En
este 2018 se han cumplido cuarenta y siete años de la
institucionalización del Festival ‘Pipirrana Flamenca’, de
Mancha Real. Una puesta en escena que se igualó a los añejos
festivales del ‘Potaje de Utrera’, ‘Gazpacho de Morón’ o
‘Caracolá de Lebrija’. La Peña Flamenca ‘El Trillo’ de la
citada localidad consideró que Pedro Fernández Ramírez, más
conocido como ‘Perico Sevilla’, debía recibir el
reconocimiento de sus paisanos en un acto entrañable, institucional
y netamente flamenco como el acaecido el pasado sábado, 21 de Julio,
en el Auditorio Municipal de su pueblo con la participación de la
Ilma. Alcaldesa de la ciudad y parte de la Junta Directiva de la
Peña. Sus méritos así lo demandaban.
‘Perico
Sevilla’ nació en Mancha Real en 1937, extraordinario “cantaor
de adelante” destacando por Fandangos, Tarantas, Soleares,
Malagueñas, Cañas, Saetas, Mirabrás, Siguiriyas… artista de alta
cotización en los tablaos parisinos (En “Le Catalán”, tablao
parisino era una figura destacada) y posteriormente en los
madrileños, en el Corral de la Morería. Pedro se hizo
imprescindible acompañando a los más importantes bailaores y
bailaoras del momento: Faico, Mario Maya, Antonio Gades,
Enrique El Cojo, María Rosa, Matilde Coral… Se casó
con la bailaora Carmen Sibajas, e interpretó,
en numerosas representaciones, bajo la dirección de Frübeck de
Burgos “La vida breve” de Manuel de Falla.
Rubito hijo acompañado por Antonio Carrión |
Abrió
el espectáculo del cantaor morisco Manuel González Cabrera ‘Rubito
hijo’, el cual comenzó su recital con granaínas con matices
de Vallejo y resonancias de Pepe Menese, para enlazar
con potencia tonal por la línea de Manuel y estructura musical de
don Antonio Chacón. En los tangos se denotó entremezcla de
los localismos de Sevilla y Jerez, ciertas inclinaciones hacia
Pastora Pavón, derivación hacia los sones extremeños,
evocación de la creatividad de ‘El Piyayo’, y un remate
por Antonio Cortés ’Chiquetete’. En las siguiriyas
estableció pellizco tonal y conocimiento por los ecos de Tomás
‘El Nitri’, Paco ‘La Luz’ y un adecuado remate mairenero
por Enrique ‘El Mellizo’. Las bulerías las comenzó en el
aire del romance flamenco o ritmo de las conocidas como ‘al golpe’,
para enlazar con las improntas de ‘Turronero’, aligerar el
ritmo hacia las de Cádiz de ‘Manolito el de María’ y
rematar con poderío con evocaciones de Pastora Pavón. Finalizó con
Fandangos de Cepero, de Huelva por José Rebollo, y el
sevillano Manuel Vega ‘El Cabornerillo’.
Rocío Segura con Jesús Zarrias |
La
almeriense Rocío Segura estableció al principio su
conocimiento de los tangos con evocación de las formas de ‘La
Pirula’ a través de ‘La Repompa de Málaga’,
derivando hacia Utrera-Lebrija con influencias de Juan ‘El
Lebrijano’, para rematar con los sones extremeños. Los cantes
mineros los estructuró primeramente por taranta con los matices de
Juan Varea, para enlazar con la conocida de Pedro ‘El
Morao’ por las formas de Enrique Morente, y finalizar
por aires abandolaos. Con conocimiento y melodía abordó la granaina
y formas chaconianas, incrementando la tonalidad del melisma por los
aires de Vallejo para estructurar su media granaína. Se inspiró en
‘La Niña de los Peines’ en su apuesta por las bulerías
con ritmos de Cádiz, para enlazar con festiva copla por el estilo, y
retomar al final los ecos de Pastora. Finalizó con fandangos de
Cepero y un entregado recuerdo de ‘El Niño Gloria’.
Poco
brilló el sevillano-mancharealeño en su pueblo adoptivo por sus
indisposiciones vocales y su miedo escénico. A pesar de ello, en sus
soleares estableció prestancia y dominio del compás del tres por
cuatro con resonancias de Alcalá de Guadaira con la entremezcla de
Juan Talega y Antonio Mairena, un bello acercamiento al
mairenero por la creatividad de ‘La Roesna’, y un remate
con alta tonalidad por el jerezano ‘Juaniquín de Lebrija’.
Las malagueñas las inició con el recuerdo de don Antonio Chacón, y
los duendes y el arte le abandonaron al iniciar los ecos de ‘El
Canario’.
La
joven bailaora jiennense Rocío Martínez estructuró un baile
por cantiñas-alegrías con recuerdos iniciales de la escuela
cordobesa al inicio, determinado trabajo con el manto en las
alegrías, cortedad en el taconeo con cierto apresuramiento,
estableciendo una adecuada derivación hacia las bulerías y
determinada brillantez por las de Cádiz.
Manuela Cordero con Antonio Carrión |
Lección solearera fue la suya al comenzar por ‘El Mellizo’,
siguiendo los aires de Tomás Pavón por el estilo, recordar a
Rafael Romero por la trianera de ‘Machando’, y
ajustándose al final con fuerza por ‘Juaniquín de Lebrija’.
Finalizó por bulerías con jerezanos ecos de ‘La Piriñaca’
y Mairena, cosas de ‘El Turronero’, y un final por copla
por el estilo. También finalizó con fandangos de Vallejo, ‘El
Pichichi de Triana’, Huelva y ‘El Carbonerillo’.
Julián Estrada y Jesús Zarrias |
Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco y vicepresidente de la
Peña Flamenca de Jaén)
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Grabaciones de Perico Sevilla: http://www.flamencoweb.fr/spip/spip.php?article506
Según José Manuel Gamboa (Guía del Flamenco - SGAE Ediciones, Madrid, 2001), Pedro Fernández Ramírez 'Perico Sevilla "nació en Mancha Real (Jaén) en 1937 -otra biografía da 1935-. Su apodo viene del hecho de que vivió en Sevilla desde su infancia. Se casó con la bailaora Carmen Sibajas (Málaga, 1944), que era profesora de piano antes de dedicarse al baile flamenco, para formar pareja artística con Perico Sevilla. La pareja fue bien en cartel en Madrid Tablao "Corral de la Morería" ( "¡Olé Viva Málaga, Los Gitanos de Casta, Calle La Puente y Los Sibajas familia." - dedicación de Fandangos # 4 por el cantaor).
Perico Sevilla es uno de los muchos ejemplos de cantaores talento quedado inexplicablemente ignoradas por los fans y críticos, a pesar de que, entre otros, participó en muchas representaciones de "La vida breve" de Manuel de Falla, llevada a cabo de Rafael Frübeck de Burgos (nada menos ...). Algunos de nuestros lectores pueden recordar haber escuchado "catalán" en París - mantenemos un recuerdo inolvidable de su Siguiriyas, Serranas, Cañas, Mirabrás... acompañado por el guitarrista Miguel Valencia, que, aunque que nacido en Zaragoza, puede clasificarse entre los mejores especialistas del toque jerezano, en un estilo muy inspirado en el de Manuel Morao (cf. nuestro artículo en este mismo apartado).
En lo que a flamenco se refiere, las producciones del sello Marfer se centraron en un repertorio considerado, correcta o erróneamente, como capaz de satisfacer los gustos del "público en general": Fandangos, Rumbas y Bulerías, por artistas como Jarrito, María Vargas, Kiki de Utrera, Soto de Jerez "El Sordera", o Rogelio Beltrán "El Puebla" (otro cantaor injustamente desconocido). Sin embargo, estas ocho series de Fandangos dan una idea de la calidad del estilo de Perico Sevilla.
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