LA
RONDEÑA NO ES UN CANTE LIBRE. VA ‘AMARRÁ A UNOS CÁNONES, A UNA
MÉTRICA.
Vino
a Jaén, a la Peña Flamenca, sita entonces en el actual Salón
Mudéjar, muy jovencito -26 años-, en 1977, acompañando al trianero
Manuel Olivé.
Dos años más tarde, se presentó en la misma sede de la Peña
capitalina, junto con
Antonio Núñez Montoya ‘Chocolate’,
Antonio Chacón
Cruz ‘Antonio Chacón’
–cantaor sevillano revalorizador de los fandangos de ‘El
Pichichi’-
y el guitarrista José
Cala ‘El Poeta’.
Acudió a festivales flamencos jiennenses, y volvió a la Peña para
protagonizar el recital flamenco del XXIV Aniversario de la Fundación
de la Peña en 1985, fecha de la entrevista que le realicé antes de
su actuación a finales de abril del citado año.
Rafael Valera: ¿Conociste
a tu abuelo? ¿Cómo cantaba?
José
el de la Tomasa: “Para
mí, ‘Pepe Torre’ fue un gran cantaor. Lo que yo le he escuchao a
mí me encanta. Lo que pasa es que tenía a su hermano, ‘Manuel
Torre’, que era un genio. Y claro, mi hermano no podía salir a la
luz, porque tenía el hermano que acaparaba lo que se podía desear.
No obstante, tiene cosas grabadas que para la historia ahí se
quedan, como son los cantes de ‘El
Planeta’ y
los del jerezano ‘Frijones’.
Creo que los hizo con mucha dignidad.”
P: Y
por la familia de tu padre ¿qué artistas ha habido?
R:
“¡Pues…
francamente no lo sé! Porque mi padre es de origen italiano. Desde
luego, mi padre canta flamenco y me gustaría saber quiénes eran sus
antepasados.”
P:
¿Pero
tú recuerdas haber oído hablar a tu abuelo de su hermano Manuel?
R:
“¡Sí!
Mi familia toda hablaba de ‘Manuel Torre’ y principalmente mi
abuelo. Para ellos, Manuel Torre era como un dios. Siempre que
conversaban sobre él lo hacían con verdadera devoción.”
P: ¡Entonces!
¿Tú te habrás criado en un continuo ambiente flamenco?
R:
“¡Sí!
Pero no en un ambiente de cantar toó los días. Siempre era cuando
había una reunión familiar, con motivo de una boda, un bautizo,
etc. Entonces se cantaba y yo he ido asimilando los cantes de mi
familia hasta que un día salí cantando en un concurso y hasta hoy.”
P:
¿Qué
concurso fue ese?
R:
“Bueno,
en realidad al primer concurso que me presenté no lo gané, que fue
en Fernán Núñez. Fue posteriormente, cuando me animaron unos
amigos como Antonio
Luque
y Ricardo
Pachón,
a que me presentara en el de Mairena del Alcor. Así lo hice y lo
gané. A partir de esta fecha, me salieron contratos. Después grabé
mi primer disco.”
P:
¿Estás
contento con tus grabaciones?
R:
“En
términos generales sí, porque para estar contento con una grabación
hay que pedir que te salga bien un cincuenta por ciento. Si lo
consigues, ya es un éxito porque es mucha la muralla que te ponen
las casas discográficas.”
P:
¿Qué
es eso de la muralla?
R:
“¡Pues
mira! De momento, tienes que salir de tu tierra, te encuentras con un
técnico que es de Zaragoza –con todo el respeto para los
zaragozanos- y estás bebiendo un vino que no es de tu tierra, y,
además, estás pensando en el avión pa volverte a Sevilla otra vez.
Eso es una cosa mu fría. Por todo ello, una grabación es muy
difícil que refleje la verdadera talla de un artista.”
P:
Yo
me refiero a otra clase de muralla. Por ejemplo… Si la casa
grabadora te exige que metas algo de comercialidad en tu cante…
R:
“¡No!
A mí nunca me han exigido que meta nada comercial. Al revés…
Después de haber grabado todos mis discos me lo propusieron una vez
y yo dije que no. Quisieron que grabara siguiriyas y soleá y ellos
ponían una música pop de fondo. Lógicamente me negué yo me negué
diciendo que la soleá y la siguiriya era una cosa más seria que
todo eso.”
P:
Hay
un LP tuyo que nos gustó mucho que se titula ‘Vereas Negras’ en
el que haces un recorrido por toda Andalucía con unos fandangos de
‘Antonio el de
la Calzá’.
R:
“Este
disco yo lo escribí y estructuré de una forma que luego no se llegó
a realizar. Era recopilar los cantes de distintas partes de
Andalucía. Por ejemplo, de Almería hice el taranto, de Málaga la
malagueña, de Cádiz las alegrías… Tenía pensao de grabar por
sevillanas, pero no la sevillana comercial, si no otras bastantes
antiguas que canto yo, que para mí es otro cante. Esto después no
se llevó a cabo y entonces decidí hacer un recorrido por los cantes
de la zona como la rondeña.”
P:
He
notado que en la rondeña que tú haces –que en cierto modo se
parece a la de Rafael
Romero-
hay una diferencia con respecto a la que canta ‘El
Niño de Málaga’
en la antología de Hispavox…
R:
“¡Mira!
Te voy a decir una cosa. La primera vez que yo canté en mi vida por
rondeñas lo hice en la casa discográfica. Escribí la letra y la
primera vez que la canté fue pa grabarla y ahí está la rondeña.
Se le puede hacer un estudio. Es fresca, es viva… Lleva la música
propia de la rondeña; lleva una métrica correcta… Lo que pasa que
ahí quien modula soy yo… ¡Porque si la hago como ‘El Gallina’!
¿Para qué voy a cantar?
P: ¿Es
la rondeña, perteneciendo a los cantes abandolaos, un cante libre?
R:
¡No!
La rondeña no es un cante libre. Va amarrá a unos cánones, a una
métrica… ¿Si me dices el fandango…? ¡Pues sí! Es un cante
libre porque puedes alargar un tercio y llegar sin respirar hasta el
último… Pero la rondeña no es un cante libre porque lleva un
compás determinao. Tiene dos letras sencillas y una fuerte…
¡Navegando me perdí…! Ese es el macho de la rondeña.
Rafael
Valera Espinosa