Escuchando a los
jóvenes de hoy, los que comienzan, me doy cuenta de que nuestra universal
música flamenca sigue manteniendo un desarrollo uniforme en relación con las
figuras consagradas desde que se tienen conocimiento del cante. Es decir, los
grandes maestros nacidos en el último tercio del siglo XIX –por empezar en ese
tramo histórico- don Antonio Chacón, Manuel Torre, Tomás Pavón, La Niña de los
Peines, El Gloria, etc., fueron influenciados por otros legendarios creativos
como El Fillo, Francisco la Perla, Manuel Molina, Curro Dulce…
Los citados
primeramente han servido de base a otros excelentes artistas como Antonio
Mairena, Manolo Caracol, Rafael Romero “El Gallina”, Canalejas de Puerto Real,
Pepe Pinto, El Carbonerillo, etc., y estos a su vez lo han hecho con Chocolate,
Fosforito, Lebrijano, Chano Lobato o José Menese, continuando la misma
progresión con Camarón, El Pele, José Mercé, Miguel Poveda, Arcángel, etc. Por
tanto, como apunto al comienzo, los posibles figuras de mañana se sienten imbuidos
por los actuales.
De lo citado
tuvimos ejemplo claro el pasado miércoles 18 de mayo de 2016, en la Peña Flamenca de Jaén, con el
debutante ubetense -con ascendencias familiares cantaoras como son Francisco
Delgado “El Tato” por la paterna, y Paco Sánchez por la materna- José Angel
Expósito que, con la guitarra de su
paisano José Romero, cerró la celebración del 45 aniversario de la fundación de
la misma.
Comenzó su recital con granaína y posterior granaína grande, con
referencias melódicas a la creatividad de don Antonio Chacón. En los cantes
mineros se acercó a las formas camaroneras por taranta-taranto de Manuel Torre,
en doble letra para, seguidamente, abordar la cartagenera de Chacón, mas también
por los ecos del de San Fernando. En las cantiñas-alegrías resonaron matices
estructurales de Manolo Vargas, por las tesituras establecidas por José Monje
Cruz.
Sin embargo, en su
recorrido por las soleares la tendencia la modificó un poco, pues su inicial ubicación en Alcalá
sonó más añeja, en el recuerdo de las del Mellizo nos ofertó evocaciones de
Tomás Pavón, para finalizar por Juaniquín de Lebrijano con entremezcla de
Mairena y El Lebrijano. Demostró enjundia en las siguiriyas de Manuel
Torre, de Paco La Luz y de Silverio. En
los tientos volvió a reiterar sus recuerdos de Camarón, así como en las
bulerías y en los fandangos, aunque al final estableció un buen recuerdo de
Manuel Vega “El Carbonerillo”.
Rafael Valera Espinosa
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