jueves, 30 de noviembre de 2017

Memoria flamenca. DIEGO ANDRADE MARTAGÓN “DIEGO CLAVEL” (I).

“GANAR EL CONCURSO DE MAIRENA EN AQUEL TIEMPO ERO LO MAXIMO.”

Corría el año 1981 y la Peña Flamenca de Jaén celebró el X Aniversario de su fundación oficial. El acontecimiento se había institucionalizado en el mes de abril, y Diego Andrade Martagón ‘Diego Clavel’, fue el elegido –por ser primera figura cantaora de los festivales de la época- como el cantaor que sustentara el prestigio que la entidad venía estableciendo por sus iniciativas flamencas en la que destacaba, además de su Semana de Estudios Flamencos, la edición de la revista Candil.

El 25 de abril del citado año, Diego cantó, con el acompañamiento de la guitarra de Pedro Peña Fernández “Pedro Peña”, por palo de Antonio ‘El Fillo’ y soleá rondeña del gaditano Enrique Ortega; peteneras de ‘Medina El Viejo’ y de ‘La Niña de los Peines’; tientos de ‘Antonio Frijones’, ‘Manolita La Gitana’, Fernando ‘El Herrero’ y ‘La Niña de los Peines’, derivando a los tangos de ‘El Titi de Triana’, ‘La Niña de los Peines’, ‘El Garrido de Jerez’, y la malagueña Dolores ‘La Pirula’; bulerías por soleá de Antonio ‘La Peña’, Rafael Ramos ‘El Niño Gloria’, su hermana Luisa ‘La Pompi’, María ‘La Moreno’, el linarense ‘Sordo La Luz’, y juguetillo de ‘El Loco Mateo’; media granaína (denominada granaína) de Tomás Pavón, y granaína (conocida como media granaína) de Manuel Vallejo; alegrías de Enrique ‘El Mellizo’, Aurelio Sellé, ‘Tío José el Águila’, Rosario ‘La Mejorana’, Gabriela Ortega, nuevamente de ‘La Mejorana’, más de ‘El Mellizo’, y remate de ‘El Cojo Pavón’; malagueñas de ‘La Trini’, Concha ‘La Peñaranda’, y malagueñas por bulería de ‘Juan Breva’; soleares del trianero ‘Noriega’, de la alcalaína Dolores ‘La Roesna’, de los también trianeros ‘Pinea El Zapatero’ y ‘El Sordillo’, vuelta a ‘La Roesna’, también de ‘La Jilica de Marchena’, del gaditano ‘Enrique El Morcilla’, del alcalaíno Joaquín ‘El de la Paula’, y remate por ‘Juanillero de Marchena’.  ¡Ahí es ná! Demostración de conocimiento de los personalismos cantaores.

Además, ‘Diego Clavel’ arrastraba la merecida aureola de ser el máximo reivindicador de los cantes por siguiriyas en el época, especialmente por haber reincorporado al repertorio cantaor el cambio del jerezano Manuel Molina, que tras las interpretaciones de Rafael Ramos Antúnez ‘Niño Gloria’, Manuel Vallejo y Antonio Mairena, llevaba bastante tiempo en el olvido de los artistas flamencos. La tarde del referido 25 de abril, en la casa del buen amigo y mejor aficionado, Joaquín Sánchez Martínez, la entrevista sirvió para que Diego se sincerara y estableciera –a sus treinta y cinco años- sus reivindicaciones flamencas.

Pregunta: ¿De dónde viene tu afición flamenca? ¿Han existido antecedentes cantaores en tu familia?

 Respuesta: “¡No¡ Yo no tengo ningún antecedente cantaor en mi familia. Siempre digo que la raíz cantaora de mi casa la he iniciado yo. Mi madre, eso sí, cantaba, pero cantaba como cualquier persona. Si quieres te digo más, en mi pueblo, en La Puebla de Cazalla no ha habio cantaores de renombre, sin olvidarnos de ‘La Niña de La Puebla’. Se habla de un tal Gallardo… que dicen que cantaba mu bien. Yo lo conocí, pero era cuando no estaba interesado por el cante, ni ná… porque yo era muy joven.

Te puedo decir que me inicié formando parte de un grupo de campanilleros, en el que yo hacía los solos. ¡Oye!¡ ¡Sabes! En La Puebla siempre hubo grupos de campanilleros que cantaban mu requetebién. Bueno, pues en ese grupo se vio que yo destacaba un poquito porque –la verdad- se nace con el cante, que este no se aprende, se aprenden los estilos y los palos, pero el cante no se aprende, se nace con él dentro.”

Diego Clavel y Pedro Peña
en el recital realizado el abril de 1981 en la antigua sede de la Peña Flamenca de Jaén,
hoy Salón Mudéjar del Palacio de Cultura del Ayuntamiento de Jaén
Pregunta: ¿Tú surgiste en el Concurso de Mairena?

Respuesta: “¡Bueno…! Antes de presentarme en Mairena ya me había presentao a otros de por la parte de Córdoba. Al primer concurso que fui fue a uno de Cabra, que me tuvieron que arrastrar mis hermanos, porque yo he sio siempre mu corto de espíritu… ¡cortísimo! Por eso nunca he querío dedicarme al cante, y esto te lo puedes creer. ¡Mira! ¡Si yo hubiese sido un buen albañil…! ¡Cuanto me hubiera gustao y cuanto daría por ser un buen albañil! Lo que pasa es que era un albañil mu malo, mu torpe… ¡Vamos…! Que aquello no me entraba a mí en la cabeza. Si hubiese sio al revés, yo sería hoy un buen albañil en vez de un cantaor. Nunca he querio dedicarme a esto, pero hoy me entrego al cante con toa la fuerza de mi alma y mis entrañas. El caso es que mis hermanos se compraron un R-8 pa llevarme y traerme…

Volviendo a lo de Cabra, me hicieron una prueba y me seleccionaron para la final. Yo me ilusioné un poquito porque me dieron el tercer premio, aunque, la verdad, hubo protestas favorables a mí porque consideraban que debía haber quedado en mejor lugar. Total, que aquello me gustó ya un poquito, aunque todavía tenían mis hermanos que seguir arrastrándome. Por eso, volví otro año a Cabra pero no me seleccionaron para la final. Fíjate lo que son las cosas, pues ese mismo año me presente en Mairena al grupo de siguiriyas y martinetes y me llevé el premio. En aquellos años ganar el concurso de Mairena del Alcor era lo máximo para un aficionao; prueba de ello es que de allí salió Camarón de la Isla, José Menese… ¡Vamos…! Que ha salio mu buena gente de allí. El año que yo gané (1970), Calixto Sánchez ganó el premio por malagueñas.

Me contaría después sus vivencias en Madrid en casa de Pepe Menese, las letras reivindicativas que le compuso Caballero Bonald, sus divergencias con la crítica flamenca, la popularidad que le acarreó sus interpretaciones del cambio por siguiriyas del jerezano Manuel Molina, las orientaciones que establecían las casa grabadoras, y muchos más criterios sobre al arte flamenco.

Rafael Valera Espinosa

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