jueves, 25 de enero de 2018

Memoria flamenca. MARIANA CORNEJO SÁNCHEZ ‘MARIANA DE CÁDIZ’ (I).

 “AURELIO SELLE LE DIJO A MI PADRE QUE ME LLEVABA A MADRID PORQUE ERA UNA PEAZO DE ARTISTA.”

Mariana Cornejo con Manolo Canalejas y Rafael Valera
(foto de Pepe Pamos)
En mayo de 1997 se celebró en nuestra capital la ‘Semana de Estudios Flamencos de Jaén’ dedicada al arte y la personalidad de Juan Manuel Ramírez Sarabia ‘Chano Lobato’. Varios fueron los artistas gaditanos que se encuadraron en su programación como ‘Juanito Villar’ o Mariana Cornejo Sánchez ‘Mariana de Cádiz’. De ‘Juanito Villar’ casi lo supimos todo como quedó reflejado en los dos capítulos anteriores de esta sección. Las entrevistas las realicé durante el desarrollo de la citada celebración, y hoy comienzo a difundir en este diario la correspondiente a la sobrina de ‘Canalejas de Puerto Real’, ‘Mariana de Cádiz’.

Esta fue la presentación que le efectué en el número 114 de la revista ‘Candil’, correspondiente a los meses de enero-febrero de 1998:

Sin complejos, sin ataduras, con la gracia innata de su Cádiz… Así se presenta Mariana Cornejo. Y nos cuenta su historia con una sencillez y naturalidad asombrosa. Como si lo que le ha acontecido en su vida fuese algo común.

Amante de este arte y muy concretamente del de su tierra, es igualmente amante del eco y la personalidad de los artistas de su Cádiz y defensora a ultranza de Pastora Pavón y ‘La Perla de Cádiz’. Mariana nos evoca unos comienzos basados en su precocidad y en el talante excesivamente paternal de su progenitor, por no incluirla en el mundo de las compañías de cante.

Se siente artista y lo defiende con uñas y dientes. Admite los vanguardismos flamencos, mas, generalmente antepone la pureza de este arte. Siente predilección por las siguiriyas y también por los estilos de ritmo y compás, aduciendo que por ser ella muy alegre y festera. Y siempre su Cádiz por delante.”

Pregunta: ¿Cómo son tus inicios?

Respuesta: “Pues mis comienzos son desde chiquitita, como les suceden a todas las niñas que empiezan a cantar y a tocar las palmas y eso. Pero verdaderamente fue un día que estando yo en un patio de la calle Feluchi -pues mi madre trabajaba allí- me puse a cantar eso de ‘Cariño, cariño mío / ramito de mejorana…’, estando barriendo el patio. Esto lo cantaba con mi hermano Pepe, que canta magníficamente, pero que no se ha dedicado a esto; él hacía el bajo y yo el tono alto y, a dúo, nos salía bastante bien. Estando cantando me escuchó un pianista que estaba en el segundo piso dando clase. Se asomó al balcón y le preguntó a la madre de la niña a la que daba clase que quien era yo con la voz tan bonita. La madre de la niña le contestó que era la hija de María Pepa. De momento dijo que subiera a verle porque le había gustao mucho mi voz. Subimos mi madre y yo, y el pianista le dijo a mi madre que quería darme clases. Mi madre le contestó que ella no tenía dinero y que no podía pagarlas. Le dijo que no se preocupara que él me daría clases para educar la voz y así poder presentarme en Radio Cádiz, que por entonces tenía un programa para estas cosas. Don Carlos Domínguez, que era el pianista, me enseñó y entonces debutamos en Radio Cádiz. Al enterarse mi tío Paco del éxito, le dijo a su primo ‘Canalejas de Puerto Real’ lo bien que yo cantaba. Este se presentó en mi casa bastante temprano –estaba yo durmiendo todavía- y le dice a mi madre ‘Vísteme a la niña y sácala al patio que quiero que me cante un poquito de flamenco’. Salí al patio y comencé a cantar y, nada más hacerle un poquito, me dijo ‘¡Ya está, no cantes más! Entonces le dijo a mi madre que la niña tenía madera y que me iba a llevar con él para hacerme artista ¡Pero hombre, Juan, tú sabes…!

Mi padre no quería ¡Pobrecito mío! Tenía un carácter muy malaje, ya no porque está muy mayor, pero era de estos hombres antiguos. ¡Total! Que se vino mi padre conmigo cuando formé parte de la compañía de mi tío ‘Canalejas’. Y una vez estando en Málaga, después de haber actuado en varios sitios y de verme a mí llorar porque echaba de menos a mi madre –entonces tenía yo diez años-, le dice mi padre ‘Juan, yo me llevo a la niña con su madre porque ella es muy chica y con este plan yo no puedo.’ ¡Qué lástima! ¿Por qué no dejas que venga tu mujer con ella? Mi padre no quiso y le dijo que cuando yo fuera mayor que hiciera lo que quisiera… Y me quitó de artista.

Dos años más tarde, en una fiesta que se celebraba con motivo del Trofeo ‘Ramón de Carranza’, donde cantaban ‘La Perla’, ‘El Beni de Cádiz’ y ‘La Paquera’, también canté yo. Allí estaba Aurelio Sellé y me escuchó cantando sola, haciéndome mis palmitas por bulerías, ese compás que yo tenía de chica. Me llamó y me preguntó por mi padre y, al presentarse él ante Aurelio, éste le dijo que me llevaba pa Madrid porque yo era una peazo de artista. Pero tampoco me dejó, solo me dejaba que actuara por Cádiz y la provincia.

Luego surgió igualmente la oportunidad de que me fuera con ‘Los Gitanillos de Cádiz’. Conchita Landa y ‘Bendito’, que son dos peazos de artistas que estuvieron mucho tiempo por América, y que ya siendo mayores se quedaron en Cádiz, pues ellos quisieron llevarme a América y tampoco me dejó mi padre. Y un poco antes de casarme, yo era compañera de Luisito Gallego, que más tarde se puso ‘Luisito Rey’ y que es el padre de ‘Luis Miguel’, este joven y famoso cantante mejicano… Pues mandó a sus hermanos y a su madre para que me fuera a México, pero no hubo manera. Así que como me puse novia, pues me fui retirando poco a poco, y aunque mi novio me dejaba, yo ya no quería.”


Rafael Valera Espinosa

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