"LE
DIJE A MAIRENA ¡QUE BIEN HAS CANTAO, CON QUE PERFECCIÓN!"

En el relato de sus vivencias, Juan
Carmona Carmona “Habichuela”, me fue estableciendo el ejemplo del guitarrista
flamenco de mediados del siglo pasado: honesto, trabajador, profesional y
eminentemente artista. Como ha venido especificando a través de sus respuestas,
Juan ha tenido siempre la certeza de ocupar el lugar que su arte atesoraba, el
de primera figura de la guitarra flamenca para engrandecer a sus acompañantes.
Tarea responsable, difícil, significada y prestante a pesar de ser el segundo
de la fila con las suficientes garantías y calidades para sobresalir como el
verdadero protagonista. Son muchos los que se han apoyado en su toque flamenco
para alcanzar la fama.
La pasada semana Juan “Habichuela”
recordaba como con diecisiete años empezó a ganarse la vida acompañando al
sevillano Antonio el de la Calzá:
“Estuve con él cinco años. En aquellos
tiempos un monstruo cantando por fandangos. Pa mi ha sio el mejor que ha cantao
por fandangos de toos los que yo he escuchao. También estuve con Antonio el Gitano, que entonces también
se estaba buscando la vida en Graná. El mencionado “Gandinga” que cantaba, como
he dicho, muy bien por soleá. Ellos tenían cuarenta o cincuenta años y yo
dieciocho. Y siempre escuchando y aprendiendo. Insisto, modestia aparte, toque
mejor o peor, lo que si he sio es un buen aficionao desde que tenía babero. Me
ha gustao y me gusta mucho el flamenco.”
“Cuando llegaban a Graná las troupes,
me cogía mi padre -que en paz descanse- y nos íbamos a verlos. Allí llegaban Canalejas de Puerto Real, José Cepero, la Niña de la Puebla, Luquitas
de Marchena… que todos iban a la plaza de toros vieja de Granada. Me cogía
de la mano mi padre y yo me quedaba embelesao escuchando a esa gente. Ramón Montoya… ¡como tocaba la
guitarra…! Entonces no había esa megafonía que hay hoy.”

En
aquellos tiempos, aunque la entrevista se la realicé en 1986, me remití a los
festivales anteriores, ya que eran el tipo de espectáculos que nos concentraban
a los aficionados, pues las peñas que entonces no eran tan numerosas carecían
de economía suficiente para contratar a las figuras, y tenía curiosidad por
conocer los entresijos de los mismos, y le solicite que me hablara de aquellas
sesiones artísticas:

Y como esos recuerdos muchos de los
festivales. La primera vez que yo le toqué a Jacinto Almadén en Granada fue en
un festival. En los ensayos me dijo ¡Juan, no me vayas a sonar mucho la
guitarra! Pues no le hice casi ná, hasta el punto que me dijo ¡Bueno, Juan,
suena ya!”
Como a los cantaores casi siempre
les preguntaba en que cante se encontraban más cómodos, más felices, a Juan
Carmona le inquirí si existía para él un toque perfecto:

Esta
fue una pregunta muy significativa por lo que después declaró Juan Carmona
Carmona “Habichuela” en las siguientes sobre la guitarra flamenca, el toque
antiguo y el moderno de aquellos tiempos, los añejos maestros y las nuevas
figuras.
Continuará.
Rafael Valera Espinosa
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