miércoles, 14 de octubre de 2020

XLVIII Festival Flamenco "Pepe Polluelas". Un cartel de "pellizco".

Todo preparado para la gran cita sanluqueña con el flamenco.

La 48 edición del 'Festival Pepe Polluelas', organizado por la Peña jiennense, traerá el próximo sábado un cartel de "pellizco" a la capital.



"Una cita con el flamenco que ningún aficionado debería perderse". Así definen desde la Peña de Jaén el festival Pepe Polluelas, que el próximo sábado, 17 de octubre de 2020, a partir de las nueve de la noche, en el teatro Darymelia, volverá a poner el acento jondo a la Feria y Fiestas de San Lucas del coronavirus.

Cuarenta y ocho ediciones cumple en 2020 este encuentro que, en palabras de Alfonso Ibáñez, presidente de la entidad, traerá un "espectáculo repleto de pellizco flamenco, donde se van a dar cita determinadas escuelas flamencas".

Diez euros pagarán por su entrada quienes apuesten por un sábado noche de fiebre pero no rockera, sino jonda a rabiar, en el coqueto espacio escénico de la Plaza de la Audiencia, que procurará toda la tranquilidad del mundo al personal con su repertorio de medidas anticontagio:

"El aforo es limitado y sólo podrán acceder ciento sesenta personas", aclara Ibáñez, y apostilla: "Pido máxima prudencia a todos los asistentes para que respeten los asientos asignados, marcados por la distancia de seguridad, y normas establecidas por el Ayuntamiento de Jaén", patrocinador del festival.

UN CARTEL REMATADO.

El barcelonés José Valencia, el chiclanero (de Cádiz) Antonio Reyes y el cien por cien Jaén Eduardo Martínez 'Niño Jorge' son los tres espadas del cante que componen la terna de esta cuadragésimo octava edición del Pepe Polluelas. 

Escuchar a Valencia, ganador del Giraldillo del Cante de la Bienal de Sevilla de 2012, es reencontrarse con las voces antiguas de los clásicos del cante, las que le habitan esa parte del alma con la que se entrega sobre el escenario arropado por la tradición lebrijana que le ennoblece voz y gesto por mucho que su DNI lo acredite catalán de cuna. 

De no menos aristocrático linaje flamenco, Reyes (Giraldillo del Cante de 2014) deja un olor de ensolerado vino nada más pisar tabla, ese dulcísimo dolor con el que emborracha los oídos con un quejío único: la razón incorpórea, que decía el maestro Mairena. 

Niño Jorge es al Festival Pepe Polluelas lo que El Abuelo a la Semana Santa de aquí: un imprescindible. Purísimo y estancado en su maravillosa apuesta por la tradición, viene a ser el embajador del flamenco jiennense en esta cita anual que edición a edición gana en prestigio y en solera. 

La guitarra de Antonio Carrión, tocaor curtido en el acompañamiento a las grandes figuras del último medio siglo, hará lo propio, una vez más, en el Darymelia, donde se mueve ya como Pedro por su casa de tanto como la peña que preside Alfonso Ibáñez tira de su maestría. 

En la línea de promoción del arte autóctono marcada por la entidad, María del Mar Ramírez y su grupo pondrán el baile a una noche sanluqueña: una bailaora internacional que, puesta a sobrecoger, ni el Resistiré del Dúo Dinámico (y del jaenero Carlos toro) se le resiste. 

Lo mejor para, en plena pandemia, rendir tributo a aquel bohemio que espantaba los mengues "con su garganta de oficiante" (escribió pensando en él el poeta marteño Miguel Calvo Morillo): Polluelas, desagraviado por las penurias con su propio festival flamenco. Y de postín.  







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