Con la esperanza de que en mi
anterior artículo quedara claro que: “La Leyenda del
Tiempo” se publicó en 1979, y fue considerada la cuarta mejor canción de la
historia del Pop/Rock español.”
Y considerando que no debemos de caer en
la defensa cerrada de nuestras opiniones o preferencias sobre el flamenco, he
de seguir insistiendo en la teoría de que el flamenco es un arte que se ve
abocado a muchos movimientos artísticos: ortodoxia, heterodoxia, “Chaconismo”,
“Mairenismo”, “Gitanismo”, “Payismo”, aflamencamiento de coplas, coplismo del
flamenco, flamenco-jazz, jazz-flamenco, new-flamenco… y cuantas tendencias más
quisiéramos añadir. Y todos están bien. Todos engrandecen la gran musicalidad y
puesta en escena de nuestro universal arte. Mas, llamémosles a todos por su
nombre. Y hay que señalar que la cuestión es bastante clara y voy a intentar
explicarme.
Cuando un
cantaor interpreta soleares, malagueñas, cantiñas-alegrías, tientos tangos,
cantes mineros, siguiriyas o bulerías, está ofreciendo un recital netamente de
flamenco. Ejemplos claros de este repertorio los hemos tenido con artistas de
la talla de Pastora y Tomás Pavón, Manuel Vallejo, Rafael Romero,
El Matrona, Mairena, Chano Lobato, Menese, Sordera, y hasta Miguel Poveda. Por otro lado y sin
dejar de ser flamencos, tanto Manolo
Caracol, como Marchena, Valderrama, Juan Varea, Angelillo y
actualmente Poveda, han tocado y
tocan la copla. ¿Y por qué no? Todo es arte pero no todo es flamenco. Cuando Caracol o Valderrama cantaban “La Salvaora” y “La Niña de Fuego”, o “El
Emigrante” y “Su primera comunión”, nunca las calificaban como flamencas,
solían decir que iban a cantar éxitos suyos.
En la actualidad
Miguel Poveda está representando su espectáculo “Sonetos y Poemas para la
Libertad”, y no alude ni un ápice a que es un repertorio flamenco, y por
supuesto que en algunas de sus coplas incluye sones flamencos, pero eso es otro
cantar, pues, como he referido en muchas ocasiones, La de los Peines, Vallejo, Canalejas, etc. metían por compases
flamencos coplas como “Cielito lindo”, “Manolo Reyes”, o “Rocío”. Pero ahí
estaba y está la diferencia, la copla entra en el compás y el ritmo flamenco,
se adapta plenamente al estilo por el que se canta, y aunque la letra sea
popularmente conocida, en estas ocasiones no deja de ser un estilo de nuestro
arte.
Y volviendo a
las declaraciones de Rocío Márquez
sobre la revolución modernista que supuso la tan aludida “Leyenda del Tiempo”
de Camarón, he de citar que
ateniéndonos a esos parámetros y por mencionar al más conocido, seguiré
incidiendo en que Manolo Caracol ya lo intentó antes, como también el propio “Pepe Marchena” –al que ella tanto
defiende en la actualidad-, Canalejas, Juan
Varea, Pepe Pinto, Rafael Farina…, y que se sepa, ninguno argumentó haber
revolucionado esta música, más bien ser artistas que supieron exponer su alta
categoría profesional y sus versatilidades musicales, sin ofender al público
que prefería sus facetas ortodoxas, las del repertorio clásico flamenco, pero
que también disfrutaban con sus creaciones.
Rafael Valera
Espinosa
(presidente de
la Peña Flamenca de Jaén y flamencólogo)
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