martes, 19 de septiembre de 2017

Memoria flamenca. CAYETANO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, ‘NANO DE JEREZ’ (I).



- ENTRE LOS AMIGOS DE MI PADRE SE ENCONTRABAN ‘EL CHOZAS’ ‘EL BORRICO’ Y ‘TERREMOTO’

Nano de Jerez con Rafael Valera durante la entrevista
Nano de Jerez’ es un cantaor redondo, de amplio repertorio, y con una virtud poco reconocida, la de haber entremezclado sus raíces jerezanas con las de la escuela sevillana de Antonio Mairena. Es, por tanto, un cantaor atípico para mi criterio personal, en función del gusto de los jerezanos. En ocasiones, se ha quejado –como tantos otros: José Mercé, ‘Los Sorderas’, ‘Sernita de Jerez’, ‘El Juanata’…- de no ser reconocido en su tierra, de no haber sido un cantaor reclamado por los organizadores de espectáculos (administraciones y entidades jerezanas) para poder constatar sus prestantes esencias flamencas de la tierra ante sus paisanos.

Le realicé la entrevista en 1993, cuando vino a la Peña Flamenca de Jaén acompañado por la guitarra de su paisano Fernando Moreno, y en Candil la prologué de la siguiente forma:

“Menudo, simpático y vitalista, claro de ideas y con un intenso bagaje cantaor que le circula por la sangre. ‘Nano de Jerez’ es consciente de cuál ha de ser su papel en el mundo del flamenco. Primero, se identifica como intérprete de Jerez de la Frontera y miembro del clan de ‘Tío Juane’, su padre, con todas las connotaciones que dicha filiación lleva consigo. Posteriormente, reconoce el magisterio que sobre su persona artística ha ejercido Antonio Mairena. Finalmente, saca la cara por la ortodoxia flamenca y aboga por una recreación basada en las claras raíces de nuestro arte.”

Pregunta: ¿Cómo surge lo de Nano de Jerez?

Respuesta: -“Pues eso surge porque me llamo Cayetano, Cayetano Fernández González y por mi abuelo. Trabajando de pequeño en la fragua todos me decían ‘Nano’ para llamarme. Cuando empiezo a cantar en los ‘Jueves Flamencos’ que organizaba ‘El Morao’ y a los que iba con pantalones cortos, todos me decían ‘Nano’ y me quedé con ‘Nano de Jerez’. Lo cierto es que nadie me conoce por Cayetano; tu preguntas en Sevilla o Jerez por Cayetano y nadie sabe darte razón, si preguntas por ‘Nano de Jerez’, entonces sí.”

P: ¿Cuándo te apercibes de que tú podías ser artista flamenco?

R: -“Fue con catorce o quince años, pues como miembro de una familia gitana y fragüera yo siempre escuché el cante alrededor de la fragua. Oía a mi padre, a la familia de mi padre, y a los amigos de mi padre. Entre los amigos de ‘Tío Juane’ –mi padre- se encontraban ‘El Chozas de Jerez’. ‘El Borrico’, ‘Terremoto’… De ahí se me vino el cante al oído y al corazón, porque el cante se lleva dentro, y de tanto escuchar a estos grandes artistas me di cuenta de que yo también podía entonar los cantes. Así que lo hice en los bautizos, bodas y fiestas. A partir de aquí, le dije a mi padre que yo iba a tirar el martillo y que me iba a dedicar al cante. Por aquella época, Manuel Moreno ‘El Morao’ organizaba en la Plaza de Toros de Jerez un espectáculo que se llamaba ‘Los Jueves Flamencos’, el primero donde cobré por cantar. Posteriormente, me contrató ‘La Cañeta de Málaga’, con la que estuve un año trabajando, más tarde me fui a Japón y al volver, durante una estancia en Marbella conocí a una bailaora-cantaora con la que posteriormente me casé en Sevilla, ciudad de la que hice mi cuartel general, aunque todas las semanas me voy a Jerez para no perder su agua, pues sigo bebiendo en mi tierra.”

P: ¿Qué recuerdos mantienes de las reuniones de tu padre con ‘El Borrico’, ‘El Chozas’ y ‘Terremoto de Jerez’?

Nano de Jerez en la Peña flamenca de Jaén
R: “Sinceramente, lo que me queda en la memorias es un sentimiento de admiración hacia esos artistas. Y tengo que decirte que también tuve la suerte de trabajar con algunos de ellos como ‘El Borrico’, ‘Terremoto’ o ‘El Sordera’ en las fiestas que se organizaban en las bodegas de Jerez. Recuerdo que había una viña que le decían ‘El Majuelo’ donde se organizaban fiestas flamencas; en esas fiestas fue donde yo comencé a cantar junto a las figuras, porque entonces yo era como un novillero y ellos mataores ya consagraos, valga la comparación del cante con el toreo. En aquél tiempo había que esperar a que se acabara la cena para que los cantaores comenzáramos a cantar, teniendo a veces que esperar a que llegaran las cuatro de la madrugá antes de que empezara el cante. A mí no se me pueden olvidar las siguiriyas de ‘Terremoto’, las soleares del ‘Sordera’ y ‘El Juanata’, ni las bulerías cantás y bailás del ‘Borrico’. Luego también los buscaba por Jerez, no solo a ‘Terremoto’ o ‘El Borrico’, también preguntaba por el ‘Tío Agujetas’ y otros artistas de mi tierra. También se dio la circunstancia de que al lado de la fragua nuestra se fundó la Peña ‘Los Cernícalos’ y, claro, siempre que podía me escapaba a escuchar el cante porque nunca faltaba un quejío por siguiriyas ni un buen compás por bulerías.”

P: ¿Tu padre ha sido tu maestro?

R: “Mi padre me ha dao a mí la vida, el eco y el pellizco. Después, cuando yo empecé a despuntar, mi padre me dijo que podía volar solo. Luego tuve la suerte de estar ocho años junto a Mairena y mi cante tiene mezcla de Jerez y de Antonio. En los últimos años de su vida yo estuve muy vinculado con él, pues nos veíamos casi todos los días y fue mi maestro. Me aconsejó que no me saliera del camino de la pureza de los cantes. Nunca se me olvidará la semana que estuvimos juntos grabando ‘Al calor de mis recuerdos’. Soy mairenista hasta lo más profundo de mis huesos.”

En la siguiente entrega ‘Nano de Jerez’ me habló de los cantes de Alcalá, de ‘Joaquín el de la Paula’ y sobre todo de Antonio Mairena.
Rafael Valera Espinosa

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