lunes, 6 de noviembre de 2017

Memoria flamenca INMACULADA AGUILAR BELMONTE. BAILAORA (y V).

“EN UNA OCASIÓN ‘CAMARÓN’ Y ‘TOMATITO’ LLEGARON TARDE Y EL PÚBLICO DECÍA: ‘SI NO QUIEREN VENIR QUE NO VENGA, VOSOTROS SEGUID BAILANDO’.”

Inmaculada Aguilar (foto de Pepe Pamos)
Muchas son las apreciaciones que la cordobesa Inmaculada Aguilar Belmonte, para el baile flamenco ‘Inmaculada Aguilar’, nos ha venido relacionando sobre su persona, su aprendizaje, su arte y sus dotes didácticas como profesora del Conservatorio Superior de Música ‘Rafael Orozco’ de Córdoba, en el que se imparten clases correspondientes a las Enseñanzas básicas de Danza (4 cursos) y los seis cursos de Enseñanzas Profesionales de Danza, en las especialidades Danza Clásica, Danza Española y Baile Flamenco, además de ser uno de los primeros en reconocer la enseñanza de la especialidad Guitarra Flamenca. Y también numerosos son sus criterios vertidos sobre la historia del baile flamenco, sus opiniones en relación con los movimientos artísticos-flamencos, las nuevas técnicas, y las grandes figuras que han marcado un hito en el desarrollo bailaor de nuestra música, todo enmarcado en la entrevista que le efectué en su Córdoba natal el 15 de junio de 1994. Después de señalarnos su pasión por el baile de Manuela Carrasco y Sara Lezama, el diálogo lo centré en conocer algunos aspectos personales de nuestra protagonista que no habían sido establecidos.

¿Te falta por montar algún baile?

- “Creo que sí. Lo que pasa es que el baile está marcado por un ritmo, un compás… Yo no he visto nunca bailar granaínas, ni marianas… Son cantes a los que difícilmente puedes marcarle un ritmo para meterlos en el baile. Lo que sucede es que, como tienes una amplia gama de bailes, generalmente lo que haces es profundizar en ellos e intentar aportar algo personal.”

¿Cómo ves el futuro?

- “No lo veo. Existe un enorme número de gente con ilusión, con ganas de aprender y con ganas de pisar un escenario flamenco, y lo digo por mi propia experiencia y por la de los alumnos que están en el Conservatorio, así como por la cantidad de academias que existen en Córdoba. No es una cuestión de falta de personal humano o de artistas, quizá sea que no se percibe salida por ninguna parte. Los alumnos, cuando terminan la carrera ¿qué hacen?, ¿dónde van?, ¿qué salida decorosa pueden encontrar? La mayoría de ellos se van a Madrid o Sevilla a tocar otras facetas del baile, pero no pueden comer del baile. Las perspectivas en cuanto a trabajo son nulas. Por tanto, las ilusiones, el empuje, la fuerza, la gana e incluso la calidad sí que están ahí; sin embargo, una salida hacia el futuro no la veo.”

¿Qué recuerdos mantienes con más cariño de tus actuaciones?

- “Uno de los momentos que guardo con más nostalgia fueron los veinte minutos que estuvieron aplaudiendo mi actuación las personas que me vieron en el Festival de Aviñón del pasado año. Esa ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida artística. Otro de los momentos que he vivido con cariño fue el hermanamiento que se hizo en Marruecos entre sus bailes y el flamenco. Al final del espectáculo yo propuse hacer un fin de fiesta entre todas las bailarinas marroquíes y yo. Salimos todas cogidas de la mano al escenario y nos fuimos alternando al son de la música de sus instrumentos. Fue un precioso y emocionante final que hizo vibrar al público de Marruecos.

Inmaculada Aguilar en la Peña Flamenca de Jaén
(foto: Pepe Pamos)
Y, desde luego, tampoco se puede olvidar lo que viví en el escenario de la VI Bienal de Arte Flamenco Ciudad de Sevilla. Entre otras cosas, por lo que para mí significa un escenario de esas características y porque siempre he tenido mucho respeto por Sevilla. Creo que había cierta expectación por verme, porque mi temporada de festivales había sido bastante sonada y esto había despertado el interés de significativas figuras del baile. Recuerdo que los nervios me comían en el camerino, porque me preguntaba ¿y si hoy meto la pata?, porque la artista es la artista… Al final, cuando terminé mi actuación y vi como el público de Sevilla todo en pie me aplaudía, sentí una enorme emoción, emoción que se acrecentó más cuando muchas de mis compañeras fueron al camerino a felicitarme. A partir de aquí, ese poquito complejo que yo tenía se me quitó radicalmente.

Tampoco se me olvidará la serie de galas que hicimos con ‘Camarón de la Isla’. Entre otras cosas porque íbamos siempre como a la aventura. Todos conocemos al público que seguía a José Monje ‘Camarón’, y claro, siendo yo una bailaora paya, pues te puedes imaginar cómo salía al escenario; porque el espectáculo lo comenzaba yo y lo cerraba ‘Camarón’. Sin embargo, en todas las actuaciones de la gira tuve un éxito tremendo, y no sé por qué, ya que la gente que había acudido al acontecimiento flamenco quería ver a ‘Camarón’ y no a Inmaculada Aguilar. Pienso que aquello nos predisponía de tal manera que nosotros salíamos a por todas, y esa actitud de entrega y de trabajo, luego era premiada con enormes aplausos. Recuerdo que en una de esas galas ‘Camarón’ no se había presentado todavía y ‘Tomatito’ tampoco. Imagínate la gente reclamando a ‘Camarón’… Total que nosotros salimos y lo dimos todo. Recuerdo que había voces que decían ‘¡Si no quiere venir ‘Camarón’ que no venga, pero seguid bailando!’

Inmaculada Aguilar consiguió, además del premio citado del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba ‘La Argentinita’, también el Premio de Fin de Carrera del Conservatorio Superior de Música, Declamación y Danza de Córdoba, en 1975; el Premio Cabales de Plata a la bailaora más completa, en 1989; y, ese mismo año, el Olé de Córdoba por su trayectoria artística; en 1999 recibió en Bodegas Campos ‘La Fiambrera de Plata’ del Ateneo de Córdoba; y otros muchos más. En los últimos años, Inmaculada Aguilar ha seguido su intensa actividad artística dando conferencias y recitales en Peñas Flamencas y Teatros, así como su participación en los Festivales más importantes de Andalucía y fuera de ella. También en 1998, viajó a Buenos Aires y Santiago de Chile, acompañando al Presidente de la Junta de Andalucía, D. Manuel Chávez González, donde impartió cursos y realizó actuaciones.   
Rafael Valera Espinosa

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