“‘CARACOL’ ME DIJO QUE CUANDO FUERA MAYOR ME IBA A LLEVAR CON ÉL Y ASÍ FUÉ”.
Después
de relatarme sus vivencias con artistas de renombre como ‘Tío
Junichi el Manijero’, ‘Tío José de Paula’, el guitarrista
Javier Molina, Pastora, Arturo y Tomás Pavón, ‘El
Gloria’ y su hermana ‘La Pompi’, Carmen Amaya…
Manuel Moreno Jiménez ‘Manuel Morao’, continuó
refiriéndome sus andanzas con muchos otros artistas especialmente
significativos de la historia de nuestro arte en Jerez.
¿Y
Juanito Mojama? Aquí coincidió plenamente con las
declaraciones de Rafael Romero sobre el cantaor de su tierra
jerezana.
Manuel Moreno 'Morao de Jerez' con su cuñado Fernando Fernández 'Terremoto de Jerez' (foto de archivo de la revista Candil) |
-“Se
buscaba la vida en el Villa Rosa y era un artista
extraordinario. He de decir que ha habido muchos artistas que han
cantao muy gitano, tanto como Juanito Mojama, pero más no. De este
nivel de gitanería en su cante los habrá habido como él, quizás
con más rajo, con la voz más llena… pero no con más gitanería.”
¿Es
cierto que no se ha hecho justicia con artistas de la talla de
‘Juanito Mojama’, ‘El Sernita’ o el ‘Juanata de
Jerez’?
-“¡Quizás!
El comparar a ‘Juanito Mojama’ con ‘El Sernita’, con todos
mis respetos, y con ‘El Juanata’, no hay lugar. Ellos cantaban
muy bien, sobre todo ‘El Sernita’, pero no tenían el nivel de
‘Mojama’. Es cierto que a Juanito no se le hizo justicia porque
fue un hombre muy localista. Él se hizo en Jerez y
después se fue a Madrid y allí se quedó, aunque luego volvió a
nuestra tierra, pero ya muy mayor y al poco tiempo murió. Pienso que
no se le hizo justicia porque en aquél tiempo no había el interés
que hay hoy en día por el flamenco, y porque entonces él existía,
y cuando se tiene una cosa a mano no se le da el valor que realmente
tiene; cuando se tiene al lao no se valora a la persona por su
auténtico mérito; cuando la persona desaparece es cuando entonces
se vuelcan con él. Y lo mismo sucedió con ‘Tío
Cabeza’, al cual tampoco se le ha hecho justicia.”
¿Cómo
surge ser miembro del elenco de ‘Manolo Caracol’ y Lola
Flores?
-“A
‘Manolo Caracol’ lo conocí siendo yo un chiquillo, porque él
venía a Jerez por identificarse mucho con esta tierra. Él
conoció aquí a su mujer y tenía muchos amigos porque, entre otras
cosas, ‘Caracol’ era un aficionao al cante de Jerez y aprendió
muchos cantes en esta tierra. Siempre paraba en casa de un gitano que
se llamaba Antonio Gallardo, que era carnicero.
A esa casa iba yo muy a menudo y tocaba la guitarra de chiquillo con
pantalón corto. Recuerdo que una vez me dijo: ‘Cuando seas un poco
mayor te voy a llevar conmigo’. Efectivamente, cuando fui un poco
mayor, en el año cuarenta y seis, que fue la primera vez que yo salí
del entorno de Andalucía la Baja y me trasladé a Barcelona, fui a
trabajar a lo que allí llamaban una ‘casa de vinos’, que era una
especie de colmao. Iba con un cuadro de chiquillos artistas de Jerez.
La ‘casa de vinos’ se llamaba La Macarena. Por aquél entonces
estaba en Barcelona ‘Caracol’ rodando una película, la primera
que hicieron ellos que se tituló ‘Embrujo’. Como a casi todos
los chiquillos de Jerez que allí estábamos él nos conocía, venía
muchas veces al colmao y nos llevaba p’arriba y p’abajo y
estábamos toa la noche de juerga. Una de esas noches me dijo que
cuando terminara la película, que le quedaba poco, me iba a ir con
él a Madrid a trabajar en su espectáculo, el cual se llamó ‘Zambra
46’ y ‘Zambra 47’ porque duró dos años. A partir de aquí, de
vez en cuando actuaba con ‘Caracol’. Y pienso que por ser yo muy
jovencillo y tocar la guitarra con personalidad distinta, esto
llamaba la atención de la gente. En el año cuarenta y ocho volví
con ‘Caracol’ y Lola Flores, que fue el último año que
estuvieron juntos, y tras su separación, ‘Manolo Caracol’ montó
el espectáculo con su hija Luisita.”
Y
después con ‘Antonio el Bailarín’…
Antonio el Bailarín con Morao de Jerez y otros artistas |
-“Te cuento. Yo estaba en Madrid en
Villa Rosa. Estaba el Villa Rosa en la plaza de Santa Ana, que era el
colmao, es decir, una especie de venta con reservaos en el centro de
Madrid, y la sala de fiesta Villa Rosa, que se inauguró en la Ciudad
Lineal, que entonces todo aquello era campo. Don Tomás Pajares, el
dueño de Villa Rosa montó la sala de fiestas más importante al
aire libre de Europa en aquél año, el 1950. Allí venían
atracciones de todo el mundo. En esa época yo me buscaba la vida con
‘Manolo Manzanilla’ y, aunque al Villa Rosa
de Santa Ana iban casi todos los artistas que había en Madrid, al de
la Ciudad Lineal no subía casi nadie porque don Tomás Pajares
quería ahí selecciones, era bastante raro para estas cosas. Los
guitarristas que subían eran ‘Perico el del Lunar’,
el tío Ramón Montoya que ya estaba un poco
mayor, Manolo de Badajoz y Luis
Maravilla que entonces iba con Pilar López.
De cantaores iban José Cepero y ‘Manolo
Manzanilla’, ‘Luis el de las Marianas’, ‘Bernardo
el de los Lobitos’ y pocos más.
En
ese tiempo yo organicé un grupo con ‘Manolo Manzanilla’ y Rosita
Durán. Todo esto fue antes de que se abriera el famoso
‘Zambra’. En ese grupo figuraban también la hija de Andrés
Heredia ‘El Bizco de Linares’, que se
llamaba Mariquilla Heredia y que se casó con
‘El Pillín’, hermano de ‘La
Pillina’. Nos conjuntamos bastante bien y el grupo
funcionaba estupendamente. ¡Bueno! Pues con este grupo estuvimos
actuando todo el verano en la sala Villa Rosa de la Ciudad Lineal.
Cuando se acabó el verano, don Tomás Pajares –porque yo le había
caído muy bien- le dijo a ‘Manolo Manzanilla’: ‘Dile a
‘Moraito’ que puede subir aquí siempre que quiera’ En aquél
tiempo yo me llamaba ‘Moraito de Jerez’ porque tenía veintiuno o
veintidós años. A la Ciudad Lineal subía lo más selecto de Madrid
y entre ellos las grandes ‘cocós’, las cuales me reclamaban a mí
por aquello de la juventud. Ya en aquellas fechas Antonio
Mairena, que había venido de realizar una gira por Europa
con Teresa y Luisillo, formaba parte del elenco de ‘Antonio el
Bailarín’, y este le dijo a ‘Mairena’ que para su espectáculo
necesitaba un guitarrista a pesar de tener tres, es decir, que
necesitaba un primer guitarrista. ‘Mairena’ le dijo que él
conocía a uno que aunque joven, seguro respondería en el cometido
que se le asignara.
Antonio
Ruíz Soler ensayaba entonces en la calle Montera, en unos
estudios que allí había muy grandes, a los que me llevó ‘Mairena’
para que Antonio me escuchara. Allí mismo me contrató y estuve con
él no menos de doce años; luego me fui por otros derroteros y
después, en el sesenta y nueve volví con Antonio y estuve otros
pocos años.”
Rafael
Valera Espinosa
(crítico
flamenco y vicepresidente de la
Peña
Flamenca de Jaén)
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