jueves, 21 de abril de 2016

ESENCIA FLAMENCA DE “CARLOS CRUZ HIJO” POR SIGUIRIYAS.

Las ilusiones por el buen espectáculo se depositan lógicamente en los artistas. Es menester siempre reconocer la valía y la trayectoria del intérprete, y por tanto, confiar en sus cualidades para seguir emocionándonos con sus ecos, el conocimiento y la entrega cantaora. La Peña Flamenca de Jaén consideró que Carlos Cruz Maculet, añejo cantaor de Villacarrillo, de establecida enjundia flamenca, deleitaría con estas virtudes a los asistentes a su recital el pasado sábado, el cual estuvo encuadrado en el “V Circuito CajaSur con el Flamenco. Programación Primavera 2016. Juanito Valderrama: 100 Años de su nacimiento”. Mas, por indisposiciones dentales y estomacales no pudo ser. Sin embargo, el espectáculo se redondeó con la presencia de su hijo Carlos Cruz, el cual constató una vez más su raza cantaora y su profesional entrega, con el acompañamiento de la guitarra de Julio Romero.

Su puesta en escena la inició con malagueña de “La Trini” con poderío tonal, para seguidamente realizar  la rondeña tipo que El Niño de Málaga grabó para la famosa Antología Flamenca de Hispavox del año 1954, posteriormente, y con adecuada melodía evocó al iliturgitano Rafael Romero “El Gallina”, rematando con alta tonalidad por el fandango abandolao del granaíno “Frasquito Yerbabuena”.

En las soleares se ubicó en los ecos alcalaínos de Joaquín el de la Paula, también en las apolás de Triana con resonancias de Manuel Oliver Dorado “Oliver de Triana”, rematándolas por Cádiz. Prosiguió con cantiñas-alegrias de Cádiz y estructura musical de Manolo Vargas con mínimas imprecisiones tonales, aunque con determinado compás y conocimiento de los estilos.

Fueron los tientos los que marcaron su prestancia flamenca, con acercamientos al tratamiento que su padre establece del jerezano Juanito Mojama a través de los testimonios de Rafael Romero, con inclinaciones tonales a los matices de Manuel Torre y Pastora Pavón, y Pastora Pavón con ecos de Manuel Torre, así como sonoridades del localismo gaditano por la de los Peines.

En las siguiriyas acrecentó la referida prestancia artística adobada de pellizco flamenco por los recuerdos de las recreaciones que el citado Manuel Torre realizó de su paisano Manuel Molina a través de Joaquín Lacherna; en la misma tesitura también por Juan Junquera con expresiones de Rafael Romero, para finalizar el envite con la difícil cabal de El Loco Mateo.

El resto del recital lo derivó a las bulerías con resonancias jerezanas, algunos matices de Manuel Torre, ciertas estentoreidades que desvirtuaron el estilo, acercamientos a cantaores como Pansequito del PuertoTerremoto de Jerez, o Antonio “El Chaqueta”

Finalizó con fandangos de Cepero y voz quebrada, y El Niño Gloria.

La guitarra de Julio Romero se adaptó con determinada precisión a los requerimientos de su acompañado, con buen compás, falsetas con determinadas singularidades, y trabajos en el diapasón para establecerle los descansos cantaores.

    Rafael Valera Espinosa (flamencólogo y presidente de la Peña Flamenca de Jaén)

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