'GALA FIN DE CURSO'.
Espectáculo: XV Festival de Jóvenes Flamenco. Gala fin de curso / Al cante: Araceli Campillos y Manuel Cuevas hijo / Al baile: Isabel Muñoz (con Natalia Marín, Manuel Pérez, Emilio Castañeda y Federico Núñez), y Alberto Pérez (con Rosa Linero, Cristian Cabello, Anabel Sánchez, David Martínez e Israel Martín) / Al toque: Israel Gómez y Nicolás Ramos / Artista invitada: Esperanza Fernández con Paco Cortés (guitarra) / Lugar y fecha: Teatro Central, de Sevilla. 1 de julio de 2018.
El elenco estuvo conformado por aquellos nuevos valores que disputaron la final del XIX Concurso Andaluz de Jóvenes Flamencos, celebrado el pasado día 10 en el alcalareño Teatro Gutiérrez de Alba, y lo cierto es que esta gala ha servido, además, para alentar a los finalistas y sellar la brecha que existe entre la oferta y la demanda de estos perfiles, de ahí lo estimulante que resultó para el sevillano Nicolás Ramos, que abrió con la serrana de Niño Ricardo, y que después secundó la soberbia seguiriya y los fandangos del ursaonés Manuel Cuevas Hijo, que aunque previamente habían quedado a las puertas del primer premio, dejaron unas energías positivas muy a considerar.
Araceli Campillo |
Y podían haber sido la jornada de superior nivel de haber habido monitores de retorno en el escenario, pero el teatro, cedido a las peñas flamencas merced al Instituto Andaluz de Flamenco, no había dispuesto ni tan siquiera técnicos de sonido. Lamentable. Tan penoso que un tanto de lo mismo ocurrió con el bailaor Alberto López, malagueño con residencia en la capital sevillana que encontró los límites de lo posible y de su esfuerzo en la seguiriya, en tanto que su rival, Isabel Muñoz, de Bollullos de la Mitación, ofreció en las alegrías las mejores respuestas a la elegancia, la técnica en el manejo de la bata de cola, la femineidad y el juego ondeante con el mantón.
La destreza de la bollullera podría hacerse extensiva a Israel Gómez, de Armilla, que accedió al festival por la puerta grande al haber sido el ganador del concurso citado, y que, después de dejar una granaína de concierto para enmarcar, secundó con aceptabilidad el cante de Araceli Campillos, de Lucena, sin duda un valor muy preciado de cuantos fueron y con la capacidad de desafiarse a sí misma, sobre todo por seguiriyas de Jerez, donde en las variantes de Antonio Mairena, El Marruro y Manuel Molina dio una lección de cómo proyectar la voz, a más administrar con gusto el poderío de su treno en la zambra con bulerías y jugar con los tercios desde la exquisitez propia de una profesional.
Claro que para profesional Esperanza Fernández, que actuó como artista invitada junto al maestro Paco Cortés, dejando ambos el hechizo que se ha de buscar en lo jondo, el conocimiento de lo que se canta y, sobre todo, la transmisión a conseguir con lo que se canta. En definitiva, sin concesiones a la galería, dando sentido a la espiral de los tercios y buscando lo que sublima, esto es, la intensidad sonora y la belleza expresiva.
Estas conclusiones quedaron ratificadas con la malagueña y los tangos de la sevillana, tan sustanciales, y con los fandangos, en los que se plantó con oficio y dominando la coloratura de las escalas descendentes, la emoción vocal en los cierres y la variedad estilística.
Esperanza Fernández, que actuó como madrina de los jóvenes que han tenido la fortuna de estar en este festival, garantizaba de tal guisa el estímulo necesario para quienes no han de renunciar a sus sueños, nuevos valores de entre 16 y 25 años que ya pertenecen a la nómina sevillana del Festival de Jóvenes Flamencos en una edición que se recordará por el cante de Araceli Campillos, que sorprendió al crítico al interpretar el cante con una solidez incontestable y reforzada por una voz que sostiene las notas finales de la tipología con una homogeneidad admirable.
Manuel Martín Martín
(crítico flamenco)
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