jueves, 9 de noviembre de 2017

Por soleá. ROSARIO LÓPEZ. CANTAORA UNIVERSAL DE JAEN.

Rosario López
(acuarela de Mariángeles Jiménez
para la exposición Amalgama, Diputación de Jaén,
con motivo del Día Internacional del Flamenco)
El pasado 18 de agosto se cumplió el primer aniversario de la muerte de nuestra insigne y universal cantaora Rosario López Carrascosa, ‘Rosario López’ para el mundo flamenco. Muchos han sido los escritos en los que he referido sus cualidades personales, sus virtudes cantaoras, sus éxitos regionales, nacionales e internacionales. Y siempre con el mismo mensaje:

“Jaén puede presumir de haber parido una de las cantaoras más prestantes de la segunda mitad del siglo XX y XXI de la historia de nuestro arte”.

Hay muchos ejemplos de la certeza del anterior comentario. Quizás el más significativo sea el reflejado en el doble CD de RTVE Música ‘Mujeres en el Flamenco. Actuaciones históricas’, editado en el 2007, en el que  junto a nuestra paisana figuran artistas de la talla de Tía Aníca ‘La Piriñaca’, ‘Fernanda de Utrera’, ‘La Perla de Cádiz’, Antonia ‘La Negra’ –madre de ‘Lole’-, María Vargas –tía de Aurora Vargas-, Carmen Linares, Encarnación Fernández, la citada Lole Montoya, la también referida Aurora Vargas, y las catalanas Mayte Martín y Ginesa Ortega, mas, con una salvedad muy ilustrativa sobre su arte, Rosario López mantiene su expresión cantaora en cinco estilos (cantes mineros de la madrugá, peteneras, soleares de Tomás Pavón y apolá, siguiriyas y tientos), mientras que las demás figuras no alcanzan su número de grabaciones.

Tía Anica la Piriñaca
(óleo de Pepe Olivares

para la exposición Amalgama, Diputación de Jaén,
con motivo del Día Internacional del Flamenco)
Todo tiene su explicación biográfica. ‘Rosario López’ fue una cantaora que bebió de las fuentes más prestigiosas de este arte. Sus vivencias en el desaparecido Teatro Cervantes –su natal cuna- viendo y escuchando a las figuras que formaban los elencos de las compañías de copla que hasta mediados de los sesenta por allí desfilaban, le influyeron en su talante artístico. Mas, fueron sus amigos y antiguo esposo los que incidieron en su amor por el flamenco. Un poquito más adelante y tras sus reuniones cantaoras en El Monterrey, fue el iliturgitano Rafael Romero “El Gallina” y la admiración de ambos por ‘La Niña de los Peines’ la que le marcaron en el camino a seguir en su trayectoria profesional, una carrera en la que sus vicisitudes le hicieron dolerse con prestancia y quejio en los estilos serios; en la que sus alegrías le aportaron el ritmo y la fiesta para acometer con buen compás los cantes festeros; y en la que su sensibilidad y versatilidad cultural la inclinaron a dominar la melodía y el melisma de los estilos libres.

Pero, hay más. Si son las resonancias de Pastora Pavón y “El Gallina” las que más imperaron en sus interpretaciones, no podemos dejar de señalar que ecos como los de Juanito Mojama, Manolo Vargas, Rebollo, Vallejo, ‘Canalejas’, ‘El Sevillano’, ‘Niño Gloria, ‘La Piriñaca’, Tomás Pavón, Mairena, ‘Niño de Cabra’, don Antonio Chacón… también se incardinaron en un repertorio diverso que Rosario centró con mucha personalidad en soleares, caña, siguiriyas, serrana, rondeñas, tientos-tangos, bulerías, fandangos, granaínas, campanilleros, peteneras, alegrías, saetas, villancicos o malagueñas.

Larga vida a la memoria flamenca de Rosario López.

Rafael Valera Espinosa
(presidente de la Peña Flamenca de Jaén y
crítico de flamenco).

(Artículo publicado en Ideal-Jaén el pasado 18 de agosto de 2017)

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