La
noticia es significativamente interesante: “El
grupo de investigación Tecnología Electrónica e Informática
Industrial de la Universidad de Sevilla, dirigido por Carlos León,
ha conseguido enseñar algo
de este arte a una inteligencia artificial,
todo un reto ya que se trata de una música caracterizada,
precisamente, por la falta de regularidad.”
Los aficionados
hemos venido conociendo a lo largo de la historia, concretamente
desde principios del siglo XX, que ‘El
cante no cabe en el papé’, según
dejó establecido Eugenio Noel,
tras escucharle la frase al cantaor alcalaeño Joaquín
el de la Paula. Algo de razón
tendría el viejo maestro inspirador de Antonio
Mairena, cuando han sido muchos los
músicos que han intentado hacer partituras con los sones y ecos de
nuestra música, sin conseguirlo.
Es menester
recordar que Scarlatti utilizó giros rítmicos de la música popular
andaluza, o como Gluck lo hizo en su ballet ‘Don Juan’ y Mozart
en su ópera ‘Las Bodas de Fígaro’, según expresa Claudio
Cascales en ‘El Flamenco en la
música clásica’. Y sigue el autor: ‘Boccherini
llegó a dominar las formas musicales españolas como el fandango…’
o ‘El
padre Soler escribió con aire de burlería en Sonata en Do y su
famoso fandango en Re, obra maestra del género solista para clave.’
Tampoco podemos olvidar ciertas
composiciones con influencias andaluzas-flamencas de Debussy,
Ravel, Chabrier, Lalo y Bizet;
como tampoco las de los rusos Glinka,
Balákirev, Rimsky-Korsakov, o
Tchaikovsky.
Citar igualmente a los españoles
Falla, Albéniz, Granados, Tárraga, Sarasate o
Turina,
entre los más importantes.
En varios Congresos
de Actividades Flamencas se han presentado ponencias que han tratado
igualmente el tema como ‘Musicología’, ‘Una revolución en el
análisis del flamenco. Las computadoras’, o ‘Musicología del
Flamenco III’, del francés Philip Dornier, defendidas en los años
1988, 1989 y 1991, respectivamente, y publicadas en la revista
“Candil”. Por tanto, el tema siempre ha estado en candelero.
Por otro lado,
sabemos que científicos de la Universidad de Sevilla y la
Politécnica de Madrid y otras internacionales, han demostrado la
relación de las matemáticas y el flamenco: ‘La
clave está en el ritmo. "En términos sencillos, podemos
definirlo como una división o partición del tiempo de ejecución
musical", afirma
J.Manuel Tosé
Miguel Díaz-Báñez,
profesor de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevilla y
responsable del estudio.’
‘Como si de especies biológicas se tratara, los investigadores han
desarrollado un árbol filogenético para la evolución de los
compases del flamenco, representados por cinco palos: fandango,
soleá, bulería, seguiriya y guajira. "El patrón rítmico o
compás sería el código que contiene la información genética"
de cada estilo, explica Díaz-Báñez.’
Espero que la
capacidad del ordenador puedan aprender todo esto, mas, cuesta
trabajo imaginarme a la inteligencia artificial recrear la
nasalización cantaora de ‘Manuel
Torre’ o ‘Chocolate’,
el pellizco aguardentoso de ‘Juan
Talega’ o ‘Fernanda
de Utrera’, los melismas de
Pastora Pavón,
las ligazones cantaoras de su hermano Tomás
Pavón,
o los ecos rajados de ‘Camarón’.
Rafael
Valera Espinosa
(flamencólogo)
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