EL
LINARENSE FRANCISCO HEREDIA ENSEÑA SUS PODERES FLAMENCOS.
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Joselete hijo y El Cali |
JoseleteA lo largo de la
historia flamenca, las familias cantaoras, guitarrísticas y de baile, se han
venido configurando como las principales canteras de figuras de nuestro arte
para que este siga estableciendo su perduración en el tiempo. Castas flamencas
como las de los Mairena, los Habichuelas, los Sorderas, también la casa de los
Agujetas, los Moneos, la Fernández de “Terremoto de Jerez”, los Peñas de
Lebrija, Fernández de Utrera, los Valencia de Lebrija-Jerez, Moreno-Carpio
igualmente de Jerez, etc -curiosamente clanes gitanos todos-, están manteniendo
la trasmisión cantaora de nuestro arte desde el siglo XIX hasta nuestros días.
Cierto que también existen determinadas familias payas que, igualmente, aportan
su montaña de arena.
Mas, curiosamente,
casi todas ellas pertenecen a Sevilla, Jerez y Cádiz. Por otro lado, no podemos
olvidar que la casta cantaora de José
Salazar Molina “Porrina de Badajoz”, también viene mostrando con jóvenes
figuras su encaste cantaor. En nuestra provincia, la cuestión está más difícil.
Cierto es que Rafael Romero tuvo una
progenie de artistas, pero sin alcanzar la popularidad de los clanes citados.
También hay que considerar que la torrecampeña casa de los Valderrama ha tenido
determinados artistas flamencos ¿pero después de Juan, hasta donde…?
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Joselete hijo |
El viernes, 14 de
octubre, con motivo de la comida de feria de la Peña Flamenca de Jaén,
escuchamos a un joven cantaor de Linares que responde al nombre de “Francisco
Heredia”, el cual debería de adoptar un apelativo más flamenco para acrecentar
su popularidad. Es hijo de José Heredia
Heredia “Joselete de Linares”, y sus maneras apuntan para establecer una
continuación artística del clan familiar, pues su progenitor está llamado a
figurar en la historia de nuestra música por sus logros artísticos, metal de
voz, y enjundia flamenca.
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El Cali |
Con la guitarra
del singular y netamente guitarrista gitano-flamenco Fernando Contreras “El Cali” –singular, prestante, de sonido
flamenco neto y escuela evocativa del mejor Melchor de Marchena- Francisco inició su recital con
granaína-malagueña de Manuel Torre, con
melódica estructura y adecuado melisma, tesituras estas que le abrieron el
camino a la enjundiosa y difícil malagueña de Enrique El Mellizo, con tonalidades caracoleras. Seguidamente, se
ubicó en Alcalá de Guadaira para realizar soleares de La Andonda y un valiente
remate por el gaditano Paquirri El
Guanté. Retomó la melodía de la granaína (bien denominada media por ser más
fácil que la conocida como media) con matices de Chacón y ecos camaroneros
entremezclados con los melismas de Marchena, para derivar a la media granaína (en
su verdadera denominación “granaina”) con eco paterno, buen melisma y poderío
tonal. Se acercó a la creatividad de Pastora por los tangos y más influencias
de su progenitor, con prestante compás. Remató por fandangos con aires de Pepe Pinto y entonaciones caracoleras.
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Joselete y El Cali |
No pudo sustraerse
“Joselete de Linares” a complementar
el arte de su hijo, subiéndose al escenario para ofertar un cante por marianas
(no recuerdo a un gitano cantar el estilo) con resonancias personales y ecos de
Menese. Remató por siguiriyas con
pellizco, quejío y entrega tonal por Manuel
Molina versión de Manuel Torre,
estructurada con armonía musical de Pepe
Pinto y ecos caracoleros, para continuar con el personalismo de Tío José de Paula y rematar por Curro Durse.
Rafael
Valera Espinosa
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