martes, 26 de julio de 2016

Memoria flamenca. JUAN CARMONA “HABICHUELA” (III)

"LE DIJE A MAIRENA ¡QUE BIEN HAS CANTAO, CON QUE PERFECCIÓN!"


 En el relato de sus vivencias, Juan Carmona Carmona “Habichuela”, me fue estableciendo el ejemplo del guitarrista flamenco de mediados del siglo pasado: honesto, trabajador, profesional y eminentemente artista. Como ha venido especificando a través de sus respuestas, Juan ha tenido siempre la certeza de ocupar el lugar que su arte atesoraba, el de primera figura de la guitarra flamenca para engrandecer a sus acompañantes. Tarea responsable, difícil, significada y prestante a pesar de ser el segundo de la fila con las suficientes garantías y calidades para sobresalir como el verdadero protagonista. Son muchos los que se han apoyado en su toque flamenco para alcanzar la fama.

La pasada semana Juan “Habichuela” recordaba como con diecisiete años empezó a ganarse la vida acompañando al sevillano Antonio el de la Calzá:

Estuve con él cinco años. En aquellos tiempos un monstruo cantando por fandangos. Pa mi ha sio el mejor que ha cantao por fandangos de toos los que yo he escuchao. También estuve con Antonio el Gitano, que entonces también se estaba buscando la vida en Graná. El mencionado “Gandinga” que cantaba, como he dicho, muy bien por soleá. Ellos tenían cuarenta o cincuenta años y yo dieciocho. Y siempre escuchando y aprendiendo. Insisto, modestia aparte, toque mejor o peor, lo que si he sio es un buen aficionao desde que tenía babero. Me ha gustao y me gusta mucho el flamenco.”

“Cuando llegaban a Graná las troupes, me cogía mi padre -que en paz descanse- y nos íbamos a verlos. Allí llegaban Canalejas de Puerto Real, José Cepero, la Niña de la Puebla, Luquitas de Marchena… que todos iban a la plaza de toros vieja de Granada. Me cogía de la mano mi padre y yo me quedaba embelesao escuchando a esa gente. Ramón Montoya… ¡como tocaba la guitarra…! Entonces no había esa megafonía que hay hoy.”

“Luego me casé en mi tierra y me fui con Gracia del Sacromonte, una bailaora de mi tierra que estuvo con “José El Greco” en América y que era también sobrina del que me enseñó a tocar la guitarra, el Juan el Ovejilla, que antes te dije. Estuve con ella como un año o un año y medio, y después, Mario Maya –en Graná- me dijo que me fuera con él, que por aquella época debutaba en “El Duende”, en Madrid. Debutamos en el tablao de Pastora Imperio hace casi treinta años. Posteriormente, nos pasamos a Torre Bermeja, pues con Mario estuve bastante tiempo. Después me fui a la mili y cuando me licencie grabé mi primer disco con Rafael Farina, el famoso disco de la grabación “Por Dios que me vuelvo loco”, en Barcelona. Volví a Madrid y al poco tiempo grabé el disco de Manolo Caracol, que por aquél tiempo estaba bastante tocao de la voz por la edad, pues tenía sesenta y algo de años, que por cierto estuvo muy bien y ahí está el disco. Luego, comencé a acompañar a Fosforito, que por cierto, hicimos una tourné por América, la cual recorrimos de punta a punta. Volvimos a España y comenzamos los festivales flamencos. Por aquella época los pioneros de los festivales eran Fosforito, Jacinto Almadén, Jarrito, Terremoto de Jerez… y los guitarristas Melchor de Marchena, Juanito Serrano, El Poeta y yo.”

En aquellos tiempos, aunque la entrevista se la realicé en 1986, me remití a los festivales anteriores, ya que eran el tipo de espectáculos que nos concentraban a los aficionados, pues las peñas que entonces no eran tan numerosas carecían de economía suficiente para contratar a las figuras, y tenía curiosidad por conocer los entresijos de los mismos, y le solicite que me hablara de aquellas sesiones artísticas:

“Yo tengo un recuerdo de Antonio Mairena –que en paz descanse- en un festival de Granada que no le cogió bien de voz. No estuvo bien. Allí estaba Juan Talega y el hijo de Manuel Torre. Y Mairena dice ¿Aquí no hay nada que beber? Y Manuel Martín Liñán -¡qué gran aficionao!- dice, ¿Qué quieres? ¡Tráete dos botellas de whisky! Y el hombre –se refería a Mairena- con too el miedo que tenía porque aquello estaba hasta los topes, con cerca de cuatro o cinco mil personas… se bebió casi media botella en poco tiempo y no cantó bien. Repito que no estaba bien de voz pero no cantó malamente porque Mairena no sabía cantar malamente. Antonio era un cantaor que todo lo sabía cantar. Pero físicamente no estaba bien de la voz. Total, que se termina el festival y me voy al hotel a dormir, y a los diez minutos viene Manuel Martín Liñán… ¡Venga, hombre, que estamos ahí en “El Alamo” Antonio Mairena, Meneses…! Y allí fue una de las mejores veces que yo he escuchao cantar a Mairena en todo el tiempo que llevo de artista. Cantó lo menos quince palos, por soleá, ocho o diez letras por siguiriyas, cantó por alegrías… ¡Bueno, yo que sé lo que canto! Y le digo a Mairena ¡Qué bien has cantao, con qué perfección! Yo hubiera querio que hubieras cantao así en el Paseo de Los Tristes ante esa gran cantidad de aficionaos que hubieran disfrutao escuchándote así. Y me dice… ¡Cuanto sabes! Qué diferencia de cantar en el Paseo de Los Tristes y aquí. Y es que a Mairena –a veces- le daba miedo de cantar ante un público tan numeroso.

Y como esos recuerdos muchos de los festivales. La primera vez que yo le toqué a Jacinto Almadén en Granada fue en un festival. En los ensayos me dijo ¡Juan, no me vayas a sonar mucho la guitarra! Pues no le hice casi ná, hasta el punto que me dijo ¡Bueno, Juan, suena ya!”

Como a los cantaores casi siempre les preguntaba en que cante se encontraban más cómodos, más felices, a Juan Carmona le inquirí si existía para él un toque perfecto:

“Perfectos son casi todos los toques. Para hacerlos bien todos son bonitos. A mí me gusta mucho la soleá, siguiriyas… El taranto me encanta, la bulería también. Si se hacen con el corazón todos los toques son bonitos. La soleá es lo que más me gusta.”

Esta fue una pregunta muy significativa por lo que después declaró Juan Carmona Carmona “Habichuela” en las siguientes sobre la guitarra flamenca, el toque antiguo y el moderno de aquellos tiempos, los añejos maestros y las nuevas figuras.
Continuará.


Rafael Valera Espinosa    

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