lunes, 4 de mayo de 2020

Memoria flamenca. Gastor de Paco, premio del Concurso de Guitarra flamenca.

'Gastor de Paco', primer premio del concurso de guitarra de Diputación.

Triunfó el toque clásico de un autodidacta, un joven de 19 años de edad y natural de Morón de la Frontera.

RAFAEL VALERAJAÉN.


Foto de los concursantes y el jurado. El ganador, de negro íntegro, entre la diputada y la alcaldesa. :: IDEAL/
Foto de los concursantes y el jurado. El ganador, de negro íntegro, entre la diputada y la alcaldesa. :: IDEAL
Triunfó un toque clásico, el del autodidacta Diego 'el del Gastor', por la solvencia estilística, la dificultad de su técnica, la brillantez de su trabajo en el diapasón, la fuerza pulsativa de las cuerdas y la singularidad de sus tonalidades musicales. Con las influencias lógicas del referido guitarrista de 'El Gastor' y recriado en Morón, el artífice de lo referido fue el concursante Francisco Moncayo Gómez 'Gastor de Paco', natural de Morón de la Frontera y de 19 años de edad.
La final se presentaba bastante equilibrada, pues los cinco participantes en la misma habían demostrado en las fases de clasificación su depurada técnica para la edad que ostentan. Mas, la afición y el interés por evolucionar con adecuada progresión siempre da resultados. Y cito lo anterior se conoce por el seguimiento que los miembros del jurado -entre ellos Antonio Anguita Ayala y Antonio Gómez, como buenos guitarristas- viene estableciendo de convocatorias anteriores, en las que a veces la bisoñez de algunos se traduce en perfección técnica y resolutivo dominio del instrumento en las siguientes.
La jornada flamenca la inauguró el cordobés David Navarro Mancebo de 23 años, con un inicial toque por taranta con pronta definición del estilo y estableciendo sonido flamenco, apoyándose seguidamente en la limpieza del trémolo y determinada recreación en la ejecución del toque en cuestión. En las bulerías volvió a clarificar con prontitud el toque flamenco, marcando con buena estructura el ritmo y el compás del mismo, evidenciando en su desarrollo ciertas influencias de Paco de Lucía.
Manuel García González, de Fuente de Cantos (Badajoz) y 23 años, se fajó en una malagueña con matices creativos propios, adobada de musicalidad y sensibilidad tonal, con clara definición de los tonos en las cuerdas agudas, estructurada con un buen trabajo en el diapasón, limpieza tonal en las pulsaciones del trémolo, y final basado en los aires abandolaos. Su bulería por soleá la puso en escena con las mismas premisas técnicas del anterior toque y determinadas resonancias de Paco de Lucía. Por lo referido se alzó con el tercer premio.
El triunfo: una taranta
El ganador, Francisco Moncayo basó su triunfo en una taranta que estructuró por el compás de la bulería, patentizando dominio del instrumento y rapidez en la ejecución, con brillante trabajo en el traste y las aludidas resonancias de 'Diego el del Gastor', así como un exultante picao final.
Otro tanto ofertó en las bulerías con marcado y limpio trabajo en el diapasón y los prestantes picaos, todo ello definido con medida del compás y ritmo preciso. Quizás se extendió en el tiempo ejecutor con el afán de constatar sus virtudes flamencas.
El jienense Francisco Cortés Bermúdez, de 23 años, un año más demostró una técnica singular propia y moderna, llena de connotaciones actuales, de sonidos flamencos, de garantías tonales jondas, de adecuadas dosis compositivas, mas evidenciando falta de seguridad en sus posibilidades -que están bastantes claras-, y por ello quedándose corto en sus ejecuciones. Tocó primeramente por taranta-minera con neto sonido flamenco y falta de definición estilística que recompuso al final del toque. En las bulerías fue desgranando con soltura el compás y el ritmo del toque, adobándolo de las características aludidas.
Segundo premio
Luis Medina Blanco, de Córdoba y 20 años, consiguió el segundo premio gracias a su interpretación por rondeña y guajira, ofertando un toque sobrio, limpio, con resonancias clásicas, fuerza en la pulsación de las cuerdas y buen trabajo en el diapasón, todo ello estructurado con sensible definición del trémolo y final por zorongo, en el primer toque. Los sonidos flamencos-caribeños del segundo fueron prontamente identificados con adecuadas pulsaciones de la prima, limpieza en el traste, limpios picaos y dificultosa ejecución.
Prestante y brillante colofón el desarrollado por Daniel Navarro 'Niño de Pura', con un solo por taranta pleno de maestría, sensibilidad y dominio del instrumento, estructurando sonido netamente flamenco pleno de singularidad creativa, potencia, seguridad y belleza en el picao final. Las alegrías fueron estructuradas con las mismas premisas y el apoyo cantaor de 'Churumbaque hijo' que evidenció influencias de 'El Pele'.
Las bulerías fueron ofertadas en la misma línea de maestría flamenca, las cuales dieron paso a un final por fandangos de Huelva, donde 'Churumbaque' constató su enamoramiento por los ecos de Paco Toronjo, todos ellos marcados por las falsetas creativas, brillantes y resolutivas del maestro de la guitarra flamenca.

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