lunes, 12 de junio de 2017

MEMORIA FLAMENCA. JOSE GIORGIO SOTO ‘JOSE EL DE LA TOMASA’ (I)



LA RONDEÑA NO ES UN CANTE LIBRE. VA ‘AMARRÁ A UNOS CÁNONES, A UNA MÉTRICA.
Vino a Jaén, a la Peña Flamenca, sita entonces en el actual Salón Mudéjar, muy jovencito -26 años-, en 1977, acompañando al trianero Manuel Olivé. Dos años más tarde, se presentó en la misma sede de la Peña capitalina, junto con Antonio Núñez Montoya ‘Chocolate’, Antonio Chacón Cruz ‘Antonio Chacón’ –cantaor sevillano revalorizador de los fandangos de ‘El Pichichi’- y el guitarrista José Cala ‘El Poeta’. Acudió a festivales flamencos jiennenses, y volvió a la Peña para protagonizar el recital flamenco del XXIV Aniversario de la Fundación de la Peña en 1985, fecha de la entrevista que le realicé antes de su actuación a finales de abril del citado año.

Rafael Valera: ¿Conociste a tu abuelo? ¿Cómo cantaba?

José el de la Tomasa: “Para mí, ‘Pepe Torre’ fue un gran cantaor. Lo que yo le he escuchao a mí me encanta. Lo que pasa es que tenía a su hermano, ‘Manuel Torre’, que era un genio. Y claro, mi hermano no podía salir a la luz, porque tenía el hermano que acaparaba lo que se podía desear. No obstante, tiene cosas grabadas que para la historia ahí se quedan, como son los cantes de ‘El Planeta’ y los del jerezano ‘Frijones’. Creo que los hizo con mucha dignidad.”

P: Y por la familia de tu padre ¿qué artistas ha habido?

R: “¡Pues… francamente no lo sé! Porque mi padre es de origen italiano. Desde luego, mi padre canta flamenco y me gustaría saber quiénes eran sus antepasados.”

P: ¿Pero tú recuerdas haber oído hablar a tu abuelo de su hermano Manuel?

R: “¡Sí! Mi familia toda hablaba de ‘Manuel Torre’ y principalmente mi abuelo. Para ellos, Manuel Torre era como un dios. Siempre que conversaban sobre él lo hacían con verdadera devoción.”

P: ¡Entonces! ¿Tú te habrás criado en un continuo ambiente flamenco?

R: “¡Sí! Pero no en un ambiente de cantar toó los días. Siempre era cuando había una reunión familiar, con motivo de una boda, un bautizo, etc. Entonces se cantaba y yo he ido asimilando los cantes de mi familia hasta que un día salí cantando en un concurso y hasta hoy.”

P: ¿Qué concurso fue ese?

R: “Bueno, en realidad al primer concurso que me presenté no lo gané, que fue en Fernán Núñez. Fue posteriormente, cuando me animaron unos amigos como Antonio Luque y Ricardo Pachón, a que me presentara en el de Mairena del Alcor. Así lo hice y lo gané. A partir de esta fecha, me salieron contratos. Después grabé mi primer disco.”

P: ¿Estás contento con tus grabaciones?

R: “En términos generales sí, porque para estar contento con una grabación hay que pedir que te salga bien un cincuenta por ciento. Si lo consigues, ya es un éxito porque es mucha la muralla que te ponen las casas discográficas.”

P: ¿Qué es eso de la muralla?

R: “¡Pues mira! De momento, tienes que salir de tu tierra, te encuentras con un técnico que es de Zaragoza –con todo el respeto para los zaragozanos- y estás bebiendo un vino que no es de tu tierra, y, además, estás pensando en el avión pa volverte a Sevilla otra vez. Eso es una cosa mu fría. Por todo ello, una grabación es muy difícil que refleje la verdadera talla de un artista.”

P: Yo me refiero a otra clase de muralla. Por ejemplo… Si la casa grabadora te exige que metas algo de comercialidad en tu cante…

R: “¡No! A mí nunca me han exigido que meta nada comercial. Al revés… Después de haber grabado todos mis discos me lo propusieron una vez y yo dije que no. Quisieron que grabara siguiriyas y soleá y ellos ponían una música pop de fondo. Lógicamente me negué yo me negué diciendo que la soleá y la siguiriya era una cosa más seria que todo eso.”

P: Hay un LP tuyo que nos gustó mucho que se titula ‘Vereas Negras’ en el que haces un recorrido por toda Andalucía con unos fandangos de ‘Antonio el de la Calzá’.

R: “Este disco yo lo escribí y estructuré de una forma que luego no se llegó a realizar. Era recopilar los cantes de distintas partes de Andalucía. Por ejemplo, de Almería hice el taranto, de Málaga la malagueña, de Cádiz las alegrías… Tenía pensao de grabar por sevillanas, pero no la sevillana comercial, si no otras bastantes antiguas que canto yo, que para mí es otro cante. Esto después no se llevó a cabo y entonces decidí hacer un recorrido por los cantes de la zona como la rondeña.”

P: He notado que en la rondeña que tú haces –que en cierto modo se parece a la de Rafael Romero- hay una diferencia con respecto a la que canta ‘El Niño de Málaga’ en la antología de Hispavox…

R: “¡Mira! Te voy a decir una cosa. La primera vez que yo canté en mi vida por rondeñas lo hice en la casa discográfica. Escribí la letra y la primera vez que la canté fue pa grabarla y ahí está la rondeña. Se le puede hacer un estudio. Es fresca, es viva… Lleva la música propia de la rondeña; lleva una métrica correcta… Lo que pasa que ahí quien modula soy yo… ¡Porque si la hago como ‘El Gallina’! ¿Para qué voy a cantar?

P: ¿Es la rondeña, perteneciendo a los cantes abandolaos, un cante libre?

R: ¡No! La rondeña no es un cante libre. Va amarrá a unos cánones, a una métrica… ¿Si me dices el fandango…? ¡Pues sí! Es un cante libre porque puedes alargar un tercio y llegar sin respirar hasta el último… Pero la rondeña no es un cante libre porque lleva un compás determinao. Tiene dos letras sencillas y una fuerte… ¡Navegando me perdí…! Ese es el macho de la rondeña.


Rafael Valera Espinosa