martes, 27 de noviembre de 2018

Por soleá. ANTONIO MAIRENA Y ESTATUS FLAMENCO.

Es plena la satisfacción cuando se lee: “El Instituto Cervantes se inaugura en Nueva York”; “La casa natal de Goya en Fuendetodos se convierte en museo”; “La casa museo de García Lorca en Fuente Vaqueros incrementa las visitas de turistas.”; “El Museo Sorolla está situado en la misma casa en la que habitó el Pintor Joaquín Sorolla con su familia en Madrid.”; “El Ayuntamiento compró en 1962 la Casa Museo Manuel de Falla, donde residió el compositor”; “La Casa-Museo Salvador Dalí era una pequeña casa de pescadores en Portlligal, provincia de Gerona”; “La Casa-Museo de Lope de Vega se encuentra en el número 11 de la calle Cervantes de Madrid.”; o “La Casa-Museo Benlliure acoge la colección de la familia.”

Y, de pronto, nos encontramos con la desagradable noticia: “Se vende la casa del cantaor ‘Antonio Mairena’ en Sevilla. Francisco Jiménez Ortega, vecino de Alcosa y amigo íntimo que fue del genial cantaor de flamenco, ha presentado este mes de julio en el registro del Ayuntamiento de Sevilla una propuesta para que el Consistorio valore la posibilidad de comprar la casa de la Gran Plaza, en la calle Padre Pedro Ayala 12, donde el cantaor flamenco Antonio Mairena (1909-1983) pasó sus tres últimas décadas y donde murió dejando un gran y valioso legado. Reclama que se convierta en la casa museo de ‘Antonio Mairena’ en Sevilla”. Además, con el agravante de que la concejalía correspondiente ha intentado evitar la compra por un fondo bancario, más no ha tenido éxito.

¿Qué pasará? Pues, lo más probable es que nos quedemos sin la gran cantidad de tesoros artísticos que el maestro de Los Alcores tenía depositados en la misma, visionados y admirados por Manuel Urbano Pérez Ortega y yo mismo, cuando en la primavera de 1982 le realizamos la entrevista para el número 23 de Candil, ejemplar monográfico sobre su persona. Qué se pierda parte de la memoria flamenca de uno de los grandes maestros cantaores de la historia de nuestra universal música. Y qué solo unos pocos añoremos su voz llamando a su hermana Rosario, o explicándonos su pasión por la vida artística de Tomás ‘El Nitri’.

Una vez más se demuestra el desinterés por nuestra cultura musical. Cualquier dotado en las diferentes ramas de la cultura tiene su reconocimiento ¡Los flamencos no! Siempre surgen las preguntas ¿Qué han hecho la Consejería de Cultura y su Instituto Andaluz de Flamenco? ¿Cómo se han movido los ayuntamientos de Sevilla o Mairena del Alcor? ¿Y el Área de Cultura de la Diputación Provincial Sevillana? ¿Dónde han andado las Obras Sociales-Culturales de las entidades bancarias sevillanas?

Estoy por asegurar que el precio de la casa de ‘Antonio Mairena’ -312.000 euros- se hubiera abonado con creces en una subasta por una batuta de Manuel de Falla, un libreto inédito de García Lorca, un mínimo boceto de Picasso, o una columna de mármol o alabastro para la Mezquita de Córdoba.

Así, el flamenco nunca alcanzará su estatus.
Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente de la
Peña Flamenca de Jaén)

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