En determinados
colectivos flamencos de nuestra Andalucía, y más concretamente en las
artísticas y ancestrales comarcas sevillanas y gaditanas, se está incubando el
desasosiego de que el “artisteo flamenco” va desapareciendo. Cierto es que, a
veces, nosotros también lo pensamos y tememos. La muerte de grandes figuras de
nuestro arte amilana a lo más veteranos porque comprueban que sus ídolos, los
que vieron formarse en el comienzo de su pubertad, que después ganaron
concursos y "famoseo" en su juventud y que, por ultimo, alcanzaron la plenitud
cantaora, por lo inexorable del tiempo van dejándonos. “Nos tamos quedando sin
cantaores, sin artistas flamencos”, dicen bastantes. Y afortunadamente eso no
es así.
Tiene cierta
lógica que nos entristezcamos con la pérdida de los amigos cantaores, con las
figuras que hemos vivido reuniones de cabales, éxitos festivaleros,
conseguimientos de concursos, y expectantes puestas de largo con las ediciones
de sus discos o los homenajes ofertados. Sin embargo, el ánimo hay que
recuperarlo, tenerlo alto y pleno de ilusiones flamencas, porque la vida
continúa y nuestra universal música con sus brillantes representantes también.
Canalejas de Puerto Real |
Hasta pasado bastante
tiempo de aquellas observaciones paternas, no me había dado cuenta de que –como
he intentado explicar en bastantes otras columnas- todo tiene su renovación
generacional, y en el flamenco no va a ser diferente. Tras El Mochuelo, Manuel
Torre, don Antonio Chacón, El Niño Medina, El Gloria, o Frijones de Jerez (por
ceñirnos en los ciclos a los comienzos del siglo XX), aparecieron Tomás Pavón,
Manuel Vallejo, Juanito Valderrama y los citados por mi padre. En mí época de
frenesí afición destacaron el citado Terremoto, Fosforito, La Paquera, José
Menese, Naranjito de Triana, El Lebrijano, Calixto Sánchez, Chano Lobato,
Fernanda y Bernarda de Utrera… Posteriormente, lo harían Camarón, Enrique
Morente, Luis de Córdoba, El Cabrero,
José Mercé, El Pele…
Quiero especificar
con lo referido que el arte flamenco siempre va a tener continuadores en sus
tres disciplinas. Y considero que con los avances que se establecen en cada una
de las generaciones, nuestra cultura musical tendrá mayor aceptación,
diversidad, proyección e internacionalidad. Los gustos pueden que cambien en
función de las modas y las trayectorias que se impongan las figuras, mas los
aficionados siempre disfrutaran y se emocionaran con viejas grabaciones, como
se disfruta con la visión de un Velazquez, Murillo o Rembrandt, o la audición
de una obra de Bach o Mozart.
Y los más
pesimistas que piensen que en la actualidad tenemos a Mayte Martin, Miguel
Poveda, Arcángel, David Palomar, Antonio Reyes, Antonio Agujetas, Marina
Heredia, Carmen de la Jara, Manuela Cordero, Miguel de Tena, Estrella Morente…
Y sigue con calidad la lista.
Rafael
Valera Espinosa
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