El pasado sábado, 30
de junio, la Peña
Flamenca ‘El Trillo’, de Mancha Real, hizo honor a su paisano
Pedro Ramírez ‘Perico Sevilla’, con la presentación del cartel
de su ‘XLVII Pipirrana Flamenca’, la cual se celebrará el
próximo día 21 del mes de
julio, con un recital
flamenco del joven cantaor de La Puebla de Cazalla, Manuel Rodríguez
Cabrera ‘Rubito
hijo’, en cual
participará en el añejo espectáculo flamenco mancharealeño.
Rubito hijo acompañado por Marcos Serrano |
Con la guitarra del nazareno
Marcos Serrato,
que abrió el acontecimiento flamenco con unos tangos, en los que
estableció buenos acordes y adecuado compás, así como cierta
brillantez en sus trémolos con limpieza tonal en el traste, ‘Rubito
hijo se aposentó en el escenario con seriedad para iniciar un
recital por soleares con potente voz y abordar el localismo alcaeño
con recuerdos de Juan
Talega, derivando al
matiz que Luis Torres ‘Joselero
de Morón’
imprimiera a las soleares de “Anilla
la de Ronda”, para
derivar a los ecos del jerezano Juaniquín
de Lebrija, con
estructuras musicales de Fernanda
de Utrera, centrándose
seguidamente en Triana por Ramón
‘El Ollero’, con
las resonancias que José
Menese adquiriera de
‘Antonio Mairena’,
y finalizar por la de remate del citado ‘Juaniquín de Lebrija’.
En los tientos-tangos volvió a
evocar a su paisano José Menese trasladándonos hacia el recuerdo de
Pastora Pavón,
enlazando con la creatividad de ‘Juanito
Mojama’, ubicándose
después en los localismos gaditanos, recordar igualmente a ‘El
Piyayo’ por Málaga,
y finalizar con inclinaciones hacia Enrique
Morente y Antonio
Cortés ‘Chiquetete’.
En las granaínas estableció las sonoridades de
‘Manuel Vallejo’,
aires de Menese con letra de Moreno
Galván, para
finalizar con la conocida media granaína y falta de ligazón y largo
melisma rematador. Prestantes recuerdos tocaores de ‘Perico
el del Lunar’
efectuó Marcos Serrato en su introducción por peteneras, las cuales
comenzó ‘Rubito’ con acrisolación de los ecos de Rafael
Romero en tesitura
tonal alta, para continuar a través de la personalidad de Pastora
Pavón y el tratamiento que de la misma efectuara Juanito
Varea.
Como casi todos sus paisanos
cantaores de La Puebla de Cazalla, Manuel se acomodó en las
seguiriyas por los ecos de ‘Antonio Mairena’ y la creatividad del
porteño Tomás ‘El
Nitri’, para
continuar por la línea de ‘Paco
La Luz’ en versión
recreativa de Menese, con nueva letra de Moreno Galván, y un
prestante remate por la enjundia de Antonio Mairena. Continuó por
cantiñas-alegrías con resonancias de ‘Chano
Lobato’, unas letras
por rosas, y nuevamente acercamiento a Juan
Manuel Rodríguez Sarabia en
su remate. Los cantes mineros los estructuró por taranta-minera con
aires de ‘Piñana’,
para concluir con la
taranta ‘La Gabriela’
que popularizara Pastora Pavón.
‘Rubito hijo’ es de los pocos
cantaores de La Puebla que domina las bulerías, eso sí,
abordándolas con las conocidas como ‘al golpe’ (de compás algo
más lento), para derivar a los ecos de ‘Terremoto
de Jerez’ y enlazar
con la personalidad de ‘Fernanda de Utrera; después se centró en
el compás gaditano con resonancias del alcalaeño ‘Manolito
el de María’,
estableciendo un final del estilo por los aires jerezanos de ‘Los
Sordera’
con matices acupletaos. Finalizó con fandangos José
Cepero, también por
los valientes de Alosno y estructura musical de ‘Paco
Toronjo’, nuevamente
por Cepero y más Alosno.
Rafael
Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente de la
Peña Flamenca de Jaén)
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