Es placentero contemplar en los
medios de comunicación como el flamenco cada vez está más presente, asentado y
casi glorificado por grandes músicos, autores e instrumentistas de otras
culturas musicales. El pasado miércoles leía en la prensa de edición nacional
las declaraciones de Marcus Miller, bajista de fama internacional que ha
colaborado, entre otros, con Frank Sinatra, Dizzy Gillespie, Elton John, Bryan
Ferry, Mariah Carey, y hasta con Michael Jackson, decir “Cuando decides tocar un instrumento de cuerda, mejor que prestes
atención a la guitarra flamenca” ¡Sobran los comentarios!
He de insistir que no ha sido solo
él con su prestigiosa categoría musical el que ha bendecido también la cultura
flamenca. Ejemplos de similar enamoramiento por nuestro arte tenemos en las
voces de Miles Davis “Cuando escucho
flamenco me arrodillo”, de ahí que realizara su disco “Sketches of Spain”.
O Chick Corea, al que su fascinación por el flamenco le viene
de lejos. Ya en los años 70 grabó su pieza más famosa, Spain, llena de arabescos y
giros rítmicos de una música que descubrió gracias a Paco de Lucía."Vi un concierto suyo en 1972 y quedé
muy impresionado", dijo en su tiempo. También Leonard Cohen, el
cual refirió “Uno
de los grandes privilegios de mi vida fue oír a Morente llevar mis canciones al
lenguaje del flamenco en
Omega.” O significar igualmente como el flamenco
siempre ha estado presente en la vida de John McLaughlin, que a principios de
los años ochenta junto al gran maestro Paco de Lucía y Al Di Meola formaron uno
de los tríos más emblemáticos.
Mas no queda
aquí el tema ¿Saben cuántos autores clásicos han compuesto piezas basadas en
sus escuchas del arte flamenco? ¡Lean! Albeniz, Bartók, Bizet, Bretón, Chabrier,
Debussy, Falla, Granados, Lalo, Massenet, Messian, Muñoz Molleda (fue miembro
del jurado del Concurso de Córdoba en sus comienzos), Nin, Maurice Ohana,
Saint-Saens, Schönberg, Strawinski, Turina, Villa-Lobos… Y más, muchos más.
Compusieron boleros Beethoven, Weber, Chopin, Berlioz, Cellini, Verdi o Ravel. Fandangos lo hicieron Gluck, Mozart, el Padre Soler, Bocherini, Schubert, Glinka… ¿Y melodías flamencas? Pues sonoros compositores como Balakirev, Rimsky Korsakov, Sarasate, Oudrid, o Tarrega. ¡Pero falta Bach! Es que Bach –como he reflejado en alguna que otra columna- compuso una chacona basada en el baile de moda del mismo nombre de las cortes europeas de su época que fue popularizado por los preflamencos de la corte española, basado en las danzas importadas de los esclavos negros, según citan los hermanos Torres Hurtado (hijos de Lola Valderrama), en su libro “La llave del flamenco”. Y podría seguir.
Compusieron boleros Beethoven, Weber, Chopin, Berlioz, Cellini, Verdi o Ravel. Fandangos lo hicieron Gluck, Mozart, el Padre Soler, Bocherini, Schubert, Glinka… ¿Y melodías flamencas? Pues sonoros compositores como Balakirev, Rimsky Korsakov, Sarasate, Oudrid, o Tarrega. ¡Pero falta Bach! Es que Bach –como he reflejado en alguna que otra columna- compuso una chacona basada en el baile de moda del mismo nombre de las cortes europeas de su época que fue popularizado por los preflamencos de la corte española, basado en las danzas importadas de los esclavos negros, según citan los hermanos Torres Hurtado (hijos de Lola Valderrama), en su libro “La llave del flamenco”. Y podría seguir.
Y, sin
embargo, aquí seguimos tratando el flamenco como “Actividades extraescolares”
sin llegar a darle la verdadera categoría de asignatura de grado. Y más. En todas
las ciudades españolas de cuarenta mil habitantes para arriba, se celebran
festivales de jazz con la duración de una semana o más, aquí solo un festival
al año y gracias. Aunque me traten de tozudo, he de seguir reivindicando nuestro
flamenco.
Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco)
(crítico flamenco)
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