lunes, 22 de agosto de 2016

Memoria flamenca. GREGORIO MANUEL FERNANDEZ VARGAS “TIO BORRICO” (II).

"MEDIO JEREZ ANDE PA ESCUCHAR A CHACÓN."

Tío Gregorio Manuel Fernández “El Borrico de Jerez” no fue un cantaor de resonada fama entre el público aficionado en general. Como suele acontecer en la mayoría de las artes, las figuras son muy renombradas en función de su popularidad y no tanto en relación con su artístico quehacer flamenco. Esto último está más en consonancia con el conocimiento de las diversas artes y la comarcalización de su trayectoria profesional. Es venerado por los jerezanos y amado por los flamencos entendidos en general. Esto trasciende en la historia de la cultura flamenca, mas,no tanto en un notorio público seguidor de nuestra universal cultura.

Rememorados sus comienzos en “Memoria Flamenca” a partir de 1929, año en el que se dedicó plenamente al flamenco como me expresó al comienzo de la entrevista de 1981, mi interés trascendió a que nos contara sus vivencias con Antonio Frijones, Manuel Torre, Rafael Ramos Antúnez “El Niño Gloria” –el que influyera enormemente en nuestro añorado Juan Pérez Sánchez “Canalejas de Puerto Real”-, su hermana “La Pompi”, o “El Chozas de Jerez”, e incluso don Antonio Chacón. Por ahí vamos a estructurar este segundo capítulo de Tío Gregorio Manuel Fernández Vargas “El Borrico de Jerez".

¡Hablemos de Antonio Frijones! 

- “Frijones iba de tabanco –taberna típica de Jerez- en tabanco; de puerta en puerta cantando él solo. Cuantito se tomaba dos o tres vasos ya estaba cantando. Además, siempre tenía el culillo fuera, siempre tenía algún roto, algún ganchazo… Y le decían: “Antonio, hombre ¿por qué no te pones unos pantaloncitos nuevos…?” Y siempre contestaba: “A mí me gusta este… ¡dame otro vaso!” Y salía cantando Frijones, y yo, como los locos, corriendo detrás de él. Donde iba Frijones, allí iba yo.

También he escuchao a Manué Torre. Más tarde a Tío José de Paula y a Tío Joaniquí de Lebrija… ¿En fin…! Yo comencé a coger rumores de aquí y de allí, y luego me afinaba yo solo. Comencé a cantar por siguiriyas porque mi gente cantaban toos por siguiriyas y también los demás cantes”.

¿A qué otros cantaores oyó usted cantar en su juventud?

Tío Borrico y su hija María La Burra 
“Escuché cantar a Manué Torre, tenía yo siete años. A Manué, Rosario La Mejorana y Ramirez de Jerez –sus soleares fueron recuperadas por Tío Agujetas, padre de Manuel de los Santos Pastor “Agujetas de Jerez”-, ¡vaya trío! Toa mi familia fuedesde el campo…  ¡Qué canta Manuel Torre… Que canta Manuel Torre...! Yo de lo que me acuerdo es que Manuel se arremangó el pantalón de pana pa sentarse y yo dije… ¡Eh, que se le han visto los carzones blancos! Esos carzones blancos hasta abajo, de entonces…” Pero Tío Gregorio ¿Cuáles fueron los que más le gustaron? “Juanito Mojama cantaba muy bien por siguiriyas; y otro, como cantaor más joven, Rafael Ramos Antúnez, que era “El Gloria”. Después, explicando el cante me ha gustao Cepero. A José Cepero lo escuché también en la Alameda Vieja. El Gloria era un bicho… Era una cosa mala… Ese comenzaba a cantar y cualquiera lo paraba, no le paraba ni el cañón. Yo escuché al Gloria, a La Pompi, a Luisa Requejo… La Pompi cantaba todavía mejor que Luisa. A esa la escuché yo con mi padre en “El sombrajo”,  cuando vinieron de Sevilla, que vinieron a visitarnos a nosotros. Y a “El Gloria” también, en ese bar que ya te digo que está en la esquina de Santiago, que es de un sobrino suyo… “El Bombi”.

También “El Chozas de Jerez” me gustaba a mí. ¡Ahora, metía muchos infundios, pero vamos, como lo llevaba bien…! Tenía un estilo mu bonico por bulerías, un estilo propio: “Ahí viene un sordao / mu bien armao / que viene de Portugal…” y ya luego metía otra cosa. ¡Ea! Que se iba a ver los sordaos y se iba a la legión, porque “El Chozas” era así. Ahora, los cantes de Cepero si me gustaban a mí, porque los decía mu deletreaos, mu bien dichos.”

¡Sinceramente! ¿De quién aprendió usted más?

“De mi tío –Juanichi “El Manijero”- que hacía el cante de Frijones limpio, lo hacía puro: “Fatigas pasé / con el tren de mercancías / y Frijones de Jerez. / Tu mare es una judía / que a mí me ha tirao a la calle…”

¿Y Chacón? ¡Supongo que lo conoció usted!

“Si, lo conocí en la plaza de toros donde cantó una vez. Ya estaba viejo y calvo perdió… Me acuerdo que dijo “Señores, yo soy de Jerez, tengo mucha edad y ya no soy el Antonio Chacón de antes. Bueno, creo que siempre soy Antonio Chacón y vamos a ver como sale esto.” También dijo que su flamenco era de Jerez y que de chiquitillo era zapatero remendón. Medio Jerez anduve yo pa escuchar a Chacón, que me costó hasta una pelea con mi mare, pobrecita que en gloria esté. Volví a mi casa a las cinco de la mañana y, además, iba más que tocaillo porque ponían una bota –tonel de 500 litros-  en el parque a tres chicas el vaso. Estábamos el “Tío José de Paula” y yo, los dos solos cantando y venga cantar. Cuando llegué al cortijo le dice mi mare a mi pare “Tati, ahí tienes al niño”. Y me dijo que me acostara, pero no dormí más que una hora,  porque mi padre me llamó pa que le echara a los mulos. Mi padre, dándome en el culo pa que me levantara y yo no quería… ¡Venga a arriba. Aquí tiene usté a Chacón… Arriba, que no te lo diga más”. Y fui a por agua, y trabajando… ¡Que llovía…! Me acuerdo más que na. Me puse el capote de agua y al campo.”

¿De todos sus cantes, cual es el que más le gusta?

“El cantar por soleá, que es el más difícil de hacer, que es mucha más difícil que el cante por siguiriyas. Porque el cante por soleá es ligao, de mayor a menor, y el cante por siguiriyas es de tercio, puedes dar bocinazos, pero te da tiempo a resollar. Ahora, la soleá hay que ligarla”.

En la proxíma reflejaré el diálogo mantenido sobre el cante por soleares, sus creaciones de letras flamencas por el estilo que fueron muy populares en las que relataba experiencias vividas, y nos aclarará el por qué de su apelativo flamenco y nos relatará algunas de sus anécdotas flamencas más significativas como sus encuentros con Lola Flores.

Rafael Valera Espinosa


No hay comentarios: