No
son muchas las culturas musicales que recogen con autenticidad la
serie de sensaciones que el hombre experimenta en la Navidad. Quizás
el flamenco sea una de las más abiertas para transmitir los
verdaderos sentimientos que en estas fechas todos queremos compartir.
Y su mejor instrumento es el villancico flamenco. Es decir, la
canalización de la letra navideña por cualquier estilo de este
arte, aunque como es lógico, son los festeros los que predominan en
este menester.
Dicen
los estudiosos que la Navidad es:
Rosario López (interpretando villancicos en la Peña Flamenca de Jaén) |
“Fiesta
familiar por excelencia en los países católicos, la Nochebuena
convoca bajo el techo del jefe de familia y sin pretexto alguno a
todos los miembros de la misma. Dicha noche, en muchos hogares, se
sigue aun inaugurando el nacimiento, especie de diorama en el que con
figurillas se ha montado un simulacro del paisaje bíblico en que la
tradición hace nacer a Jesús. Esta costumbre tiene su origen en una
inspiración que se atribuye a San Francisco de Asís, datándola en
1223. El Poverello, y en la noche del 24 de diciembre de dicho año,
prepararía en Greccio, valle del Riat (Italia), y en una gruta
cercana al lugar, un pequeño escenario con terracotas agrupadas,
reproduciendo el nacimiento del Señor y dando lugar al que hoy
vulgarmente se denomina pesebre. Admirados los ingenuos aldeanos de
la invención, ellos mismos se encargaron de difundir la costumbre de
montar dichas miniaturas, en el que además del pesebre o establo con
el Niño Dios, La Virgen María y San José, pronto figuraron el
burro y el buey, los pastores e incluso los legendarios reyes de
Oriente. Será asimismo, ante estos nacimientos, donde empezaran a
entonar cantos ingenuos y sencillos denominados en la Península
Ibérica y América Latina “villancicos” (del diminutivo mozárabe
villancico, pequeño rústico), de la misma forma que en Italia sería
llamado pastorelli.”
Todo
esto se recoge en el capítulo ‘Fiestas populares y festejos
tradicionales’ del libro “El Folklore Español” de José Manuel
Gómez-Tabernera, volumen realizado por varios autores y editado por
el Instituto Español de Antropología Aplicada.
Por
otro lado, y según uno de los más certeros investigadores de este
arte, el poeta de Puente Genil, Ricardo Molina Tenor, decía que:
“Los
villancicos navideños marcan la plenitud de la inspiración
religiosa en el cante flamenco.
Si otros aspectos
religiosos representan residuos ancestrales y bastardos de panteísmo
o formas corrompidas de cristianismo, los villancicos se caracterizan
por su pureza cristiana y por la ternura de su inspiración. Todo es
en ellos alada gracia y cálida humanidad.
Los
villancicos flamencos desbordan alegría y esperanza ante el suceso
estupendo del nacimiento del Señor. Sus letras cuentan entre las más
bellas y conmovedoras. Se nutren de los Evangelios (incluidos los
apócrifos) y añaden por su cuentan episodios y circunstancias de
extraordinaria belleza poética”.
Nuestra
provincia tiene varias comarcas como la de Andújar o Linares, en las
que el villancico flamenco toma tanta importancia como ha podido
hacerlo en Jerez o Utrera-Lebrija. Continuará.
Rafael
Valera Espinosa
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