó de Tío José de Paula por Tía Anica la Piriñaca, para continuar con entrega y poderío tonal por Tío Manuel Cagancho, a través de la creatividad de Tomás Pavón, posteriores sonoridades del porteño Tomás el Nitri, y un final por cabal de Silverio Franconetti y leves resonancias de El Loco Mateo. Finalizó con bulerías y matices de El Chato de la Isla por Jerez, aires de La Perla de Cádiz, recuerdos de Vallejo, fandangos de El Pichichi por el estilo, también de El Gloria y más Vallejo.

Maestría, virtuosismo, compenetración, dominio del traste, variaciones con personalidad, buen compás, adecuados tonos y prestancia flamenca, fueron las virtudes que demostró –como siempre- el granaíno Paco Cortés, facilitando con auténticas sonoridades flamencas las difíciles ejecuciones estilísticas que desarrolló su acompañada.

Rafael Valera Espinosa
(Presidente de la Peña Flamenca de Jaén y flamencólogo)

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