martes, 18 de abril de 2017

Por soleá. A VUELTAS CON LOS CANTES MINEROS.

Carmencita Dauset, bailarina o ¿bailaora? –bailarina de la escuela bolera, según mi criterio personal tras la visión colgada en Internetes la primera mujer en aparecer frente a una cámara de cine de Edison, y tal vez fue la primera mujer que apareció en una película de cine en los Estados Unidos, en una toma de unos 21 segundos, filme que se mantiene en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. En la película, que se rodó en los Estudios Black María de New Jersey entre el 10 y el 16 de marzo de 1894, cumple una rutina que había estado llevando a cabo en Koster & Bial's en Nueva York desde febrero de 1890, y es conocida sobre todo por su papel en un el breve documental del mismo nombre

Hasta aquí todo perfecto porque una almeriense, nacida en 1868, alcanzara la máxima gloria de ser la pionera en la historia en protagonizar un documental artístico. Mas, eso no parece sustancialmente importante para los flamencos. Lo que sí es notorio para ciertos investigadores es que fue la cuñada de Antonio Grau “Rojo el Alpargatero”, según algunos de ellos el creador de los cantes mineros. Y vuelta a la polémica.

“Rojo El Alpargatero” nació –aquí entra la veracidad de la cronología- en 1847 en Callosa de Segura (Alicante) y muere en 1907 en La Unión (Murcia); se le sitúa en Almería  entre 1876 y 1878, donde se casó con María Dauset, hermana de la referenciada bailarina. Sus hijos Antonio nacieron en Málaga en 1884, José en Sevilla en 1886, y Pedro en Cartagena en 1889. Está escrito que a partir de 1890 regentó en La Unión un céntrico café localizado en la calle Mayor, en el número 107, donde asimismo se situaba su propio domicilio. Y, según documento escrito de fecha 1862 (Libro sobre “La minería en Linares”, editado por la Diputación Provincial de Jaén), hay constancia de que en Linares se cantaban tonás y tarantas en las tabernas cercanas a la Fuente del Pisar.

Si, con menos de quince años “Rojo El Alpargatero” era creador del estilo primigenio de los cantes mineros –como considero que es la taranta-, particularmente pienso que este hubiera sido un hito recogido por gran número de investigadores y escritores sobre nuestro arte.

A la importancia que sobre cualquier investigación tiene la documentación cronológica –sabia impronta adquirida de mi maestro y amigo Antonio Escribano Ortiz-, mantengo que, igualmente, es importante la tradición oral en un arte como el nuestro tan carente, a veces, de la necesaria documentación. Y en este aspecto vuelvo a plasmar la declaración de Curro de Utrera” cuando asevera que: ‘La primera taranta, la primitiva es andaluza. Es de Linares, con todo lo que digan otras gentes. En Cartagena y La Unión hay muchos cantes que son de Linares, pero que los cartageneros los han arreglao a su manera.’ Y recordar también la de “Fosforito” en el mismo sentido.

Rafael Valera Espinosa
(crítico flamenco)

No hay comentarios: