martes, 20 de noviembre de 2018

Por soleá. LOS PERSONALISMOS FLAMENCOS.


Hace bastantes años que, en esta misma sección, di explicaciones sobre mi forma de narrar los acontecimientos flamencos, pues, casi siempre existe un grupo de aficionados que me censura mi forma de referir las crónicas flamencas. Es decir, que me inquieren cuando escribo o hablo de soleá de tal o cual cantaor, siguiriyas de determinados maestros, malagueñas de los verdaderos creativos y de los recreados de los anteriores, etc. Hoy quiero reiterar lo de mi ¿estilo? porque lo considero, en cierto modo, pedagógico para intentar que se tenga en cuenta la historia de nuestro arte y sus protagonistas.

Pienso que todo esto tiene una explicación, aunque la misma no pueda ser la adecuada. No basta con decir que ha cantado “por soleá con compás, buen ritmo, adecuada entonación y entrega profesional”. ¡No! Por supuesto que esto no es verdadera información. Y el ejemplo quiero exponerlo con ¿rotundidad? Hace tiempo que visionando la película “Escucha mi canción”, cuyo protagonista fue nuestro comprovinciano “Joselito”, en el programa “Cine de barrio” de TVE, en la misma interpretó dos estilos flamencos malagueños; el primero una rondeña –y ahí se puede quedar la referencia conociendo las virtudes que el “pequeño ruiseñor” poseía-, derivando seguidamente a un fandango. Mas habría que aludir a que la primera tenía la creatividad del ilustre iliturgitano Rafael Romero “El Gallina”, y el segundo la de Joaquín Vargas “El Cojo de Málaga”. Y así son las cosas.

¿Si atrevería alguien a censurar que en el programa de un concierto clásico se aluda a la Novena Sinfonía… de Beethoven; a la Rapsodia húngara… de Liszt; a las Cuatro Estaciones… de Vivaldi? ¿Es menester o no referenciar a los creadores? Porque, desde luego, no basta con reflejar dos cuartetos, un concierto y tres tocatas, hay que decir quiénes fueron sus artífices ¿Y por qué no en el flamenco? ¿Quién tiene el derecho de quitarle a Pastora Pavón Cruz “Niña de los Peines” su creatividad en la petenera, tangos, bamberas, bulerías, etc.? ¿Cuál es el osado que puede ningunearle a don Antonio Chacón sus granaínas, cartageneras o malagueñas…?

Rosario López en la Peña Flamenca de Jaén
Pero, es que aún hay más. Cuando efectúo referencias a la creatividad que un determinado artista flamenco recuerda, acrisola o recrea, intento influenciar al interesado lector a que investigue sobre quien fue el artífice de la misma, ya que considero que despertando su curiosidad, el neófito o incipiente aficionado puede ir introduciéndose más en el conocimiento de nuestro universal arte.

Por todo ello, seguiré escribiendo que –por ejemplo- “Chano Lobato” nos recordó por alegrías a Manolo Vargas o Aurelio Sellé; que “El Tomasa se acordó en las siguiriyas de Tío Manuel ‘Cagancho’, por los aires de Juan Talega; que Rosario López acrisoló los ecos de “El Gallina” por cañas; o que José Menese, con matices de Antonio Mairena, reivindicó la personalidad de Bernardo el de los Lobitos por marianas.

A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del Cesar”.

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco)

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