martes, 9 de octubre de 2018

Memoria flamenca. MANUEL MORENO JIMÉNEZ ‘MORAO DE JEREZ’ (VIII).


Las siguiriyas y soleá de Jerez con muy difíciles y los hacen poca gente”.

Después de relatarme las excelencias de artistas como ‘Fernando Terremoto’, ‘Manuel Torre’, ‘La Niña de los Peines’ y su hermano Tomás Pavón, don Antonio Chacón, etc., dejando clarificados sus criterios y ensalzando como a nadie a ‘Manuel Torre’ especificando, igualmente, lo que fueron ‘Los Jueves Flamencos’ de Jerez, en los que Manuel Moreno Jiménez ‘Manuel Morao’, descubrió y catapultó a numerosos artistas, la entrevista discurrió por el futuro del arte flamenco.

¿Estamos, por tanto, sin futuro?

Manuel Moreno "Morao de Jerez"
(fotografía: Gutiérrez y Tamayo)
¿Sí hay futuro? Yo creo que sí y la esperanza no se debe perder nunca. Yo tengo esperanza de que en un momento determinao surjan artistas, porque ahora –año 2001- surgen grandes y buenos profesionales, pero artistas nacen muy pocos. Quizá porque estamos en una época y un sitio en que prevalece la comercialización y hay que estar pendiente de la técnica y lo que produce esta última. Pienso que hay artistas frustraos que se preguntan si tienen capacidad para crear arte de verdad pero que no pueden porque la casa de discos, el teatro y tal y cual, le exigen que haga lo que se hace y que además reporte dinero… Deben de tener cierta frustración. Creo que debe haber alguien que llegue hasta ahí, aunque puedo equivocarme.

Yo creía en algunas cosas y me están diciendo que no, que lo que yo creía no es verdad. Y me pregunto ¿Cómo se puede comparar un rebujito con un oloroso que ha tenido su amplio proceso de maduración? Sigo pensando que lo que yo creía y creo es lo que debe primar en el flamenco.”

Y después de Los Jueves Flamencos ¿Qué pasó?

-“Pues que vinieron Los Viernes Flamencos. Ante la evolución de la vida, lo que era bueno para mí como jueves, día que yo feché para estas actividades porque nadie ofrecía espectáculo ese día de la semana como cosa instaurada, pues too el mundo lo hacía el sábado buscando el éxito de público, día que descarté porque no quería que el recinto se llenara de gente que en un porcentaje amplio iba a divertirse y, el aprecio a este arte, que era lo que buscaba, no iba a tener la acogida que había pensado para la promoción que los artistas necesitaban, por esto fue el jueves el día elegido para que asistieran los que verdaderamente estaban interesados. Pero como te digo, lo que era para bueno como jueves, también lo fue como viernes porque aunque menos, también era un día quebrao de la semana. Y Los Viernes Flamencos se vinieron celebrando durante dos años, en vez de los tres que duraron los Jueves.

Mi gran satisfacción fue que puse en pie de guerra a una gran baraja de artistas; unos mejores y otros no tanto, unos con unas condiciones, otros con otras, pero a todos los puse en el campo, digamos, de la profesionalidad, siempre aconsejándoles que respetaran nuestras raíces para que no se perdieran, fin por el cual yo establecía el sacrificio de mi trabajo. Unos me lo han respetao y otros no.”
"Morao de Jerez"
(fotografía de archivo de la revista "Candil")
¿Se te han confirmado las expectativas y la ilusión que tú tenías para que de esa serie de espectáculos promocionadores saliera la figura o las figuras que continuaran con la tarea de mantener y engrandecer el flamenco?

-“Yo te voy a decir una cosa. El que emprende una tarea con una responsabilidad que se tiene en el subconsciente, de que algo hay que hacer para de alguna forma preparar el futuro, tenía que admitir a todos, como así lo hice, y lo que viniera bienvenido era. Trataba de inculcarle a todos lo que tenía que inculcar, consciente además de que unos me lo iban a admitir y otros no; y de que unos iban a servir y otros no. Pienso que la intuición artística siempre la he tenido, cosa que considero muy difícil. Y esa intuición me llevaba a veces a tener éxito y otras no. Es como si en una parcela siembras una misma especie y no todas las semillas llegan a florecer porque siempre hay algo que malogra a algunas de ellas. Esto era lo que me pasaba a mí. Yo sabía que la mayoría tenían cualidades, como sabía que algunos no iban a llegar. Te puedo decir que un porcentaje del ochenta por ciento son artistas y algunos buenas figuras como todos sabemos, en las tres disciplinas del flamenco: en el cante, en el baile y en la guitarra. Y me siento orgulloso de haberlos formado, de haberlos protegido, y de llevarlos arriba. Esa es la satisfacción. Luego tengo el gran desengaño de que de ese ochenta por ciento, el noventa no me lo ha agradecido. ¡Claro…! Yo no lo he hecho para que me lo agradezcan, sino para agradecérmelo yo mismo, y esa es mi gran satisfacción. Ellos creen que son figuras por sí mismos.”

Hay una circunstancia que a mí no me cuadra en Jerez y espero estar equivocado ¿Con la historia siguiriyera que tu ciudad tiene, por qué parece que sólo allí hay apasionamiento por las bulerías?

-“Pienso que no es apasionamiento. Lo que pasa es que la bulería ya no es bulería. Te voy a decir una cosa, aunque parezca que soy un presuntuoso, pero creo que hay que decirlo todo. En mi momento yo hice una gran evolución de la bulería y la puse tan difícil que entonces por bulerías era muy complicao tocar, cantar y bailar. Después, para que todo el mundo pudiera participar, han tenido que ir amoldándola, descafeinándola… quitándole todas las dificultades y dejándola en lo que la han convertido. Yo la evolucioné respetando las raíces y la tradición con un aporte personal.

Por otro lado, hay que reconocer que los cantes por siguiriyas de Jerez son muy difíciles y los hacen poca gente, así como los cantes por soleá. Como la bulería la han puesto muy fácil y la hace too el mundo, pues por esto es por lo que tiene tanta fama ahora.

Manuel Morao, El Chaqueta y Fernando Terremoto
En función de las presiones de las casas discográficas y otros estamentos culturales ¿los artistas flamencos tienen suficiente libertad?

-“Los artistas somos liberales y, si además es honrao, lo es más. Si un artista está condicionado por contratos o alguna otra circunstancia, su propia iniciativa creadora queda mermada. Por eso te dije que ‘Terremoto’ fue un artista liberal, no anárquico, pero si creativo y personal. Por eso nunca sacrificó su arte, aunque como ser humana tenía que vivir y por tanto ganar dinero. Nunca pagó esa factura, quizá porque su mentalidad no lo aceptaba, o bien porque él fue honrao consigo mismo, o porque no concebía el cante de otra manera. Es la auténtica libertad que debe tener un artista.”.

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente de la
Peña Flamenca de Jaén)

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