“HE
REMEMORADO A LA LINARENSE “RUBIA DE LAS PERLAS.”
-
‘Pepe Pinto era un peazo de cantaor’.
Siempre
hemos establecido los aficionados que José Menese era un cantaor muy
influenciado por Antonio Mairena. Hace
unos días publicaba parte de la entrevista que le realicé en 1993 para la
revista Candil, y en una de sus
respuestas expresaba que Rafael Romero
Romero, cantaor de Andújar y miembro del cuadro de honor del Tablao Zambra
de Madrid, se había portado muy bien con él y le ayudó mucho a la hora de
enjaretar los cantes.
Mas,
el tema de pertenecer a la escuela mairenera fue una cuestión que había que
esclarecer:
-
“La influencia de Mairena la he tenido y
la tengo. Recuerdo que cuando yo tenía diecisiete años me presenté en una moto
y con la carta de una persona que había hecho la mili con Antonio. El me abrió
la puerta de su casa vestido con una bata –cosa inusual por aquél tiempo- y
leyó la carta de Manuel Orellana Rivero;
tras su lectura me dijo que él tenía un bolo –que así se llamaban las
actuaciones en aquella época- en Osuna y que me iba a meter ahí. Ese fue,
gracias a Antonio, mi primer contacto con un público que exigía
responsabilidad. A partir de entonces, Antonio Mairena se abrió en cuerpo y
alma hacia mi persona. Esa es la influencia personal. En cuanto a la influencia
artística, Antonio, como cualquier cantaor de mi época, también ha influido en
mi arte, pero hasta cierto punto. En contra de lo que mucha gente cree, Antonio
ha tenido la influencia que tenía que tener sobre mí, más no toda. Pienso que
he mantenido una trayectoria de búsqueda de estilos, de determinada investigación
personal del flamenco. Antonio Mairena me sirve de referencia cantaora, pero yo
he realizado estilos como la mariana, he rememorado personalismos de cantaoras
como la linarense Rubia de las Perlas
por siguiriyas, etc., en los que Antonio no ha influido nada. Cuando me doy
cuenta de dónde está el tinglao del flamenco, intento desarrollar mi propia
personalidad cantaora y creo que lo he conseguido bastante holgadamente.
Rafael Valera: ¿Por qué la
inclinación siempre a los cantes serios y profundos?
Respuesta: “Hay
una cuestión que yo siempre intento aclarar. Si a mí me piden que cante por
rumbas, he de decir que yo no sé cantar por ahí. Recuerdo una vez en Granada,
hace bastantes años, el público me pedía fandangos y más fandangos. No tuve más
remedio que decir que no sabía cantar fandangos. Después, una vez hechas tantas
grabaciones, no he tenido más remedio que echar mano de unos fandangos. Con
esto no quiero decir que me haya bajado de mis creencias sobre el cante; sigo
pensando que el cante que a mí me va es el cante puro.”
P: ¿Qué expresaste
en tu primera grabación por mirabrás con la letra “Qué bien ‘jumea’…”
R: “Fue la triste historia de una familia de mi pueblo.
Por cierto, que vuelvo a incluirla en el disco que estoy grabando, con algunas
diferencias, pero el cante y la letra están ahí. Soy una persona que me
reafirmo sobre lo que me gusta y veo. ¿Si el país está…? ¡Está mal! Como es
posible que me califiquen de demagogo, loco, o vaya usted a saber… ¡Sí! Vuelvo
al ataque. He echado mano a este mirabrá modificándole algunas cosas.
Recuerdo que
estando haciendo la mili, cuando salíamos de paseo cogía el autobús y me
trasladaba a “La Campana”, al bar de Pepe Pinto. Una tarde le llevé el disco y
le rogué que lo escuchara y me diera su opinión, cosa que ahora no haría por
auténtica vergüenza. Cuando volví me dijo: ‘José, me parece una preciosidad.
Además, ya está bien de castañas de Galaroza… Tú aquí le has echado dos
cojones’. Aquello me enorgulleció y me sirvió bastante. José cantaba muy bien.
Lo que pasa es que le pilló una época chunga y no tuvo más remedio que
arrimarse a lo facilón. Me lo decían Antonio Mairena y Tomás Torre: ‘Pepe Pinto era un peazo de cantaor’.
Aunque
intentaba mantener una actitud recatada para evitar incomodidades de nuestra
figura, siempre estuvo rondándome el por qué de un triunfo tan temprano en el
Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba de 1965, por la circunstancia de que
me respondiera que era un hecho lo sobradamente conocido. Pero me arriesgué.
P: ¿Qué se siente
al conseguir el premio “Tomás El Nitri” en el concurso cordobés?
R: “Eso fue una verdadera gloria. Cuando le planteo a Francisco Moreno Galván –persona que
está todavía ahí y se le puede consultar- ¿Por qué no me presento al concurso
de Córdoba? ¡Tú estás loco¡ Yo estaba entonces en la mili, y durante los
permisos de sábado a lunes nos poníamos a trabajar en La Puebla, y así pude
presentarme al concurso con toas las de la ley. Con toas las de la ley ha
blando desde el punto de vista puro. De hecho hay una anécdota que nunca se ha
contao. Sucedió que el día en que me presento en Córdoba, nos tomamos un té
Ricardo Molina, Francisco Moreno Galván, Pablo García Baena y yo. Durante la
reunión Ricardo le preguntó a Francisco el por qué no me presentaba a más
premios, a lo que Francisco contestó que yo estaba todavía verde. Quiero decir
con esto que me presenté sin pretensiones, sin pensar lo que me podían dar o
podía perder. Es por eso que pienso que fue tan sumamente sana la cosa que
salió maravillosamente.”
Mientras
vivió el guitarrista Melchor Jiménez
Torres “Melchor de Marchena”, fue guitarrista principal, entre otros, de
Antonio Mairena, Manolo Caracol y
José Menese, la pregunta era pertinente:
P: ¿Por qué siempre
la elección de la guitarra de Melchor de Marchena?
R: “Porque para mí era como el Picasso de la guitarra.
A Pablo Picasso no lo conocí y a Melchor tuve la gran suerte de conocerlo. Lo
mismo que me sucedió con Antonio Mairena, me pasó con este gitano, que me abrió
los brazos de par en par, me dio todo el cariño y todo el apoyo del mundo.
Además tocaba como los propios ángeles, y ahí está su trayectoria.”
En
la continuación referiré sobre sus contactos con la Universidad, su experiencia
con orquesta sinfónica, su cante y militancia política, y los recuerdos de sus
actuaciones en el “Olympia de Paris”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario