lunes, 19 de diciembre de 2016

Memoria flamenca. JOSE MENESE SCOTT (y III)

“EL QUE QUIERA QUE HAGA UNA MÚSICA NUEVA POR SOLEÁ.”

José Menese Scott ha sido uno de los cantaores más significados por su militancia política, sus dosis de intelectualidad, sus acercamientos a la orquesta sinfónica para ser acompañado, y su pasión por resaltar el mensaje de las letras que le componía Francisco Moreno Galván.

José Menese con Habichuela
(Fotografía de Pepe Pamos)
En esta última parte de la entrevista de abril de 1993, cambié de tercio en el matiz de las preguntas y, como había sido uno de los primeros cantaores en acercarse a la Universidad en tiempos difíciles para la libertad, que siempre pregonaba, le solicité su opinión sobre si esta impulsó al flamenco en aquellos momentos:

José Menese: Parece ser que no. Siempre que se habla de la Universidad solo se menciona a Raimon, y pienso que contribuí más a eso que Raimon como desde la noche al día. Siendo más concreto, he de decir que en Madrid sí, porque se jugaban unos papeles importantes a la hora de hacer frente a situaciones bastantes complicas, y la Universidad plantó cara en muchos momentos a cosas bastantes difíciles. Por ejemplo, me llamó José Perich para lo de mi actuación reciente en Madrid pidiéndome una letra de siguiriyas que me hizo Francisco Moreno Galván, que dice ‘Al lao de la nieve / el jazmín negrea. / Con sus ojos, / hace blanca la noche la mía compañera’, y no la encontraba; entonces le dije que pusiera esta que tuvo que ver mucho con mi vinculación, digamos, con la Universidad en esos años y que dice: ‘Señor que vas a caballo / y no das los buenos días. / Si el caballo cojeara, / otro gallo cantaría.’ Ahora me pregunto dónde estás esas gentes que se rompían las camisas y que de la noche a la mañana desaparecen. Eso a mí, sinceramente, me fastidia. Por ponerte un ejemplo, yo sigo siendo de Curro Romero y del Sevilla, aunque parezca un poco simplona la cosa.”

Rafael Valera: ¿Condiciona la militancia al cantaor?

R: “¡No! Soy militante de base y pienso que no. Lo que ocurre es que como carácter, forma de pensar, de creer, de sentir y de querer… ¡Hay tanto morbo en este puñetero país…! Un día me llamaron a casa desde un periódico para hacerme unas preguntas sobre las elecciones. ¿Cómo encuentra el país? ¡Yo lo encuentro mal” ¿Quién puede ganar? Puede que haya una fusión con el PP, o con los socialistas, o yo que sé… ¿Qué se puede hacer para acabar con la corrupción? ¡Mire! Perdóneme aunque me eche personalmente una alabanza. Está usted hablando con una persona neta y por tanto no lo sé. Si tuviera una varita mágica acabaría con toos los corruptos. Pienso que esos han existido siempre y seguirán existiendo. Me dice mi amigo Fernando Montoro que yo no voy a arreglar el mundo, y desde luego es verdad, pero creo que podría aportar algo, porque considero que he aportao muy poco.”

P: ¿Tus letras llevan la intención de motivar al aficionado?

R: “Pienso que sí, mis letras y mi forma de cantarlas. No quiero mencionar a nadie porque sería absurdo. Yo creo que el que tiene calidad se queda, y el que no la tiene se va p’allá.”

P: ¿Qué recuerdos mantienes del Olympia de París?

R: “La verdad es que no lo sé. Lo que sí sé es que ha habido momentos de mi vida que no han sido el Olympia de París, y han sido mucho más importantes. A veces es la resonancia que tienen las cosas. No cabe duda que fueron momentos hermosos. El hecho de estar en el Olympia de París y hacer un disco en directo, mira… Después de que me harté de ver a Picasso, a Dalí, y de pasear por Paris, que es la ciudad más hermosa del mundo… y estuve con mi mujer –persona a la que adoro-, con Francisco Moreno Galván y con un montón de amigos que vinieron desde mi pueblo a Paris.”

P: ¿Puede el flamenco ser sinfónico?

R: ¡No! El flamenco es como es y punto. De aquí a ocho o diez años, nos daremos cuenta de que todo el tinglao que se ha intentao airear en estos últimos años, no. El flamenco va a seguir siendo de minorías, con gente que canten bien y punto.”  

P: Los cajones, los bajos, las flautas, los saxos… ¿Nos pueden llevar a otra ópera flamenca?

R: No, porque los tiros no van por ahí. Acabo de grabar una nana y unos campanilleros a los que le he metido un poquito de chelo y una cosita así… ¿Cantar? Por siguiriyas, soleá o tientos… Yo dije en cierta ocasión que cuando alguien meta la mano ahí y haga un revuelo, que venga y me lo diga. Cantar por siguiriyas, soleá tientos o tangos, ¿eh? ¿No se puede crear más? “Aquí hay un tinglao que está muy claro. El flamenco, el cante nuestro se crea día a día con los intérpretes que lo hacen bien. ¿Sí usted canta mal? Usted no aporta absolutamente nada. ¿Si usted canta bien? Usted aporta efectivamente. El que quiera, que haga una música nueva por soleá. Todavía no ha surgido.”

P: ¿Han perdido oportunidades los cantaores con la desaparición del Giraldillo?

R: ¡No! Lo que se ha perdido es una forma de que Sevilla haga cosas que ha dejao de hacer. Lo del Giraldillo estuvo muy bien pensao, llegó en su momento, y ahí se acaba la cosa. Lo que ocurre es que un concurso de esta magnitud tenía que dilatarse más en su celebración. Córdoba lo hace cada tres años. Hay una base principal y es que las savias nuevas no están a tiro de piedra. Al Giraldillo nos presentamos Curro Malena, Luis de Córdoba, José el de la Tomasa, Fosforito, Calixto Sánchez y yo. Este se celebra en el año ochenta: echa la vista atrás y dime quién podría hoy acercarse a eso y qué podría aportar, además de haber pasado trece años. Porque la aportación es otra de las cosas a tener en cuenta. Cuando me presenté al Giraldillo, antes me fui a mi pueblo y me preparé a conciencia con Francisco Moreno Galván. Yo no me presente con el repertorio conocido como hizo todo el mundo, me presenté con cosas nuevas y eso no se valoró. Quiero decirte con esto que necesitaríamos gente que aliviara un poco la cosa, y que a la vez aportara. ¿Qué no se hace lo del Giraldillo ni lo del Lope de Vega? Para mí una auténtica pena.”

P: ¿Qué futuro tienen los festivales?

R: “No lo sé. Yo, desde luego, haría una reestructuración de los festivales flamencos porque de ellos se nutren un montón de familias. Ahora, esos festivales multitudinarios que duran hasta las cuatro, cinco o seis de la mañana, me parecen horrorosos. Pienso que un espectáculo, sea de lo que sea, y de flamenco aún más, pues que dure tres o cuatro horas. Deberían reestructurarse, aunque yo no soy el más indicado. Si pudiera lo haría.”

P: ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

R: “¿Proyectos, yo…? Cantar bien esta noche en la Peña de Jaén. ¿Te parece bien?”

Rafael Valera Espinosa

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