lunes, 25 de septiembre de 2017

Memoria flamenca. CAYETANO FERNANDEZ GONZALEZ ‘NANO DE JEREZ’ (II).

“PARA MI ANTONIO MAIRENA ERA EL MAESTRO DEL CANTE.”

Nano de Jerez (foto: Pepe Pamos)
Cayetano Fernández González “Nano de Jerez” siempre ha sido un gran defensor de Antonio Mairena. Casi todos los artistas jerezanos también han venido alabando la figura del maestro de los Alcores. ¡Casi todos, no todos! Sin embargo, mis apreciaciones establecidas en las numerosas visitas que a la comarca realicé me aconsejaron que no resaltara mucho mi admiración por el maestro de Mairena del Alcor, pues los colectivos de las diferentes peñas flamencas jerezanas de la década 1975-85 (‘Los Cernícalos, ‘La Buena Gente’, ‘Peña Fernando Terremoto’, ‘Peña Juan Vargas ’El Mono’, ‘La Bulería’, ‘Centro Cultural don Antonio Chacón’, ‘Peña Manuel Carpio ‘El Garbanzo’, etc., defendían más su idiosincrasia flamenca local que los grandes esfuerzos que Antonio Mairena había realizado por encumbrar el arte jerezano. Cuando ‘Nano de Jerez’ me detalló su pena por no tener presencia en su tierra como figura de nuestro arte, intuí que era por su defensa del arte de Mairena. Y por ahí continuó la entrevista de 1994.


Pregunta: ¿Era Antonio un cantaor de cerebro más que de corazón?

Respuesta: Antonio era un cantaor de cerebro, de corazón y garganta. A Mairena había que escucharlo en las fiestas, en las que pasábamos en Alcalá de Guadaira… porque Antonio era un enamorao del cante de Alcalá y muy especialmente de Joaquín el de la Paula. Cuando Antonio abría la boca destemplaba too lo que estaba alrededor suyo. Algunos dicen que Antonio era frio y yo digo que eso no es verdad, que escuchen la discografía de Antonio y lo comprobaran; y si, además, tienes la suerte de poseer grabaciones suyas de fiestas flamencas, creo que se reafirmará lo que yo digo. Tengo una cinta de la peña de Morón que, tras escucharla, te quedas pasmao. Pero no hace falta esto, solo con escuchar ‘Al calor de mis recuerdos’ te tienes que dar cuenta de la dimensión cantaora que tenía Antonio. Yo tuve la suerte de hacerle compás en ese disco y cuando cantó la soleá de ‘Charamusco’ nosotros nos quedamos como hipnotizaos de lo que nos entró en el cuerpo. Para mí Antonio era el maestro del cante.

P: ¿Te contó Antonio su encuentro con ‘Charamusco’?

R: A mí me dijo que ‘Charamusco’ era un gitano muy gracioso, que hacía unos cantecitos… Me decía que era un gitano con una forma muy especial de ser y que a él le gustaba juntarse con ese gitano. Tú sabes que Antonio era muy raro. A mí me costó mucho trabajo el que Antonio confiara en mi persona, tuve que demostrarle muchas veces mi amistad, y a pesar de ello algunos que otros desaires sufrí, hasta que ya confió en mí. Nos veíamos casi todos los días en Sevilla y yo le tenía un respeto enorme, hasta el punto de que a veces no podía tener conversación con él porque no me salían las palabras. Cuando quería verlo lo llamaba por teléfono, aunque él me decía que no lo hiciera, que fuera a su casa como si fuese mía. Recuerdo un día que vino mi padre a verme a Sevilla y fuimos a verle; estuvieron hablando de cante siete u ocho horas, porque Antonio todo lo que tenía en sus labios era cante. Antonio solo ha vivido pal cante, y creo que si algo tenemos lo que vivimos de esto actualmente se lo debemos a Antonio. El ha puesto el primer puntal para que tengamos un vivir los artistas, porque creo que estamos viviendo bien ahora los artistas.

P: Volviendo a tus andanzas artísticas, cuéntame qué eran ‘Los Jueves Flamencos’.
R: Aquello era como un festival para promocionar a los jóvenes valores de Jerez. Era un espectáculo que organizaba ‘El Morao’, y recuerdo que cuando yo despunté también lo hicieron ‘Ana Peña’ ‘El Gasolina’, ‘El Moneo’, ‘El Berza’… Muchos artistas que mostraban que tenían madera. Siempre actuábamos en la primera parte, luego, en la segunda ya cantaban los consagraos como ‘Chocolate’, ‘El Sordera’, ‘Agujetas’… Pienso que aquello estuvo muy bien montao porque se destacaba el que valía.

P: Como artista que has actuado en los tablaos ¿En ellos se canta para el aficionao o para el turista?

Nano de Jerez en la Peña Flamenca de Jaén
R: Actualmente para el turista, hace catorce años atrás cantábamos pa los aficionaos. Cuando yo actuaba en ‘Los Gallos’ recuerdo que allí iba toda la aristocracia de Sevilla que entendía de flamenco, la gente del toro y los buenos aficionaos de las provincias y de Madrid que iban de negocios. Y casi siempre salían muy contentos, porque había un plantel de bailaoras que todas tenían un premio en Córdoba. Allí bailaban Loli Flores, Carmen Albéniz, Merche Esmeralda… Y de cantaores te puedo decir que por ‘Los Gallos’ han pasao desde Mairena hasta ‘La Paquera’. Hoy, incluso en ‘Los Gallos’, todos los tablaos se llenan de turistas y te ponen en el escenario a una niña que la acaban de sacar de la academia tocando muy bien las castañuelas y ya está. Ese es el flamenco que allí se escucha.

El flamenco está repartío en dos o tres partes. Yo no le llamo flamenco a lo que hace ‘Ketama’, ni ‘Pata Negra’. Yo le llamo flamenco a un buen cante por soleá o siguiriya, con un buen acompañamiento solo de guitarra. El flamenco actualmente se puede escuchar con pureza en las peñas, porque gracias a ellas todavía se puede disfrutar un buen ‘palo’.

P: ¿Cómo se te ocurrió presentarte en Córdoba?

R: Porque me pincharon, me insistieron los amigos. Y tuve la suerte de traerme el premio de ‘La Niña de los Peines’ (tientos, tangos y peteneras). Aquél mismo año ‘Rancapino’ se llevó el premio por alegrías (el Enrique ‘El Mellizo’) y Luis de Córdoba el de don Antonio Chacón (granaínas, medias granaínas y fandangos). Tuve la suerte de que me cogió bien y gracias a Dios tengo ese recuerdo tan bonito.

Esclareciendo este último tema, ‘Nano de Jerez’ no ganó el citado premio en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba del año 1977, pues quedó desierto. Cierto que él obtuvo el único accésit del citado galardón, lo cual se puede considerar como el mejor intérprete por los estilos que el mismo englobaba en aquella época. Es decir, el ganador sin título.

Rafael Valera Espinosa

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