martes, 7 de marzo de 2017

Memoria flamenca. JOSÉ ANTONIO DÍAZ FERNÁNDEZ “CHAQUETÓN” (I)..

“CON LOS ARTISTAS DE ‘ZAMBRA’ FUI A NUEVA YORK EN 1964.”

Aunque peque de inmodestia, he de significar que la Peña Flamenca de Jaén siempre se ha distinguido por su afán de conocimiento y, por tanto, incidir en el esclarecimiento de las escuelas flamencas. Continuamente nos sonaba el nombre de Antonio Fernández de los Santos “Antonio El Chaqueta”. Sus cantes por cabales y romeras en la famosa Antología del Cante Flamenco, editada por Hispavox en el año 1954, en la que el iliturgitano Rafael Romero Romero “El Gallina” tuvo el máximo protagonismo, por ser el artista del madrileño Tablao ‘Zambra’ que más grabaciones aportó, nos inclinó a intentar conocer la saga cantaora de la figura flamenca de Algeciras. ‘Antonio El Chaqueta’ murió en 1980, y algo más de diez años después, establecido ya el prestigio de la revista Candil, el colectivo coordinador de la publicación y la Junta Directiva de la entidad, en beneficio del conocimiento, antes citado,  de las escuelas flamencas, intentó de primera mano conocer y publicar la historia de la saga familiar. ‘El Chaqueta’ representó en su máxima expresión cantaora a parientes artistas como su hermanos ‘Adela La Chaqueta’, ‘José el Chaleco’, ‘Tomás  El Chaqueta’, ‘Imperio de Granada’ y ‘Salvador El Pantalón’, primo de ‘Juan Doblones’ y ‘Canono’,  así como tío de ‘El Chaquetón’ y ‘El Flecha hijo’. Y por aquí van las preguntas realizadas en 1991.

Esta que sigue fue la introducción de la entrevista que, para los lectores de Candil, le realicé en 1991 a Jose Antonio Día Fernandez ‘Chaquetón’: “¡Enorme! Como la dimensión de la cultura y el arte con que se ha amamantado de unas de las ubres más sobresalientes de la provincia gaditana, la de ‘Los Chaquetas’.

Afable, simpático, sencillo y a la vez reivindicativo y enamorado de su arte y de los ecos de su tierra. Conocedor de los estilos del repertorio gaditano y de los personalismos más sobresalientes de ese rincón andaluz tan flamenco. Con estas características se presentaba José Antonio Díaz Fernández, más conocido por ‘Chaquetón’, en la Peña Flamenca de Jaén, para ofrecer a los aficionados jiennenses buena muestra de lo anteriormente referido. Tras sus Pcantes por granaína y malagueña, cantiñas-alegrías, soleares, tangos, siguiriyas, romance gitano, cantes mineros y bulerías, nos sentamos frente a frente para mantener el siguiente diálogo:

Rafael Valera: Lógico es que tus inicios flamencos se hayan producido en el seno familiar ¿Cómo fueron?

Respuesta: “Mi padre, ‘El Flecha de Cádiz’, tenía un bar en Algeciras que le llamaban ‘El Cuarenta y Uno’. Mi madre murió cuando yo tenía diez años. Como consecuencia de esto, mi padre se retiró una temporada del cante. Por aquel bar pasaban todos. Allí conocí a Pastora Pavón ‘Niña de los Peines’, a su marido José Torres Garzón ‘Pepe Pinto’, a Melchor de Marchena, a Pepe Marchena, que era muy amigo de mi padre. Recuerdo que cuando Pepe iba a Algeciras decía ¡Que llamen al Flecha de Cádiz que ya mismo estoy allí! Aquél día mi padre vendía en el bar una barbaridad. Y así fue como me fui metiendo de lleno en este mundo del flamenco.

Pero antes, con siete años y con mi hermano que se llamaba ‘El Flecha de Cádiz hijo’, cantamos en un concurso que organizaron los salesianos y me llevé el segundo premio. Me acuerdo que me tocó ‘Ramón de Algeciras’ y que decían que habían hecho trampa, que me tenía que haber llevado el primero.”

P: ¿Quién se lo llevó?

R: “El Primero se lo llevó un muchachito que no era ni fue cantaor. Lo que pasó es que el cura de los salesianos le tenía mucha simpatía. El salió cantando por Antonio Molina y yo por las cosas de mi padre. ¡Claro! Los aficionados que allí había hicieron los comentarios de que había habido trampa. Esa fue la primera vez que yo pisé un escenario.

Chaquetón entrevistado por Rafael Valera
Después murió mi padre y con doce años me tuve que venir a Madrid. Empecé a trabajar de camarero en la ‘Venta Manzanilla’, donde paraban entonces todas las figuras del cante. Con todo lo que tenía oído y lo que por aquél tiempo aprendí, además de lo que escuché en casa de mi tío ‘Antonio El Chaqueta’, pues me fui haciendo cantaor. Lo que tenía claro desde que tuve uso de razón es que iba a ser cantaor. A mí me preguntaban ¿Tú que va a ser? Y contestaba que cantaor. Así como mi hermano decía que mataor de toros... yo, cantaor.

La cosa es que mi padre no quería, porque la vida del artista de aquella época era muy distinta. Me encontré con que mi tío ‘El Chaqueta’ me decía lo mismo. Pero yo seguí en mis trece. Y así hasta los diecisiete años en que entré en ‘Zambra’. Formé parte del elenco del tablao porque ‘Pericón de Cádiz’ se enteró de cómo yo cantaba y porque, además, necesitaban un cantaor para irse –en el sesenta y cuatro- a la Feria Mundial de Nueva York. ‘Pericón’ le dijo a mi padre: ¡Antonio yo me he enterao de cómo canta tu hijo y queremos que esté con nosotros! Mi padre, muy reacio como siempre, le contestó que él me lo diría. Así fue como me uní a ellos y estuve en ‘Zambra’ todo el tiempo que ellos estuvieron de gira. Seguidamente, empezaron a salirme contratos para cantar fuera y yo los firmaba porque, además, ‘Manolo el de Huelva’ me aconsejaba que saliera fuera para que no me apoltronara. Así fue como empecé a recorrer todo el mundo. He estado cuatro veces en Japón, dos veces en la Unión Soviética, de cuya primera vez recuerdo que era cuando no iba nadie al país y que había que sacar un pasaporte especial. Y también he estado en otros muchos países.

En el año 1980 estuve en el Concurso Nacional de Córdoba, el único concurso donde he estado de profesional, y tuve la suerte de conseguir tres primeros premios, y ya empezaron a llamarme a Madrid para cantar en los colegios mayores, en las Peñas, etc.”
           
Revisando datos por la extrañeza que me ha supuesto recordar bastantes cosas flamencas de la época de la entrevista, lo de los tres primeros premios de Córdoba no me cuadraba, ya que he escrito en algunas ocasiones sobre el tema, y el único que consiguió tres galardones en el sistema antiguo del concurso –el mejor y más completo para mí- fue Benito Rodríguez Rey “Beni de Cádiz”, en el de 1970. La información con la que contaba en la fecha de la entrevista no era tan completa como –por la edad- la que disponga ahora.

Rafael Valera Espinosa

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