jueves, 19 de octubre de 2017

Memoria flamenca. INMACULADA AGUILAR BELMENTE. BAILAORA (II).

“FUI MAESTRA DE GUITARRISTAS PARA ENSEÑARLES LO QUE ERA EL BAILE.”

Tras explicarme sus estudios flamencos en la academia de Pepe Ríos, en Sevilla, me resultó algo extraño que Inmaculada Aguilar no hubiera optado por otra ciudad para dicho aprendizaje, incluida su Córdoba natal o Madrid. Por estos derroteros continuó nuestro diálogo del 15 de junio de 1994.

¿No había en Córdoba academias adecuadas?

- “Que a mí me gustaran en ese momento no. Yo quería buscar algo distinto. Desde luego no sabía lo que era, pues con diecisiete años, insisto, yo no conocía el flamenco, y consideraba que Sevilla, con respecto a Córdoba era diferente, ahora quizá no, pero antes Sevilla ha tenido siempre mucha más tradición en el baile que nosotros, y además las grandes figuras han salido de allí. Lo que había en Córdoba entonces no me gustaba. Y no es que fuera ni bueno ni malo, yo no podía discernirlo en aquellos momentos, pero es que lo que había no me gustaba y entonces me fui a Sevilla a buscarlo.”

¿Has formado parte de alguna compañía flamenca?

“¡No! Tuve oportunidad en más de una ocasión, y no solo de pertenecer a compañías flamencas, sino de baile también, pero el tener que aislarme de mi familia me retuvo muchísimo, y el hecho de haber aprendido flamenco me indujo a efectuar mis pinitos sola, lo que me llevó a sostener que podía tener la posibilidad de estar con mi gente y poder bailar flamenco a la vez, además de que cuando era jovencilla mis padres no me dejaban y yo tenía edad para tomar una decisión, con lo cual se me cerraron las puertas en ese sentido, de lo que tampoco me arrepiento.”

¿No crees que la experiencia que se adquiere en una compañía de baile podía haber mermado tu carrera?

- “Quizás me he perdido cosas, aunque verdaderamente no me lo he planteado porque soy una persona que nunca me quedo quieta, lo que me ha llevado a ver mucho baile. Entonces he tratado, no solo de haber estudiado con Pepe Ríos, sino también de estudiar con todos los maestros posibles que considero que me pueden enseñar algo, aparte de que todo lo que se hace en el baile, Inmaculada Aguilar lo está viendo.”

¿Cómo se entiende para un aficionado que generalmente se centra en el cante, lo que significa ser monitora de guitarristas?

- “Eso resultó una experiencia muy positiva que yo tuve en los cursos de Paco Peña. La tarea consistía en que tenía que coordinar el trabajo de unos guitarristas y explicarles como era un baile flamenco, de qué partes se componía dicho baile, donde tenían que entrar, que salir, que cortar… Por ejemplo, en las alegrías, que es un baile muy claro en su estructura, pues empezábamos por la salida o la entrada, dependiendo del escenario, la llamada por bulerías… en fin, las cinco partes que tienen las alegrías. En eso consistía mi trabajo, primero lo explicaba y luego lo bailaba. Y la verdad es que la experiencia fue bastante buena, además de que a mí me sirvió para aprender mucho más, ya que primero me tenía que estudiar el planteamiento del baile, y las preguntas que ellos me realizaban me hacían pensar mucho. Así que tanto ellos como yo aprendimos mutuamente.”

¿Cuesta trabajo hacerse un nombre en el baile flamenco?
- “¡Mucho!

¿En Córdoba más?

- “Tal y como están las cosas, en cualquier parte. En Córdoba, en otros tiempos mucho más, pues, como te decía antes, no existía tradición. Hemos tenido que ir rompiendo muchas barreras, hemos tenido que competir con gente que a priori tenía que ser mejor que nosotros porque no éramos de Sevilla, y bastantes cosas más. Recuerdo que una vez me preguntó Juanita Reina: “¿Niña tú de dónde eres? ¡Yo de Córdoba! ¿En Córdoba hay bailaoras? ¡Las mejores, poquitas pero muy buenas. Es que en mi tierra somos muy poquitos pa too, pa l’arte también, pero cuando salimos arrasamos.” Nunca se me olvidará esta anécdota porque viene a corroborar ese determinado encasillamiento que generalmente existe con el baile y Sevilla.”

Como profesora de danza española que eres ¿crees que a través del baile regional o folclórico se puede alguien meter en el flamenco?

Inmaculada Aguilar entrevistada por Rafael Valera (foto: Pepe Pamos)
“Yo te voy a contar qué hacemos en el Conservatorio. En la escuela de danza española la alumna o el alumno entra mentalizado a realizar una carrera en la que tiene que conoces distintas disciplinas. Primero estudia unos cuatros años que son muy duros, porque solamente es trabajo técnico y prácticamente se carece de lo que es el baile propiamente dicho y no se entra en contacto con lo que es la danza. A partir del quinto empieza a profundizar en los distintos estilos, los cuales los conoce todos a la vez, el regional, la escuela bolera, la danza estilizada y el flamenco. No le lleva un baile a otro, conoce las cuatro disciplinas de golpe. Yo tengo alumnas/os a los que francamente se les da muy bien el baile flamenco, y otros a los que se les da muy bien las zapatillas, así como otros que prácticamente saben llevar las dos disciplinas. En función de su dominio eligen el tipo de baile.”


¿Cuándo empiezas a vislumbrar que podías conseguir algo en el concurso de Córdoba?

- “La primera vez que me presenté es en el ochenta y con la intención de conocerlo, de ver qué pasaba. Si mal no recuerdo, en esa edición creo que sólo estuvimos dos cordobesas y las demás de Sevilla. Lo cierto es que ese año me sirvió de mucho, ya que aprendí lo que era el concurso. En el ochenta y tres fui a por todas y la verdad es que no lo conseguí, no tuve al jurado conmigo. Y en el ochenta y seis ya sí estuvieron conmigo, llegamos a una misma conclusión.”

Después me hablaría de sus premios en Córdoba, su opinión de los concursos y de los jurados, de Carmen Amaya, de Vicente Escudero, de Pilar López… Mas, eso queda para la siguiente entrega.

Rafael Valera Espinosa

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