"A
LOS DIECISIETE AÑOS ME BUSCABA LA VIDA CON ANTONIO EL DE LA CALZÁ."
Refería Juan
Carmona “Habichuela” en la entrevista que le realicé en el año 1986, como los
artistas después de sus actuaciones se reunían en los cuartos de cabales de las
ventas y se cantaban y tocaban unos a otros, especificando que se escuchaban
entre ellos y cada uno cogía lo que más le interesaba o le gustaba del otro, lo
acrisolaba con su creatividad y se engrandecían las escuelas flamencas.
Solamente una vez Juan no estuvo de acuerdo con el comportamiento que un gran
maestro de la guitarra flamenca como Manolo de Huelva, y este fue relato:
- “Tan solo te voy a contar una anécdota que
me paso con Manolo de Huelva. Yo creo que ha sido el único que nos dio portazo.
Estaba entonces en el final de su carrera y tocaba en la Venta de Manzanilla,
en Madrid, en la carretera de Barcelona. Fuimos un día allí Juan Maya “Marote”
y yo, y le dije ¡Juan, no digas na! Porque sabíamos lo raro que era. Nos
metimos en el cuarto y me dice, Juan ¿Qué cantaor hay? A mí no me importa, el
que haya que entre, yo vengo a escuchar a Manolo de Huelva. Entró el “Cojo de
Madrid” que era el que había, nos sentamos, se nos queda mirando… ¡Claro!
Manolo de Huelva no nos conocía, nosotros a él sí. Como en aquella época
tocábamos también pa bailar, teníamos en las uñas ese pegamento que se echa
cuando se toca en estas circunstancias. Se nos queda mirando las uñas y nos
dice ¿Qué venís a copiarme? Lo que yo hago se lo va a comer la tierra. Cogió su
guitarra, la metió en el estuche y nos dejó allí con el cantaor. Entonces, cogió
la guitarra Juan Maya y estuvimos escuchando al “Cojo Madrid”. Esto es una
excepción porque Manolo era muy raro. Pero, hoy hay más malicia que antes. Antes
me decían ¡Juan, haz una falseta que te guste! O yo le decía, por ejemplo, a
Melchor de Marchena, Melchor toca esa falseta por soleá otra vez que me ha
gustao mucho ¡Ahora mismo! Y la hacía. ¿Pero hoy? Hoy está cantando un cantaor
y hay otro escuchándolo y dice que eso
no es así. Y me pregunto yo ¿Cómo es entonces…?”
La casa de los
“Habichuela” hoy en día es muy numerosa. Sin lugar a dudas, tú has sido el que
les ha dado popularidad ¿Se puede decir que los “Habichuela” han creado
escuela?
Habichuela con Juan Manuel Rodríguez Sarabia "Chano Labato" |
¿Se subordina la
guitarra así, o mantiene su papel esencial de acompañamiento a la vez que
adquiere un protagonismo similar al del cantaor?
– ¡Hombre! Si es un guitarrista responsable, ahí
está su labor. Nosotros hemos tenido mala suerte en eso, porque la figura es el
cantaor y nosotros somos la segunda figura, si se le puede llamar así.
Entonces, si hay un guitarrista que le acompaña bien, es otra figura. Ahora, si
se quiere destacar por encima del cantaor, ya no lo es. Y hay muchos que
quieren sobresalir. Yo conozco a bastantes que les pegan más aplausos que al
cantaor. El cantaor es el mataor y el
guitarrista el banderillero. Hay que
dejarlos cantar y, si el guitarrista quiere sobresalir que haga después dos
solos para que el público sepa que también es figura. Pero mientras el cantaor
está actuando, el guitarrista tiene que estar supeditao a lo que hace el
cantaor.”
Por aquellas
fechas, los festivales eran numerosos y ciertamente que había tocaores que
querían sobresalir por encima del cantaor. Los aficionados considerábamos las
actitudes y, aunque siempre valorábamos las virtudes del guitarrista, el duende
nos lo despertaba mayormente el cantaor.
El aspecto
señalado por Juan Carmona significaba mucho para mí, entre otras cosas porque
existían algunos colectivos que se inclinaban por resaltar más al guitarrista y
a veces me reprochaban que en mis críticas periodísticas y radiofónicas no
estuviera de su parte. Pienso que Juan dejó bastante claro el tema poniendo a
cada uno en su lugar.
Volví nuevamente a
que Juan Carmona “Habichuela” me hablara de sus correrías y sus compañeros de
Granada:
- “Con los cantaores he tenido muchas
vivencias. El que más me gustaba en Granada era Juanillo el Gitano. Aún estando
en Madrid, en Torre Bermeja, ganaba por aquella época quinientas cincuenta
pesetas y todos los días ahorraba quince o veinte duros, y cuando juntaba diez
o doce mil pesetas, eso es muy importante en el aficionao –yo voy a hablar
ahora como aficionao-, cogía este dinero y me montaba en el tren por la noche y
amanecía en Graná. Llevaba en mi mente lo que me iba a gastar, que me quedara
dinero para el viaje de vuelta. Luego, dos mil pesetas para Juanillo el Gitano,
otro tanto para el guitarrista y a tirarme todo un día entero con Juanillo.
¿Qué me cantaba…? ¡Magnifico!, ¿Qué me hablaba…? ¡Mejor! Nos comíamos nuestros
pollos con ajos en la venta, hasta que solo me quedaba dinero para la vuelta a
Madrid. Eso lo he hecho muchas veces por escuchar a ese gitano granaíno.
Luego
tengo otras vivencias en Graná con muy buen sabor. Allí llegó uno que le decían
Enrique el Gitano, que ya murió, y cantaba por tarantas muy bien, pero que muy
bien. Yo iba detrás de él como un perrillo. Me decía “¡Niño que siempre estás…!”
Yo tenía quince o dieciséis años. Y se acompañaba solo. Luego estuvo "El de la
Calzá" y con él me buscaba yo ya la
vida”.
Rafael
Valera Espinosa
(presidente de la Peña Flamenca de Jaén y flamencólogo)
(presidente de la Peña Flamenca de Jaén y flamencólogo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario