A veces me pregunto si ¿compás,
ritmo, melisma, quejío, pellizco, ‘jondura’, entrega, cadencia o
tonalidad, no son suficientes calificativos para enumerar la
actuación, grabación, o puesta en escena de una interpretación o
proyecto flamenco?
Es posible que esté equivocado.
Leído lo escrito, no tengo más remedio que preguntarme que
considerará un añejo aficionado de a pie, el cual disfruta con los
cantes de don Antonio
Chacón, Manuel Torre, Pastora
y su hermano Tomás
Pavón, ‘Pepe Pinto’, ‘Manolo Caracol’, ‘Pepe Marchena’,
Juanito Valderrama, ‘Camarón de la Isla’
o ‘Paco de Lucía’,
cuando lee o escucha una pregunta a un/a artista flamenca/o como: “Tu
último proyecto es algo similar a resonancias
cinemáticas para obtener unos temas que son como espectrogramas.”
¿A quiénes
les hablamos o nos dirigimos? ¿Esta universal cultura necesita un
vocabulario científico –creo yo- casi como el de la física
cuántica? ¿Imaginan a los millones de japoneses –por citar un
ejemplo de pueblo amante del flamenco- analizando estas matizaciones
artísticas? ¿Tanto hay que rebuscar para justificar un trabajo
generalmente bien hecho y muy tratado musicalmente para identificarlo
con las raíces flamencas? ¡Sí! Con bases flamencas, mas no
flamenco en su totalidad. Esta universal música no necesita nada de
otras culturas musicales, arreglos, variaciones, complementaciones,
fusiones, mestizajes, etc. El flamenco es por sí solo el flamenco,
lo demás es intentar asimilar nuestro arte a otro mundo que,
basándose en su universalidad, se utilice para vender mejor su otro
arte –lo cual puede ser honesto, porque también es arte- mas,
estableciendo las diferencias de uno y otros.
Y sigo.
¿Canciones del grupo holandés ‘Ekseption’ adaptando
composiciones de Bach y Beethoven; del griego ‘Aphrodite’s Child’
con adaptación del ‘Canon’ de Albinoni; de ‘Los Canarios’
españoles con su ‘Ciclos’, basado en ‘Las cuatro estaciones’
de Vivaldi, han sido clasificadas como clásicas? ¿Hasta dónde
vamos a llegar para vender mejor?
Recientemente,
‘Niña
Pastori’
ha citado, con buen criterio y mucho amor, que “El
flamenco casa con todo. Siempre teniendo como base el flamenco, pero
déjate
llevar…” A
lo que yo argumento con humildad que ‘Todo
casa con el flamenco’,
que no es lo mismo. Es decir, nuestro arte lo recibe todo –cualquier
tipo de música por muy rara que sea como las ‘voces búlgaras’-
y lo hace flamenco.
Dijo en su
día ‘Pepe
Palanca’,
admirador del tango argentino, que quiso meter por fandangos letras
de la popular copla de Buenos Aires, pero que le fue imposible
¿Calidad de artista? Sin embargo, ‘Chano
Lobato’
lo hizo por bulerías con el tango ‘Volver’, el bolero ‘Noche
de ronda’, coplas como ‘La Niña de la Estación’, y no sé
cuantas más, como Pastora lo hizo con el huapango ‘Cielito Lindo’,
o ‘Camarón’
con la ranchera ‘La cigarra’. Y siguiendo la estela, en 1990, en
Jaén, con motivo de la ‘Semana de Estudios Flamencos’ dedicada a
Fernanda
y Bernarda de Utrera,
la segunda aseveró que hasta el ‘Padre Nuestro’ se puede cantar
por bulerías.
El flamenco
es solo flamenco.
Rafael
Valera Espinosa
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