Después
de contarme sus andanzas en el elenco de Antonio
Ruíz Soler ‘Antonio el Bailarín’,
a Manuel Moreno Jiménez le requerí que hablara sobre ‘Antonio
Mairena’, con el
cual él
convivió durante mucho tiempo en las giras que el bailaor sevillano
efectuó por todo el mundo. Y sus
palabras
sobre determinados aspectos de la creatividad y recreación de
‘Mairena’ en el cante, era de primordial importancia para mí.
¿Cómo
surge la grabación del disco con Antonio Mairena en Londres de 1954
considerado como incunable?
-“Nosotros
teníamos un amigo en Londres que era un gran aficionao. Era un
médico de medicina general y el que atendía a toda la colonia de
españoles en Londres. Era un magnifico músico
también, pues tocaba el piano y la guitarra, así como la trompeta.
Le gustaba el flamenco a rabiar y se llamaba Alejandro Martínez. Era
hijo de diplomático gallego y había estudiado medicina en Escocia.
La primera vez que vamos a Londres, en el año cincuenta y tres,
tomamos contacto con él y ya no lo perdimos en los diez años que
estuvimos yendo a Inglaterra, lo cual hacíamos dos o tres veces al
año, por lo que la casa de Alejandro Martínez era como la nuestra.
Este
hombre era un gran amigo de muchos grandes artistas como músicos,
actores de todo el mundo, con los que se relacionaba cuando iban a
Londres. Por poner un ejemplo, era íntimo amigo de Andrés Segovia,
el cual cuando iba a dar un concierto en la capital inglesa, siempre
paraba en su casa lo mismo que nosotros. Pues bien, entre tantos
amigos tenía una especial relación con el embajador argentino en
Inglaterra en aquél tiempo, años cincuenta y cuatro y cincuenta y
cinco. Este diplomático, por mediación de él, se hizo muy
aficionao al flamenco y por tanto coincidió con nosotros muchas
veces en casa de Alejandro Martínez. Allí escuchó
a Mairena y a mí en bastantes ocasiones.
Tengo
que decirte que toda su discografía ‘Mairena’ la montó conmigo
porque en aquellos tiempos fue cuando él la estuvo estructurando. Y
el motivo de no haberle acompañado en la mayoría de sus grabaciones
fue porque él se marchó de la compañía de Antonio Ruíz Soler y
yo seguí en la misma. No quiero decir que no hubiera hecho
grabaciones con ‘Melchor
de Marchena’,
que seguro que sí, pero de no mediar esta circunstancia hubiéramos
compartido muchas más. El penúltimo disco que hizo, el que le
acompaña el ‘Niño
Ricardo’, lo
tenía yo que haber hecho, pero no coincidimos en ese tiempo y él
tuvo que corresponder con el compromiso que tenía para grabarlo.
Insisto, toda la obra discográfica de Mairena la monté yo con él.
Entonces,
el disco que se hizo en Londres fue una especie de prueba
discográfica y todo lo costeó el embajador de Argentina en Londres
como una actividad cultural. Aquél disco fue una edición muy
limitada que se regaló, de la cual yo guardo algunos ejemplares y
‘Mairena’ también se trajo varios. Como te digo, aquello fue una
prueba de lo que posteriormente él
realizaría. Él tuvo un accidente y se fue de con Antonio y ya no
pudimos grabar juntos.
Morao de Jerez, el pintor Capuletti y esposa,
Terremoto de Jerez, don Antonio Bienvenida y su hermano Juan Morao
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¿Qué
opinas de la serie de comentarios que dicen que ‘Mairena’ se
inventa o crea personalidad en determinados estilos y se la atribuye
a legendarios cantaores del flamenco?
-“¡Hombre…!
Yo no estoy conforme con eso, pero tampoco dejo de admitirlo, porque
eso es normal, es humano, es justo y así debe ser siempre. Los
cantes no se han parao nunca. La música de los cantes de los gitanos
nunca han parao. La prueba la tienes en que todos los cantes de los
gitanos se parecen y más el cante por siguiriyas. Hay un momento que
se parecen. ¿Por qué? Por ahí hay una base musical y cada uno ha
aportado su personalidad con la misma música. Entonces, ‘Mairena’
para mí ha sido el único o el más grande investigador del cante
gitano que ha habido. Los demás no hacen nada más que copiar,
enterarse, coger una idea de aquí y otra de allí ¿Pero investigar
el cante? El único ha sido ‘Mairena’. Después de que ha sido un
gran cantaor y un gran artista, ha sido un hombre que le ha gustado
el cante sobre todas las cosas.
Recuerdo
que de las muchas veces que estábamos juntos, alguien llegaba y le
decía: ‘En tal sitio hay un gitano que hace un cante que no sé de
dónde
es, y no sé qué, y no sé cuánto…’ Entonces él iba allí,
algunas veces acompañado por mí, escuchaba el cante, lo
retescuchaba, lo estudiaba, y luego, ni el mismo que se lo había
cantao a él sabía de donde venía, sino que lo había escuchao en
su familia.
Antonio
con su gran conocimiento, porque lo tenía como gran investigador que
era, lo asociaba con distintos intérpretes porque conocía con
profundidad las músicas. Es decir, que no lo ponía a voleo. Por
esto, él le ponía nombres y apellidos pero sin decir que era tal o
cual. Antonio tiene un cante que dice que es de ‘Frijones’,
y alude a ‘Frijones’ porque lo familiariza con la música de ese
cante por siguiriyas. Yo creo que ha dado en el clavo y nos ha dejado
un documento oral y discográfico de máxima importancia.”
Rafael
Valera Espinosa
(crítico
flamenco y vicepresidente de la
Peña
Flamenca de Jaén)
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