DESPUÉS
DE CANTAR ‘MANUEL TORRE’ NO PODÍA
CANTAR NADIE MÁS.
Después
de hablar sobre Antonio
Mairena y la tan
traída y llevada Llave
de Oro, lo inexcusable
de habérsela dado a ‘Camarón
de la Isla’ después
de muerto, o de la creatividad y arte de Juanito
‘Mojama’,
retomamos el dialogo sobre su vida profesional y sus iniciativas
artísticas para promocionar a los flamencos de su tierra.
¿Cómo
surge la idea de los Jueves Flamencos? Porque pienso que deberíamos
volver a retomar la cronología de tu trayectoria artística.
-“Aquello
surge por toda la inquietud que tengo de que esto no se acabe. Y que
todo lo que he vivido y visto que no se queda ahí como una cosa a
contar, sino que siga p’lante. Lo que he dicho antes tiene que ver
mucho con esto de que el cante nunca está quieto. Todo lo contrario
de lo que dicen algunas personas sobre que el flamenco tradicional o
puro, como dicen ellos, es una cosa del pasao. Qué fue y que ha
llegado a tocar techo y hay que hacer otra cosa. Esto no es verdad
puesto que el flamenco no para de evolucionar. Si nos remitimos a lo
que podemos considerar
la gran época del flamenco, las figuras de entonces no se limitaban
a efectuar lo que ya estaba hecho, ellos hacían una versión
diferente de lo mismo sin perder la raíz ni la autenticidad de lo
que había. Eso es una evolución. Y es muy difícil el efectuar ese
cometido, ya que con lo que hay, hacer una nueva versión tiene una
gran dificultad porque hay que tener una gran personalidad, un gran
sentido de la creatividad para exponer adecuadamente tu sensibilidad
y tu sentimiento. Todo el que era artista lo realizaba y por eso
existen las diversas versiones del cante.
Pues
buscando nuevos valores y nuevos artistas que pudieran hacer
igualmente algo así, nacen los Jueves Flamencos. Yo sabía que la
cantera de Jerez en esos momentos tenía bastante producción. Había
que dedicarse a acogerlos, amoldarlos, enseñarlos, protegerlos y
promocionarlos. Todo esto fue la gran responsabilidad que yo me eché
en aquél momento. Porque con aquello yo no gané dinero, al
contrario, me creé muchísimos enemigos. Yo establecí un sistema de
trabajo que pienso que en la actualidad nadie quiere
responsabilizarse de una tarea así. Para un día a la semana yo me
llevaba trabajando siete días y siete noches. Estaba solo para todo
porque no me ayudó nadie. Allí cobraba too el mundo menos yo; los
niños cobraban poco, pero cobraban; allí nadie salió nunca sin
cobrar, y lo hacían además de los niños que promocionaba, el de la
plaza de toros, el de la imprenta, el portero… Todo el mundo
cobraba menos yo porque no llegaba, y menos mal que no me costaba
dinero, porque a esto último no llegaba. ¿Qué había que trabajar
siete días a la semana? ¡Yo trabajaba! ¡Ahora! Dinero no pedirme
porque… Entonces asumir aquella responsabilidad era una cosa muy
seria. Y gracias a aquello, hoy tenemos un gran plantel de artistas.
Unos mejores y otros no tanto, pero están en esa verea. Cierto que
algunos se han desbandao, pero el arte está vivo. Si eso no se
hubiera llevao a cabo, Jerez hubiera durao menos, cosa que está
pasando en la actualidad.”
¿Cómo
era ‘Terremoto de
Jerez’?
Manuel Morao y Terremoto de Jerez (foto: archivo de la revista Candil) |
-“Terremoto
fue un cantaor muy honrao, artísticamente y personalmente, además
de tener una voz portentosa, de las pocas voces portentosas que hemos
tenido. Si hubiera nacido ahora una voz importante de la altura de
‘Terremoto’ o parecida, esto sería otra cosa. Él tenía las
condiciones adecuadas para el sitio que ocupó, pues además de su
voz, tenía eco, tenía facultades, tenía melosidad en su voz cuando
cantaba, tenía bajos, tenía media voz, tenía altos… En todas las
tesituras sonaba. Hoy no suena casi nadie nada más que en una.”
¿Y
‘Manuel Torre’?
-“Manuel
tenía unas condiciones artísticas que si le hubiera cogido esta
época… Después de cantar él no podía cantar nadie más.”
¿’La
Niña de los Peines’?
-“También
fue una gran cantaora. Insisto en que ‘Manuel Torre’ estuvo en un
pedestal que después de él no podía ocupar nadie, inclusive ‘La
Niña de los Peines’… Ni Tomás. ‘Manuel Torre’ dejó la
vacante que todavía está sin ocupar y ya me parece a mí que nadie
la ocupará. Las condiciones que tenía ‘Manuel Torre’ están
fuera de contexto, a pesar de las malas grabaciones que tiene.”
¿Y
don Antonio Chacón?
-“Era
un gran profesional. Cantaba muy bien, con una voz muy musical para
los cantes que él tenía en su repertorio. Era un artista muy
consciente, porque él conocía los cantes y los cantaba, pero sabía
que no estaba predispuesto para algunos cantes, porque aunque se
conozcan y se cante esos cantes, hay que tener una predisposición
para transmitirlos y él no los transmitía, como no los transmitía
‘Marchena’,
ni tampoco… Mejor dejar de citar nombres.”
¿Por
todo esto Chacón reclamaba para Madrid a ‘Manuel Torre’?
-“Pienso
que sí, porque Chacón, además de ser un gran profesional, era un
gran aficionao, un amante de este arte, circunstancia esta que hoy en
día no es muy común. En la actualidad hay muy pocos artistas
profesionales que sean aficionados al cante. Están más pendientes
de si pueden pegar el pelotazo, pensando a ver si, en vez de
doscientos pueden engañar a doscientos mil para ganar dinero. Puede
que lo estén haciendo bien aunque yo no lo veo bien. Esa actitud
puede ser comprensible.
Antes,
los grandes artistas del flamenco vivían para su arte, eran grandes
aficionaos. Hoy, desgraciadamente, esas virtudes se han perdido como
también se han ganado muchísimas cosas, esas que dicen del gran
respeto que le tienen al flamenco, de la gran situación del
flamenco, de lo que cobran los flamencos, de la dignidad que tienen,
que van al Teatro Real y todo eso… Todos hemos ganao, pero claro,
la factura está ahí, la hemos pagao. Todo el mundo habla de lo que
cobramos… ¿pero quién habla de lo que pagamos? Creo que nadie.”
Rafael
Valera Espinosa
(crítico
flamenco y vicepresidente de la
Peña
Flamenca de Jaén)
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