jueves, 22 de diciembre de 2016

Por soleá. JUANITO MOJAMA, IDOLO DE ARTISTAS FLAMENCOS (y III).

Juanito "Mojama"
Referidos los criterios de máximas figuras del flamenco –cantaores, guitarristas, bailaores…- sobre nuestro eminente artista jerezano, Juan Valencia Carpio “Juanito Mojama”, apelativo (por su aspecto enjuto y moreno) adjudicado por el gran renovador de la guitarra flamenca, Ramón Montoya, cuando lo vio llegar al tablao Villarrosa, para que lo conociera don Antonio Chacón, mal conocido y valorado por su falta de notoriedad, he de referir que al igual que Tomás Pavón Cruz, hermano de La Niña de los Peines, los aficionados los hemos conocido tardíamente para alegrarnos de resaltar sus enormes méritos como singular y creativo interprete de nuestro flamenco.

Sobre sus virtudes artísticas he recopilado en las dos columnas anteriores piropos de reconocidos artífices de nuestro arte. Pero los jóvenes también han sabido descubrir sus méritos, aunque a través de las reconstrucciones técnicas de sus placas de pizarra.  Ejemplo claro el que sigue. En Cáceres, en su Congreso de Arte Flamenco celebrado en septiembre de 1984, José Mercé en la entrevista que le realicé, opinaba así sobre Juan Valencia Carpio “Juanito Mojama”, después de lo vertido sobre Manuel Torre: “Con otro cantaor que me he quedao pasmao es con Juanito Mojama, porque ayer mismo escuché un disco en el que cantaba por caracoles, y siempre se ha dicho que Juan hacía un poquito por tientos, tangos, soleá, siguiriyas... Entonces, he podido comprobar que Juan fue el mejor discípulo de don Antonio Chacón”. 

Y para finalizar esta serie de artículos, no podemos olvidar, como ya he referí al principio de los mismos, que Rafael Romero sentía una especial predilección sobre el jerezano, hasta el punto de que algunos autores estiman, entre ellos Luis y Ramón Soler, que la soleares de José Yllanda que define y ha cantado el iliturgitano, pueden llegar a tener determinada connotaciones personales de El Mojama, con lo que no estoy de acuerdo. Es menester investigar y demostrar si ha sido al contrario, ya que Yllanda llegó a Jerez siendo niño “El Mojama”.

Pienso que el 1986 –año de la  nueva publicación de sus grabaciones- fue primordial para colocar a nuestro artista en su pedestal, y lo celebré con porque entonces sí que pude escuchar los cantes de Juanito Mojama. No muchos, pero si como para apreciar los matices y los calificativos que anteriormente me iban dando los maestros del cante. En este año, la Fundación Andaluza de Flamenco, es decir, el actual Centro Andaluz de Flamenco, editó un disco encuadrado en la colección “Tiempo Flamenco”, titulado “Grandeza y Dulzura del Cante”, ofreciéndonos en la primera cara seis cortes de Antonio Mairena grabados en actuaciones en directo, el último en Tánger en el año 1944, y de Juanito Mojama, siete grabaciones en los que expresa con rotundidad su creatividad y su especial forma estilos como tientos, granaínas, soleares de La Serneta y Enrique el Mellizo, bulerías, siguiriyas y caracoles.

Después se publicaron más grabaciones, pero ya conocíamos su inalcanzable maestría flamenca.

Rafael Valera Espinosa 

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