Manuel Moneo (fotografía de Jerez Jondo) |
La historia de nuestro arte
tiene una base fundamental en su creación en Jerez de la Frontera, y
es posible que sea la primigenia aunque a otros les duelan.
Generalmente, hemos considerado a ‘Tío Luis el de la Juliana’,
aguador que era de la ‘Fuente de los Albazirones’ como el primer
cantaor flamenco y creador de las tonás de ‘Tío Luis el
cautivo’ o la de ‘Los Pajaritos’, difundidas sobre 1770.
Cierto es que según mis investigaciones tomadas de Antonio Cristo
Ruiz, la historia flamenca se retrotrae sobre el 1763 con el
jerezano criado en el Puerto de Santa María, Juan Cortés Monje
‘El Cagón’ como primer cantaor de la historia, reconocido
por Antonio Machado y Álvarez ‘Demófilo’, en su
‘Colección de Cantes Flamencos’ de 1881, según los testimonios
de ‘Juanelo de Jerez’.
A partir de aquí, la historia
del arte de Jerez se encumbra con grandes intérpretes como Manuel
Molina, ‘Loco Mateo’, ‘Paco La Luz’, ‘Diego el Marruro’,
Joaquín ‘Laserna’, ‘Chato de Jerez’, Juan Junquera,
‘Salvaorillo’, María La Jaca’, ‘La Serrana’, ‘Tío José
de Paula’, Manuel Torre, don Antonio Chacón, ‘Juanito Mojama’,
‘El Gloria’, su hermana ‘La Pompi’, y los
herederos más conocidos de los citados como ‘Tío Agujetas’,
‘Tío Juane’, ‘Manuel Agujetas’, ‘Terremoto de Jerez,
Manuel Soto ‘Sordera’, Manuel Valencia ‘El Diamante Negro’…
Y después, los herederos de estos, entre los que se encuentra Manuel
Moneo Lara ‘Manuel Moneo’.
Y todo estas referencias vienen
a colación por la muerte del citado y entrañable, así como mejor
cantaor Manuel Moneo, el pasado 19 de diciembre. En su día establecí
que:
“Manuel Moneo es uno de
los máximos representantes de la escuela jerezana. Se puede
considerar actualmente como el heredero y continuador del prestigio
cantaor de figuras como Terremoto de Jerez,
Manuel de los Santos “Agujetas”, o Manuel
Soto “Sordera”. Miembro de una señera familia de
gitanos cantaores jerezanos –hermano de Juan Moneo “El
Torta”- su metal de voz y su profundo quejío
conlleva la enjundia del flamenco de su tierra.”
Varias veces vino a Jaén y
siempre disfruté de su arte, principalmente, por soleá y
siguiriyas. De él dije que por soleá cantaba por Alcalá con aires
de Juan Talega, La Andonda y Antonio Mairena (era un
enamorado del maestro de los Alcores), mostrando entrega,
conocimiento, buen compás y adecuadas formas. Y que, por siguiriyas,
marcó su verdadera enjundia cantaora, con inclinación a evocar
personalismo de su tierra, como los de Paco La Luz, Tío José de
Paula –a través de Tía Anica La Piriñaca-, y un
quejumbroso remate por Diego El Lebrijano.
En su día, la Peña Flamenca
de Jaén lo consideró candidato para homenajearlo en su anual Semana
de Estudios Flamencos, mas, sus compromisos profesionales por esas
fechas aplazaron dicho reconocimiento para más adelante,
circunstancia esta que no ha logrado establecerse.
Con su óbito, se ha perdido
uno de los principales baluartes del arte jerezano por su pellizco,
conocimiento, profesionalidad y evocación de los históricos de su
tierra.
Rafael Valera Espinosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario