martes, 13 de febrero de 2018

Por soleá. VILLANCICOS FLAMENCOS (y II).

Villancicos 2017
Se piensa que el villancico flamenco suele cantarse por los estilos festeros, criterio bastante parco del tratamiento que este arte ofrece de las letras navideñas. Aunque es menester apuntar que es, generalmente, por esos estilos por donde mejor cuadran y más se han popularizado como expresé en la pasada columna. Sin embargo, cantaores como Manolo Vargas, Pepe el Culata, Paco Toronjo, Bernardo el de los Lobitos o Pericón de Cádiz, los abordan por tanguillos de Cádiz, alegrías, tientos, martinetes, soleares, fandangos de Huelva, sevillanas, verdiales, bulerías, peteneras y malagueñas.

Los villancicos flamencos se interpretan principalmente en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y Cataluña. Es decir, el mundo geográfico principal de este arte. Pero, como sucede en muchos de los aspectos del flamenco, existen determinadas comarcas en las que son más populares. Ateniéndonos a la serie de trabajos realizados sobre el tema, las principales provincias en las que se cantan con más asiduidad, a la par que mantienen una mayor creatividad son las de Sevilla, Cádiz, Jaén y Córdoba.

En la tierra jiennense destacan las ya citadas localidades de Andújar y Linares, aunque hay que sumar igualmente las de Jódar, Torredelcampo y hasta la propia capital. En este contexto, siempre hay que tener en cuenta la tradición difundida por Rafael Romero “El Gallina” de los villancicos de su tierra, la cual ha sido muy valorada por los estudiosos a la hora de elaborar cualquier tipo de trabajo en este sentido, a veces con indicaciones de connotaciones folclóricas, con determinada razón.

Mas, nuevamente, salen a relucir los centros cantaores de Sevilla y Jerez, como principales comarcas en las que se han desarrollado creatividad y solera para abordar el villancico flamenco. Es lógico por ser ciudades en las que posiblemente más artistas hayan nacido y generalmente los más creativos. Sin embargo, no podemos olvidar las zonas de Utrera-Lebrija, Los Puertos, Cádiz, Córdoba…

En Jerez siempre han destacado las personalidades de Rafael Ramos “El Niño Gloria”, y su hermana “La Pompi”. El primero tuvo tal importancia en relación con el villancico flamenco, que incluso popularizó una forma -creo que heredada- de abordar este canto navideño a través de las bulerías uniéndole un estribillo muy pegadizo, en el que se repite con insistencia la palabra “gloria”, la cual acabaría dándole su apelativo artístico, y que, posteriormente, sería adoptada por la mayoría de los cantaores jerezanos, llegando incluso a crear una escuela en la que abundaron seguidores de la talla de ‘Canalejas’, Manuel Soto “Sordera”, “Chano Lobato” y otros cantaores actuales. Tampoco hay que olvidar a otro de los inigualables genios de este arte también de Jerez como fue “Manuel Torre”, el cual desarrolló una creatividad sin par al aflamencar los campanilleros de ‘La Aurora’.

Y, en nuestra tierra, la popularización del villancico se debe a ‘Canalejas de Puerto Real’. Posteriormente –aparte del citado Rafael Romero- fue Rosario López, junto con Manolo ‘Canalejas’, los continuadores de la tradición flamenca de estos cantes, y últimamente Eduardo Martínez ‘Niño Jorge’.


Rafael Valera Espinosa

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